Ryanair busca una batalla tarifaria en Europa por captar sus rutas de verano y 50 nuevos aviones

La compañía replica su presión sobre las tasas aéreas en España en mercados como Alemania, Portugal, Italia o Grecia

Embarque de un vuelo de Ryanair junto a la terminal del aeropuerto de Alicante.JOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ

Es líder destacado por tráfico aéreo en media Europa y está utilizando esa posición con más fuerza que nunca para obligar a Gobiernos y gestores aeroportuarios de todo el continente a aplicar rebajas tarifarias. La aerolínea de bajo coste Ryanair tiene planes de fuerte crecimiento para 2025 y asegura estar dispuesta a premiar a los destinos que faciliten su política de precios bajos. De este modo, presiona sobre las políticas tarifarias ofreciendo rutas de su plan de verano de 2025, sobre el que ultima los detalles. T...

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Es líder destacado por tráfico aéreo en media Europa y está utilizando esa posición con más fuerza que nunca para obligar a Gobiernos y gestores aeroportuarios de todo el continente a aplicar rebajas tarifarias. La aerolínea de bajo coste Ryanair tiene planes de fuerte crecimiento para 2025 y asegura estar dispuesta a premiar a los destinos que faciliten su política de precios bajos. De este modo, presiona sobre las políticas tarifarias ofreciendo rutas de su plan de verano de 2025, sobre el que ultima los detalles. También utiliza como argumento a favor de su petición de recortes la esperada llegada de 50 nuevos aviones, que irían a parar a quienes ofrezcan mejores condiciones de acceso a los aeropuertos. Se trata de desatar una competición, a modo de batalla tarifaria entre países, para atraer el desarrollo previsto por la compañía.

El consejero delegado, Eddie Wilson, cargó el día 5 en Madrid contra la pretendida subida tarifaria de Aena, del 0,54% para 2025, y afirmó que la política de la pública va contra los planes de la irlandesa para desarrollarse en este país, en el que tiene previsto un salto desde los 58 millones de viajeros anuales a más de 77 millones a la vuelta de diez años. Aparte de este choque en España, la empresa pide la dimisión al ministro irlandés de Transporte por su intención de recortar la capacidad del aeropuerto de Dublín o busca torcer el brazo a los gestores aeroportuarios de Portugal, Alemania, Grecia o Suecia, entre otros mercados, en favor de su estrategia de billetes baratos. Pese a la presión del gigante, la respuesta del sector aeroportuario es dispar.

En España, Ryanair tiene ya recurrida ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la propuesta de tasas de Aena y recuerda que el incremento tarifario del año pasado, del 4,1%, motivó la decisión de sacar cinco aviones de este país para hacerlos volar en Croacia, Italia y Marruecos. En esos tres mercados ha abierto nuevas bases mientras que en este país no estrena emplazamientos de flota desde 2016. El choque entre Aena y Ryanair es habitual ejercicio tras ejercicio durante la fase de consultas de las tarifas, pero el tono de protesta mucho más elevado ahora no ha dejado de sorprender. Las subidas en la red española se explican, esencialmente, por los altos costes energéticos sufridos tras la invasión rusa de Ucrania, lo que ha sido contrastado y respaldado por la propia CNMC.

Ryanair también da la batalla en Grecia. Lo hace ante la Autoridad Helénica de Aviación Civil (HCAA) contra una supuesta estrategia del aeropuerto internacional de Atenas de esquivar la decisión del Estado de reducir en un 75% los impuestos a la aviación a partir de noviembre. En este caso, Ryanair va contra la operadora AIA, con la germana AviAlliance como socio industrial, y también contra Fraport, titular de 14 aeropuertos regionales en el país, por tener previstas tarifas más caras que compensarían la política del Ejecutivo griego. La aerolínea supedita su crecimiento en esas plazas a los futuros costes de acceso.

Las conversaciones con Gobierno y gestores aeroportuarios también son a cara de perro en Alemania, donde Ryanair asegura estar recortando hasta un 20% su tráfico en el aeropuerto internacional de Berlín por “altos costes de acceso que el Gobierno alemán y la dirección del aeropuerto no han logrado reducir”. La compañía que dirige Eddie Wilson ha advertido que sacará dos aviones de esa base germana, bajando a siete aparatos con un recorte de 750.000 asientos anuales y la pérdida de seis rutas. Si el Ejecutivo alemán no embrida los precios por operar para la próxima temporada de verano, Ryanair está dispuesta a un recorte adicional de capacidad del 10%.

En Italia, la mayor aerolínea europea de bajo coste aplaude la supresión de la tasa al turista en la región de Calabria, anunciada el pasado mes de julio, y llama a actuar en el mismo sentido a destinos clave como Sicilia y Cerdeña. La respuesta al paso de Calabria ha sido la asignación de cuatro nuevos aviones y 15 rutas adicionales. Todo un reclamo para otras regiones.

La irlandesa también aplaude la intención del Gobierno sueco de replantearse las cargas sobre la aviación a partir del próximo 1 de julio. La low cost habla de un mercado periférico dependiente del avión, pero caro en tarifas, que podría ganar en competitividad con la eventual supresión del impuesto sobre la aviación. De salir adelante el recorte, Ryanair dice asegurar seis años de inversión intensiva en el país.

Con una flota de 600 aeronaves, este gigante de la aviación cerrará a finales de octubre la que ha sido la mayor temporada de verano de su historia, con 200 nuevas rutas y la apertura de cinco bases. Para la de 2025 prevé la entrada de medio centenar de los aviones pedidos a Boeing y un calendario de vuelos más ambicioso aún.

La empresa llegó a ofertar al Gobierno español, el pasado mes de enero, la asignación de 33 nuevos aviones a bases españolas a cambio de moderación tarifaria. Con cerca de un centenar de aparatos arrancando cada jornada en España, este es su segundo mercado por viajeros, tras Italia. La ambición de la irlandesa, argumento con el que se sienta ante los Ejecutivos de todo el continente, es contratar 10.000 empleados hasta 2034, operar para entonces unos 800 aviones y superar los 300 millones de viajeros.


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