Dacia inicia un ajuste masivo de su plantilla en Rumanía

La marca intenta esquivar las turbulencias del mercado automovilístico con despidos voluntarios que afectan a 11.000 empleados

Dos empleados trabajando en la fábrica de Dacia en Mioveni, Rumanía, en 2020.Dacia

Dacia se halla inmersa en un profundo proceso de ajuste de su plantilla en Rumanía. El fabricante automovilístico comunicó la semana pasada a sus trabajadores en una nota interna que iniciará a partir de octubre un amplio programa de despidos voluntarios, que tilda de “ventajoso”, debido a la reorganización que la empresa está llevando a cabo estos últimos años para adaptarse a un mercado afectado por la transición energética y la reindustrialización del sector, desveló la plataforma rumana de negocios Profit.ro.

El plan, que se conoce justo antes de la presentación del nuevo modelo Big...

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Dacia se halla inmersa en un profundo proceso de ajuste de su plantilla en Rumanía. El fabricante automovilístico comunicó la semana pasada a sus trabajadores en una nota interna que iniciará a partir de octubre un amplio programa de despidos voluntarios, que tilda de “ventajoso”, debido a la reorganización que la empresa está llevando a cabo estos últimos años para adaptarse a un mercado afectado por la transición energética y la reindustrialización del sector, desveló la plataforma rumana de negocios Profit.ro.

El plan, que se conoce justo antes de la presentación del nuevo modelo Bigster a mediados de octubre en el Salón del Automóvil de París, afectará a más de 11.000 empleados de sus dos fábricas y constará en bajas voluntarias, que serán compensadas con cantidades de dinero proporcionales a su antigüedad.

Para justificar los despidos voluntarios, el director general de la marca Dacia en el Sureste Europeo, Mihai Bordeanu, explicó en un acto que se trata de “un ejercicio de adaptación y ajuste de capacidades” de la compañía, al mismo tiempo que subrayó que su objetivo pasa por potenciar las nuevas áreas de digitalización y electrificación. Según él, se prevé que cerca de unos mil trabajadores se acojan al programa, el mayor número de despidos desde que comenzó su reestructuración. La marca rumana cerró el pasado año con 11.457 empleados frente a los 12.195 en 2022, lo que equivale a un descenso de un 7%. En pleno apogeo, la empresa llegó a contar más de 13.000 trabajadores.

La dirección de la compañía fijó como fecha límite para el programa de salidas voluntarias el 1 de octubre, por lo que los empleados que quieran beneficiarse de las cuantías compensatorias deberán presentar sus solicitudes hasta el 20 de septiembre, según se desprende del documento enviado a los trabajadores, que recibirían su indemnización cuando se liquide su nómina de este mismo mes. La cantidad mínima concedida a quienes acepten su salida voluntaria ronda los 5.000 euros. Sin embargo, aquellos que hayan trabajado más años en la empresa y padezcan enfermedades profesionales pueden recibir hasta 40.000 euros como tope. También, aquellos que renuncien a sus puestos de trabajo seguirán teniendo la opción de adquirir un coche Dacia, Renault o Nissan a precio reducido, de acuerdo al convenio colectivo.

En concreto, la marca rumana instó a inscribirse en el programa de salida voluntaria a los empleados que se encuentran en departamentos donde se están preparando reducciones o interrupciones de actividad, finalización de proyectos, automatización, robotización, digitalización y otros cambios en estructuras o puestos.

El masivo reajuste, que se conoce tras los anuncios de reestructuración de gigantes automovilísticos como Volkswagen, GM y Stellantis, se debe a que las plantas de Dacia en Rumanía dejarán de producir este año el modelo Jogger, que ya ha empezado a fabricarse en Tánger, Marruecos. En su lugar, entrará en producción el nuevo SUV Bigster ― un diseño con el que espera relanzar la cartera de la marca rumana ―, aunque su volumen será inferior durante el primer año de fabricación. Además, se les asignarán otros dos modelos de vehículos, pero no comenzarán a confeccionarse hasta 2026.

“El modelo Bigster está en Mioveni y su producción comenzará a finales de año. Seguimos produciendo Duster y Jogger, pero Sandero y Sandero Stepway ahora se fabrican en Marruecos. Aquí (en Rumanía) nos centramos en la producción de vehículos de alto valor añadido”, señaló Bordeanu al diario Ziarul Financiar, antes de remarcar que, en cambio, contratarán a especialistas en digitalización y robótica. En España, si bien Dacia es la octava marca de coches más vendida, Sandero fue el modelo más vendido del año 2023 con casi 28.000 entidades. Entre enero y agosto de 2024, matriculó 21.377 vehículos, lo que permitiría al modelo volver a colocarse al primer puesto este año.

El fabricante ha apostado por modernizar buena parte de sus actividades productivas con la ayuda de robots industriales, lo que ha conllevado la necesidad de despedir empleados. Según datos de la Asociación de Constructores Europeos de Automoción (ACEA), Rumanía tiene una de las tasas más ineficientes entre el número de trabajadores de la industria automovilística y el volumen producido por empleado. En concreto, las dos plantas de automóviles, situadas en las ciudades de Craiova y Mioveni, registran una producción anual de 3,2 vehículos por empleado, por debajo de la media de la Unión Europea ― situado en 5,4 vehículos ―, mientras que Rumanía se encuentra entre los Estados miembros con más empleados en la industria del automóvil, unos 160.000. La proporción de trabajadores de las dos fábricas de automóviles rumanas es del 14,5% del total de empleados de producción del país, el tercero con el mayor número del bloque comunitario.

Conforme a la ACEA, Dacia presenta un crecimiento superior al de los principales fabricantes, con un 4,6% respecto al mismo periodo de 2023, al alcanzar las 353.161 unidades en los siete primeros meses de este año. A modo de comparación, el grupo Volkswagen obtuvo un aumento de solo el 2,9%, mientras que los coches de la marca Ford registraron una caída del 17,6% en las matriculaciones en la UE.

El lanzamiento de varias marcas chinas en Europa no representa un peligro para Dacia en el contexto en el que los fabricantes de automóviles del gigante asiático replican el mismo modelo de la compañía rumana, considera Bordeanu. “No tenemos ni debemos tener miedo de las marcas chinas. En primer lugar, lo que están haciendo los chinos es validar básicamente nuestro modelo de negocio. Pero sabemos hacer este trabajo, me refiero a diseñar al coste y cuidar al cliente y su bolsillo. Sabemos hacerlo desde hace mucho tiempo y lo hacemos constantemente, porque nunca nos hemos salido de esta fórmula”, apuntó el representante de la segunda marca del grupo Renault, que registró un aumento de sus ventas del 6,7% en el primer semestre del año, hasta 847.623 vehículos, en un mercado que crece un 5,5%, lo que lo sitúa en la tercera posición en Europa.

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