Codere cierra un acuerdo con sus acreedores con una quita de 1.200 millones

La deuda corporativa quedará establecida en un único instrumento por importe de 128 millones de euros y percibirá liquidez adicional por 60 millones

Un salón de apuestas de Codere.Manuel Casamayon

Grupo Codere por fin ha cerrado un acuerdo con sus acreedores para su recapitalización integral y cerrar así un capítulo que ha mantenido a la empresa en el alambre durante más de dos años, que es el tiempo que ha estado en manos de los bonistas. Según acaba de anunciar la compañía, la deuda corporativa quedará establecida en un único instrumento por importe de 128 millones de euros, “con una considerable reducción de más de 1.200 millones de euros”. Con ello, el grupo confía en reducir “significativamente el coste de los intereses, gracias a la notable disminución del endeudamiento y a las ventajosas condiciones alcanzadas”.

La compañía percibirá liquidez adicional por importe de 60 millones de euros, de los cuales 20 millones de euros se esperan recibir ya en el mes de julio. La operación conlleva la trasmisión de la propiedad del grupo operativo Codere a sus acreedores y proveedores de nueva financiación, y está respaldada “por una mayoría significativa de los actuales bonistas y accionistas de Codere”, ha señalado la firma en una nota de prensa.

Con todo, espera que la recapitalización se complete a finales del tercer trimestre de 2024, una vez se cumplan todos los requisitos formales y procesales habituales en este tipo de operaciones. Allen Overy ha trabajado como asesor de la transacción.

Una vez se cierre la operación, el grado de apalancamiento de Codere se situará en aproximadamente 0,9 veces su ebitda ajustado pre-FRS16 del ejercicio 2023, “lo que demuestra la confianza de sus acreedores y accionistas en el futuro del grupo y permite a la organización centrarse en el cumplimiento de su plan estratégico, el crecimiento y la generación de valor a largo plazo”, ha subrayado la empresa en un comunicado.

La firma da carpetazo así a unos problemas financieros crónicos, agravados a raíz de la pandemia. El parón de la actividad y la tardanza en volver a la normalidad puso de relieve su alta exposición al juego físico, y penalizó su presencia en mercados internacionales donde las restricciones sanitarias se extendieron. La búsqueda de una salida a esa crisis perpetua también ha provocado vaivenes en las decisiones con sus principales ejecutivos.

En marzo del año pasado, los nuevos propietarios de la compañía destituyeron a sus dos consejeros delegados, Alberto González del Solar y Alejandro Rodino, sin haber llegado a cumplir 10 meses desde que tomaron posesión de sus cargos.

Entonces, también inyectaron 100 millones en la empresa con nuevos bonos, una aportación que era imprescindible para continuar con la actividad; y la compañía anunció un nuevo plan de negocio, en el que retrasaba hasta 2027 la recuperación de los ingresos previos a la pandemia.

Desde julio de 2023, las riendas ejecutivas del grupo están en manos de Gonzaga Higuero como consejero delegado. Los bonistas buscaban un consejero delegado especializado en reestructuraciones societarias y posteriores ventas, lo que hizo Higuero en su etapa como primer ejecutivo de Health Transportation Group.

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