Talgo moviliza a sus accionistas para presionar al Gobierno por la opa
El fabricante defenderá el proyecto ante el Gobierno y ayudará a Magyar Vagon a buscar financiación si algún banco ejecuta deuda por el cambio de control
Oferta amistosa y atractiva para los accionistas. Así califica el consejo de administración de Talgo la oferta pública de adquisición (opa) por el 100% lanzada el jueves por el consorcio húngaro Ganz-Mavag, en el que se reparten el capital el conglomerado industrial Magyar Vagon (55%) y el fondo Corvinus (45%), dependiente del Ministerio de Economía de Hungría. La compradora y su pretendida van tan de la mano como demuestra que Ta...
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Oferta amistosa y atractiva para los accionistas. Así califica el consejo de administración de Talgo la oferta pública de adquisición (opa) por el 100% lanzada el jueves por el consorcio húngaro Ganz-Mavag, en el que se reparten el capital el conglomerado industrial Magyar Vagon (55%) y el fondo Corvinus (45%), dependiente del Ministerio de Economía de Hungría. La compradora y su pretendida van tan de la mano como demuestra que Talgo haya reconocido que se pone a disposición en la “preparación y tramitación” de las autorizaciones del Gobierno o de la Comisión Europea para facilitar la aprobación de la oferta. Incluso prestaría ayuda para buscar un paquete de financiación que sustituya, en caso de ser necesario, a los bancos que ejerzan la cláusula de resolución anticipada por cambio de control.
Los inversores húngaros, según fuentes conocedoras del proceso, se dirigieron por carta a distintas instancias del Gobierno, incluido el operador ferroviario público Renfe, para anunciar la opa al tiempo que pasaba la información a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que es quien deberá determinar si la propuesta es solvente y cumple la ley de opas. Las mismas fuentes explican que la cabeza visible de Ganz-Mavag, el empresario húngaro afincado en Londres Andras Tombor, será quien trate de trasladar el proyecto industrial a un Gobierno que es absolutamente reacio a que el capital húngaro tome las riendas de Talgo.
Después de que los ministros de Industria y de Transportes, Jordi Hereu y Óscar Puente, pusieran el cartel de estratégica al fabricante de trenes, el viernes fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien afirmó que la opa será minuciosamente examinada. En una rueda de prensa celebrada en Santiago de Chile, Sánchez advirtió que el Ejecutivo defenderá los intereses de la empresa y trabajará por “garantizar su estabilidad futura”. Desde su punto de vista, la opa toca de lleno a un sector estratégico como es el ferroviario. El presidente del Gobierno también se refirió al “marco reforzado” para el “análisis y control de inversiones extranjeras” que constituye el real decreto 571/2023 o escudo antiopas, en vigor hasta final de año. Pedro Sánchez remachó sus argumentos asegurando que el Consejo de Ministros defenderla los proyectos industriales estratégicos para España y los puestos de trabajo.
En el entorno de Ganz-Mavag, de la que el Gobierno analiza posibles vínculos con el capital ruso e incluso con Vladímir Putin, se defiende el movimiento como puramente industrial. Un argumento que ha hecho suyo el consejo de Talgo, controlado por quienes quieren vender. Sus tres dominicales forman parte de la instrumental Pegaso, tenedora de un 40% de Talgo. Se trata de los ex directivos de la quebrada Lehman Brothers, Javier Bañón y Javier Olascoaga, al frente del fondo Trilantic, y de Pedro del Corro, consejero en nombre de Torreal, vehículo inversor de Juan Abelló, del que es hombre de máxima confianza. Los tres han trasladado al resto del consejo, en el que hay cuatro independientes de un total de diez puestos, su disposición a vender.
Dos años después de comenzar a trillar el mercado en busca de posibles interesadas en Talgo, con la ayuda de Citi, en el consejo de administración de Talgo se aprecia la vía húngara como única oportunidad a la vista para dar salida a los actuales accionistas y ofrecer mayor capacidad de producción a corto plazo para que Talgo cumpla con la entrega de pedidos en cartera por 4.200 millones. La integración en Magyar Vagon, propietaria del fabricante DJJ (Dunakeszi Jarmüjavító), resultaría una firma de 700 millones en ingresos (652 millones por la española) y 5.550 empleados (3.140 dependientes de Talgo). Especializada en trenes de mercancías y ligeros, lo más relevante que puede aportar la planta de DJJ en Dunakeszi es capacidad ociosa, además del capital que puedan inyectar en el futuro los partícipes de Magyar Vagon, entre ellos la petrolera MOL.
El consejo de Talgo cuenta con la presidencia de Carlos de Palacio y la vicepresidencia de José María Oriol, ambos de la familia fundadora, también con declarada intención de venta como partícipes de la citada Pegaso. Su próximo paso, si la CNMV llega a aprobar el folleto informativo de la oferta, es emitir un informe independiente en el que se determinará si la propuesta es, efectivamente, atractiva. Antes de todo ello, la opa debería salvar la capacidad de veto del Gobierno.
Los asesores de Ganz-Mavag, Lazard y Garrigues, trabajan en cumplir con un doble objetivo inmediato: presentar el aval que cubra los 619 millones que, como máximo, costaría la toma de Talgo (5 euros por acción), y concluir la redacción del folleto informativo que irá a la CNMV en el plazo máximo de 30 días desde el anuncio de la opa, el jueves día 7.
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