QEV se aparta de la antigua fábrica de Nissan y encarrila el desembarco de Chery en Barcelona
BTech se hace con el 100% de las acciones y con toda la libertad para negociar los flecos finales con el grupo chino
Salvo sorpresas, el acuerdo para que el grupo chino Chery produzca sus coches en España se antoja inminente. Sobre todo después de que la ingeniería EV Motors, propietaria de BTech, haya conseguido total libertad para operar la antigua fábrica de Nissan en Barcelona: ha comprado a QEV Technologies el 40% de la sociedad Hub Factory, a través de la que se articulaba la concesión de las instalaciones. Con las manos libres puede negociar ampliamente las condiciones del contrato con Chery, ...
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Salvo sorpresas, el acuerdo para que el grupo chino Chery produzca sus coches en España se antoja inminente. Sobre todo después de que la ingeniería EV Motors, propietaria de BTech, haya conseguido total libertad para operar la antigua fábrica de Nissan en Barcelona: ha comprado a QEV Technologies el 40% de la sociedad Hub Factory, a través de la que se articulaba la concesión de las instalaciones. Con las manos libres puede negociar ampliamente las condiciones del contrato con Chery, cuyo desembarco es para la plantilla la garantía de sus contratos y la salvación, al menos temporal, de la reindustrialización de Nissan, que lleva meses dando tumbos. Los trabajadores esperan que el acuerdo final se pueda cerrar esta semana o, a más tardar, la siguiente.
A partir de ahora, según han explicado diferentes fuentes conocedoras del proceso, QEV pasa de ser socio a un cliente preferencial de la fábrica, donde podrá utilizar las líneas de montaje para ensamblar sus furgonetas Zeroid. QEV considera que el acuerdo “facilitará la posible entrada en el proyecto del fabricante de coches chino Chery y el levantamiento de capital de otros posibles inversores”.
La venta de las acciones le ofrece 12 millones de euros para seguir desarrollando su proyecto de vehículos comerciales eléctricos y le mantiene en una posición preferencial en la fábrica para fabricar sus coches, aunque siempre como cliente. Además se pone paz a las difíciles relaciones que mantenían QEV y Btech, que en los últimos meses habían sufrido encontronazos por la forma de resolver una situación crítica en la que no se estaban cumpliendo con los plazos previstos en la contratación del más de millar de extrabajadores de Nissan que esperaban enrolarse en la nueva etapa de la fábrica de la Zona Franca de Barcelona y la de Montcada i Reixac.
Algunas fuentes sitúan a representantes de la cúpula de Btech en China, negociando los flecos finales del acuerdo con Chery. Sería cerrar el acuerdo de entendimiento sellado en abril, según el cual la fábrica barcelonesa se encargaría a la producción de 50.000 vehículos de la marca Omoda, a través de la que quiere desembarcar en el mercado europeo. Las intenciones iniciales serían mantener ese encargo de producción durante unos cinco años y, en el caso de aumentar las ventas y no poder soportar la demanda a través de importaciones, sopesar la idea de tener una fábrica propia.
Con esa opción, Btech también ganaría tiempo para su proyecto de fabricar una suerte de réplica de vehículos Nissan -una ranchera y una furgoneta- con la renacida marca Ebro, que, como todo el proyecto, ha sufrido constantes retrasos. Y QEV se centrará en escalar su producción de coches eléctricos, que conllevará también la contratación de profesionales que trabajaron en Nissan.
La operación anunciada hoy es vista con buenos ojos por representantes de los trabajadores, que la ven como la opción más factible para desbloquear las negociaciones con Chery.
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