JPMorgan aflora un 5,3% en Repsol y se convierte en su segundo mayor accionista

Reemplaza a Norges Bank, que recorta su participación desde el 5% hasta el 4,53%. BlackRock sigue siendo el inversor más relevante, con un 5,47%.

Josu Jon Imaz, consejero delegado de RepsolPablo Moreno

Movimientos de calado en el accionariado de Repsol. JP Morgan, el mayor banco del mundo, ha aflorado esta mañana una participación del 5,3% en el capital de Repsol, lo que le convierte momentáneamente en el segundo mayor accionista de la petrolera, solo por detrás de Blacrock, que suma el 5,47% de los títulos de la petrolera, tal y como consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)

La operación fue notificada esta mañana a la CNMV en cumplimiento de la normativa que establece la obligación de comunicación cuando una compañía se hace de forma directa o indirecta con una participación significativa de otra compañía. Desde la CNMV subrayan que se entiende que un accionista dispone de participación significativa cuando posee al menos un 3% del capital social. De esta manera, JP Morgan toma el relevo de Norges Bank, el gestor del fondo soberano de Noruega, que también ha anunciado esta mañana un recorte de su participación desde el 5% que poseía al cierre de 2023 hasta el 4,53% comunicado esta mañana. En cuarto lugar aparece el fondo Millenium Group Management, con un 1,061% del capital en instrumentos financieros.

El registro histórico de la CNMV muestra cómo el interés del mayor banco del mundo ha sufrido subidas y bajadas, como muestran las 25 participaciones significativas notificadas desde 2014. La posición más elevada se alcanzó el 19 de marzo de 2020, al inicio de la pandemia, cuando triplicó su peso pasando de tener un 2,12% a un 6,85%.

Los movimientos en el capital de Repsol obedecen a las importantes inversiones previstas en el sector y en particular en la petrolera para hacer frente a la descarbornización y al impulso de las energías verdes. Repsol fue una de las primeras compañías del sector que se comprometió en lograr el objetivo de cero emisiones netas en 2050, alineado con las principales demandas de los inversores mundiales expresadas en las distintas juntas de accionistas en las que han participado. El último plan estratégico, que abarca el período entre 2021 y 2025, plantea un importante giro verde de la compañía, con la ambición de alcanzar los 7,5 gigavatios en generación renovable antes de 2025, los 15 gigavatios en 2030 y la neutralidad en carbono en 2050, para lo que plantea una inversión cercana a los 5.000 millones en los citados cuatro años.

Pese al impacto negativo del impuesto especial a las energéticas, con un coste anual de 450 millones de euros, Repsol ganó 2.785 millones de euros en los nueve primeros meses del año, uno de los mayores beneficios de su historia. La presión ejercida por la compañía, que amenazó con llevarse parte de sus inversiones a Portugal si el impuesto extraordinario a las energéticas se perpetuaba (dos proyectos industriales de su filial Petronor en el País Vasco han quedado congelados por ese motivo), ha provocado que el Ejecutivo se haya replanteado la consolidación de ese tributo para hacerlo compatible “con la transformación del sistema energético”.

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