Roures ultima su salida de Mediapro tras casi 30 años al frente de la firma
Las desavenencias y la falta de proyecto compartido con Southwind, firma de Hong Kong dueña de la sociedad, explican su adiós
Aguas revueltas en Mediapro. Jaume Roures, uno de los fundadores, ultima su salida de la compañía después de casi 30 años al frente de la misma. Salvo un giro inesperado de los acontecimientos, el adiós se oficializará en el consejo de administración de este viernes, según aseguran diversas fuentes empresariales conocedoras. El movimiento se produce después de tres décadas en las que el ejecutivo ha convertido la firma de servicios audiovisuales que creó en 1994 en un ...
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Aguas revueltas en Mediapro. Jaume Roures, uno de los fundadores, ultima su salida de la compañía después de casi 30 años al frente de la misma. Salvo un giro inesperado de los acontecimientos, el adiós se oficializará en el consejo de administración de este viernes, según aseguran diversas fuentes empresariales conocedoras. El movimiento se produce después de tres décadas en las que el ejecutivo ha convertido la firma de servicios audiovisuales que creó en 1994 en un auténtico referente en la gestión de los derechos deportivos, con el fútbol -sobre todo La Liga y la Champions- como principal bandera. Al tiempo, ha desarrollado con éxito divisiones de producción televisiva y cinematográfica, cuyos trabajos han recibido los principales galardones internacionales.
La decisión se explica por las desavenencias de Roures (Barcelona, 1950) con el accionista mayoritario y propietario de la compañía, Southwind Media. La firma de inversión con sede en Hong Kong, que cuenta con importantes ramificaciones en el mundo del juego, quiere dar una orientación y una estructura societaria a Mediapro que no encaja ni con los principios fundacionales de la casa ni con la visión que tiene el empresario catalán sobre el futuro de la compañía. Según información oficial de la productora, Roures desempeña la función de “socio gestor”, una suerte de consejero delegado.
Además de su labor en la operativa diaria, el ejecutivo es también accionista de la firma, con un 5% del capital. Estas fuentes subrayan que lo lógico sería que Roures también se desprenda esa participación, e incluso que la compañía la recompre, en tanto su presencia en el accionariado carece de sentido si no comparte el sentido estratégico del proyecto. Al margen de Southwind, con un 85%, en el capital también figuran la multinacional británica WPP, con un 5%, y Tatxo Benet, el histórico socio de Roures, con quien abandonó en su día TV3 para montar Mediapro; posee una cuota similar. En este momento, la salida de Benet de la compañía no está sobre la mesa.
Roures y Benet llegaron en el año 2018 a un acuerdo con la china Orient Hontai Capital, primer grupo de capital privado del país, para venderle la mayoría de Imagina, el holding que aglutinaba Mediapro y Globomedia. Ese proceso supuso la salida del capital de accionistas señeros del proyecto. Para empezar, de Torreal, la firma de Juan Abelló, que atesoraba un 22,5% del conglomerado y fue la que promovió la búsqueda de un inversor. También de la Televisa de Emilio Azcárraga Jean, que había acompañado a Roures en la aventura de La Sexta y que controlaba el 19%, y de Mediavideo, la firma de Gerard Romy -el tercer mosquetero en la fundación de la productora-, que acumulaba un 12%. La suma de ese 53,5% fue la que permitió a los asiáticos tomar el control de la sociedad, en una transacción que suponía valorar el holding en 1.900 millones. Una condición básica del acuerdo fue el mantenimiento de Roures y Benet al frente de la gestión.
Southwind Group entró en liza a mediados de 2022, cuando la compañía oficializó la refinanciación de su deuda tras el durísimo golpe de la pandemia, que no solo paralizó buena parte de las competiciones deportivas y hasta 56 rodajes, sino que disparó las pérdidas y la deuda de un grupo que nunca la había tenido. Vinculado a Orient Hontai, que también había resultado afectado por el covid y en la que había invertido, Southwind se hizo entonces con ese porcentaje cercano al 85% del grupo tras inyectarle 620 millones de euros. La operación dejó a WPP, Roures y Benet con participaciones en torno al 5%, respectivamente. “La mayor parte de ampliación de capital se destinará a la amortización del endeudamiento hasta situarlo por debajo de los 400 millones de deuda neta (o 500 millones de deuda bruta), con una ratio de deuda neta sobre ebitda de 2,3 veces”, destacó entonces la compañía en un comunicado. Inicialmente, el planteamiento tampoco implicaba un cambio en el equipo de dirección hasta el año 2025.
Según publicaba la agencia Reuters hace apenas dos semanas, Southwind estaría ahora barajando la posibilidad de colocar su participación en Mediapro, interés que coincide con la salida de Roures. Los números acompañan. De acuerdo con los datos correspondientes al ejercicio 2022, los últimos disponibles, la productora disparó su beneficio bruto de explotación (ebitda) un 18%, hasta los 189 millones, ampliamente por encima de las previsiones y tras mantener los ingresos por encima de los 1.200 millones. La deuda, situada en el entorno de los 435 millones, también mantenía la senda de contención.
Un proyecto vital
Mediapro ha sido el proyecto vital de Jaume Roures. Tras su abrupta salida de TV3 y de su paso por la Forta (Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicas) y Dorna, organizadora del Campeonato del Mundo de Motociclismo, se volcó en la productora y, junto a sus socios, logró crear un auténtico imperio a partir de la adquisición y reventa de derechos deportivos, un negocio hasta entonces apenas explotado y aún hoy poco comprendido. A partir de ahí, desde los hierros -servicios de transmisión por satélite, unidades móviles, etc- al cine, las series o la construcción de una nueva sede y estudios propios en el pujante barrio barcelonés de Poblenou. Apasionado de su faceta como productor cinematográfico, The Mediapro Studio no solo puede presumir de 2 Oscar, 28 Goya o un Oso de Plata y una Concha de Oro, sino de figurar en los títulos de créditos de directores como Woody Allen o Fernando León de Aranoa. Para celebrar sus 25 años de existencia y proyecto compartido, la compañía cerró el parque de atracciones de Port Aventura para su plantilla -superior a los 7.000 empleados- en 2019.
“Hay que picar mucha piedra para sacar adelante las empresas”, confesaba en un desayuno informativo celebrado en el Hotel Ritz hace más de una década. También ha defendido en numerosas ocasiones que quienes producen contenidos culturales tienen una responsabilidad ante la sociedad. Un mantra que está a punto de llevar a las últimas consecuencias.
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