Carlsberg ve peligrar la venta de su filial rusa tras pasar su gestión a control estatal
Un decreto presidencial provoca, desde el 16 de julio, que todas las decisiones de la compañía las tome la administración Putin
“Sorprendidos”. Así valora Carlsberg el desarrollo de los acontecimientos en Rusia en el último mes, y que hacen peligrar seriamente la venta de su negocio en ese país. O, al menos, la rodean de una gran incertidumbre.
La cervecera danesa anunció a finales de junio un acuerdo para firmar el traspaso de Baltika Brewery a un operador local que no identificó. Tampoco dio detalles de la transacción. Sin embargo, como han explicado este miércoles los directivos de la compañía en la presentación de los resultados semestrales, esta salida, buscada desde que empezó la guerra en Ucrania, está paralizada. El motivo, un decreto presidencial ruso publicado el 16 de julio, por el que la gestión de Baltika ha pasado a manos de la Agencia Federal Rusa para la gestión de las propiedades del Estado. En base a ese decreto, Carlberg sigue teniendo la propiedad de la filial, pero no tiene ningún control sobre la misma.
“Hemos protestado ante el gobierno ruso por esta inesperada e injustificada intervención. Continuaremos investigando la situación y todas las opciones legales posibles para proteger nustros activos y nustro valor”, explicó a los inversores la directora financiera, Ulrica Fearn. Carlberg se anotó una pérdida de 54 millones en el primer semestre por su negocio ruso y a un deterioro de valor de 160 millones.
“Técnicamente no es una nacionalización, pero no está claro cómo se desarrollará la situación para nosotros. Sí hará aún más dolorosa la salida de Rusia”, ha dicho el consejero delegado Cees’t Hart, que dejará el puesto a finales de este mes. Este reconoció que no tienen contacto con su plantilla en el país, compuesta por 8.000 personas, y que este es limitado con las autoridades rusas.
El grupo cervecero obtuvo un beneficio neto atribuido de 3.495 millones de coronas danesas, unos 469 millones de euros al cambio actual, al cierre del primer semestre de 2023, frente a las pérdidas que registró en el mismo periodo del año pasado. debido a las amortizaciones y deterioros aplicados en Rusia.
Sus ventas crecieron un 6,6% en la primera mitad del año, hasta unos 5.000 millones de euros. La compañía anunció el martes una mejora en sus previsiones de beneficios para el año, elevando las mismas a una horquilla de entre el 4% y el 7%, frente a la anterior que partía de una caída del 2% a un avance del 5%.
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