La patronal de la vivienda turística califica de “falsos mitos” las críticas que reciben de los hoteleros

Defiende el impacto económico que generan y rechaza que eleven los precios y generen problemas de convivencia

Turistas en el centro de ValenciaMANUEL BRUQUE (EFE)

La Federación Española de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur), que representa a 185.000 alojamientos, ha tratado de rebatir esta mañana las críticas del sector hotelero en torno a los pisos para viajeros turísticos, sobre los que exigen un mayor control legislativo por los tres mayores efectos negativos que generan: un alza de los precios del alquiler, problemas de convivencia con los vecinos por la presencia masiva de jóvenes y el escaso impacto económico que dejan en los barrios donde están situados.

Un estudio elaborado por el Instituto Multidisciplinar de la Empresa de la Universidad de Salamanca, a partir de entrevistas a 1.100 viajeros usuarios de viviendas turísticas, encargado por la patronal, desmonta cada uno de esos “falsos mitos”, en palabras de Miguel Ángel Sotillos, portavoz de Fevitur. Y el dato más relevante es el impacto económico de las viviendas turísticas, entendido como el gasto realizado por esos viajeros desde el inicio hasta el final de sus viajes, en el que se incluye el pago del alquiler de la vivienda como el gasto en ocio, restauración o eventos culturales durante sus estancias, que se ha quintuplicado desde la pandemia, pasando de 4.398 millones en 2019 a 20.338 millones en 2022.

El alquiler del piso solo representa el 19,1% de esa cifra (4.660 millones), mientras que el restante 80,9% (15.728 millones ) corresponde al gasto fuera del alojamiento. De esta última cifra, las compras y servicios se llevan la mitad del desembolso, seguidas por actividades culturales y deportivas (194%), excursiones (18,7%) y ocio nocturno, con un 7%. “Este estudio arroja cifras contundentes de la importancia para la generación de riqueza y actividad económica que, de forma capilar, supone el sector en nuestro país”, aseguró Sotillos. El estudio también incide en el elevado poder adquisitivo de esos viajeros, ya que durante sus estancias realizan un gasto medio de 2.967 euros, lo que supone un 41,8% más que en 2019.

El segundo mito que desmonta el estudio es el de que los clientes son mayoritariamente jóvenes que generan problemas de convivencia. “Uno de cada tres inquilinos superan los 55 años y el 75% son parejas y familias, que apenas han detectado problemas de convivencia”, apuntó Sotillos. Una percepción que no encaja con las peticiones lanzadas desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) o la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), que han solicitado un mayor control del crecimiento de las viviendas turísticas a través de la nueva Ley de Vivienda para evitar el rechazo al turismo masivo que ha surgido en algunas ciudades como Barcelona o Palma de Mallorca.

La patronal de las viviendas turísticas también rechazó las acusaciones de que esté contribuyendo a una escalada de los precios del alquiler. “En Madrid hay 1,5 millones de viviendas en alquiler y las turísticas apenas suponen el 2%,mientras que en Barcelona hay 800.000 y solo hay 10.000 desde hace varios años por la moratoria. La media española apenas supone el 1,3% del total del alquiler y en algunas ciudades ese porcentaje puede subir al 3% o 4%. No parece razonable acusar a las viviendas turísticas del incremento del precio del alquiler”.

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