Los sectores aéreo y petrolero se alían en la presión para hacer viable el combustible sostenible

Crean la Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Aéreo en busca de acelerar la producción y uso del SAF

Miembros fundadores de la Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Aéreo esta mañana en la fábrica de Airbus en Getafe (Madrid).Gonzalo Cases

La emblemática planta de Airbus en Getafe ha servido de marco esta mañana para la firma de la potente Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Áereo (AST), en la que alinean intereses las aerolíneas, petroleras, operador de aeropuertos y de navegación aérea o el mundo de la universidad, en busca de acelerar la descarbonización del transporte aéreo. En el centro de la acción está una aceleración de la producción y uso de combustibles sostenibles, los llamados SAF.

La imagen de los presidentes de Iberia, Air Europa, Aena, Air Nostrum, Vueling, Binter, Ala, AOP y altos representantes de Iata, Airbus, Boeing, Exolum, CEOE, Enaire, y así hasta 20 empresas y organizaciones, da la medida del compromiso. La intención, ha señalado el presidente de ALA, Javier Gándara, es “abrir la alianza a nuevos miembros y diseñar un plan de acción”.

El sector aéreo es responsable del 3% de las emisiones de CO2 a nivel global. Desde la Unión Europea se ha fijado una hoja de ruta para la descarbonización, a través de la iniciativa Refuel Aviation, que arranca en 2025 con el uso de un 2% de combustible sostenible de aviación (SAF) mezclado con queroseno. Desde aquí se debe escalar hasta un 5% en 2030, y se sube hasta el 63% en 2050. El hecho, ha recordado el presidente de aviones comerciales de Airbus España, Ricardo Rojas, es que los aviones ya pueden volar con una mezcla al 50% de SAF y se trabaja para alcanzar el 100%, mientras se busca el avance hacia el avión impulsado a hidrógeno que debería volar en 2035. En este caso, el sector aeronáutico va por delante del energético a la vista de que la producción de SAF es aún residual. Este combustible sostenible permite un recorte del 80% de las emisiones en comparación con el actual fuel, a lo que se suman generaciones de aeronaves que rebajan entre un 20% y un 40% el consumo. Las bases hacia la descarbonización están asentadas; falta impulso.

“La alianza permitirá encontrar la mejor ruta para la transición del sector aéreo con la que estamos comprometidos, desde el diálogo y la colaboración, sumando fuerzas para garantizar la sostenibilidad de la aviación en el futuro desde una triple perspectiva: medioambiental, económica y social”, ha dicho Gándara durante su intervención.

El comité ejecutivo de la AST, formado por Aena, Enaire, Airbus, CEOE, Iata, l sociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), ALA y Enaire, se ha repartido ya la formación de tres grupos de trabajo: un primero sobre operaciones, en el que los líderes son Enaire y Aena; mecanismos de mercado y regulación, encabezado por la Asociación de Líneas Áreas, y SAF, en el que la batuta la lleva AOP. Se busca ahora presidente para la alianza y se estudiarán sinergias con otras iniciativas, como la H2 Aviación que busca el desarrollo del hidrógeno en este modo de transporte.

Entre los mensajes lanzados esta mañana figura el de las posibilidades de España como productor de SAF al contar con refinerías de Repsol, Cepsa o BP, empresas concienciadas ya con la producción de SAF. Al respecto, una de las líneas de trabajo de la AST será determinar si es más pertinente demandar subvenciones a la producción de SAF, a la demanda u optar por un modelo mixto. Pero se da por hecho que las ayudas son necesarias.

Otra de las ventajas con que cuenta España es la existencia de una red, gestionada por Exolum, capaz de llevar el combustible sostenible a pie de pista.

Inquietud por la falta de producto

La escasez de SAF ha movido a aerolíneas y petroleras a cerrar múltiples alianzas en busca de disponibilidad de combustible. Hasta ahora se han operado más de medio millón de vuelos impulsados con esta solución sostenible mezclada con queroseno, según cálculos de Iata, y solo en 2022 se firmaron más de 40 pactos entre compañías aéreas y suministradores. Sin embargo, la alianza presentada esta mañana, siguiendo una iniciativa similar que lleva dos años de recorrido en Reino Unido, busca la suma de fuerzas hacia una meta común: la neutralidad en carbono en 2050.

En Estados Unidos, el Gobierno de Joe Biden ha impulsado la producción de SAF a través del Gran Desafío sobre el Combustible de Aviación Sostenible, por el que se intenta llevar la capacidad de refino de SAF en su mercado hasta los 11.300 millones de litros en 2030. Un volumen que sería multiplicado por diez en 2050. Además de ello, la Administración estadounidense también ha incluido el impulso al SAF en su programa de exenciones fiscales a través de la Ley de Reducción de la Inflación.

A la espera de apoyo público, la capacidad de refino de SAF debería crecer hasta un 400% para 2025, según estimaciones de Iata. La producción mundial actual se mueve entre los 300 y los 450 millones de litros anuales. Una cifra que ha estado, como mínimo, un 200% por encima de los 100 millones de 2021 y que multiplica por 12 los 25 millones de litros de 2019. La industria tendría que abastecer unos 30.000 millones de litros en 2030 para cubrir las necesidades del transporte aéreo.

El presidente de ALA, Javier Gándara, ha recordado esta mañana que el SAF es entre tres y seis veces más caro que el queroseno. Representando el combustible alrededor de un 30% de los costes de las aerolíneas, elevar la producción y abaratar el coste de este combustible sostenible es vital para la viabilidad económica del sector.

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