Indra se hace fuerte en India al ganar un contrato millonario para controlar el tráfico aéreo
Operará el espacio de Mumbai, Bangalore y otras tres regiones por 55 millones
Indra da un paso más en su apuesta por India, donde ya cuenta con una presencia notable. Según aseguran fuentes conocedoras, la compañía que preside Marc Murtra acaba de adjudicarse junto a varios socios locales un contrato por importe superior a los 55 millones de euros para desplegar un sistema de control de tráfico aéreo en los aeropuertos de Mumbai, Hyderabad, Bangalore, Navi Mumbai y Mopa.
El proyecto refuerza la presencia de la tecnológica española en el país asiático, donde ya ha modernizado para la Autoridad Aeroportuaria de India centros de control claves, como los de Delhi y Calcuta. También ha puesto en marcha otras 38 torres distribuidas por todo el país. La nueva concesión implica la gestión automatizada del tráfico aéreo y el seguimiento de los aviones civiles desde la rodadura y el despegue hasta el aterrizaje y el estacionamiento final.
El movimiento también ayuda a apuntalar la posición de la firma en el mercado asiático. A nivel global, ya cuenta con más de 6.000 instalaciones desplegadas en 180 países. En las cuentas presentadas la semana pasada, correspondientes al conjunto del año 2022, la sociedad ya daba cuenta del buen momento del negocio de tráfico aéreo, al destacar los contratos cerrados con Enaire (España), DFS (Alemania) y Avinor (Noruega), así como con los operadores respectivos de India y Australia en la región de Asia, Oriente Medio y África. En su conjunto, la contratación de Transporte y Defensa creció un 43%, con una evolución notable en todos los sectores.
Los beneficios del modelo en cuestión son múltiples, sobre todo centrados en la eficiencia de la operativa y la reducción de retrasos, emisiones y contaminación acústica. El sistema funciona mediante la recepción y procesamiento de los datos de la red de vigilancia del espacio aéreo, entorno que integra con el espacio inferior que conforman la torre, los sensores, la torre y los propios radares de superficie del aeródromo. Todo ese contingente de información será accesible a los controladores, que podrán gestionar el tráfico de forma más eficiente, con más operaciones en menos tiempo. Un entorno que minimiza los retrasos y reduce el tiempo medio de los vuelos, al ubicar la posición de las aeronaves en todas las fases del trayecto y ofrecer con antelación alternativas ante cualquier conflicto.
Indra se dio un respiro frente a los problemas de gobernanza que marcaron el pasado ejercicio y arrojó un beneficio neto de 172 millones en 2022, una cifra que se sitúa un 20% por encima de los 143,4 millones del año precedente. La tecnológica disparó su cartera de proyectos hasta los 6.300 millones, con la actividad central de la compañía, defensa y seguridad, acaparando 2.953 millones del portfolio total de Transporte y Defensa (4.587 millones, un 19% más en tasa interanual). La división de consultoría, agrupada en Minsait, sumó los 1.722 millones restantes, también con un alza notable del 8%.
Temas abiertos en pleno cambio de la cúpula
Indra anunciaba este lunes la salida de su consejero delegado, Ignacio Mataix, y la puesta en marcha de un plan de sucesión para el cargo. El adiós del primer ejecutivo se produce en paralelo al desarrollo de un nuevo plan estratégico, con una incógnita principal sobre la mesa como es la continuidad de Minsait dentro del perímetro de la sociedad. El ‘spin-off’ de la consultora permitiría a la compañía no solo poner en valor la división, sino concentrarse en el negocio de defensa. El incremento presupuestario anunciado por el Gobierno otorga a ese área un enorme potencial de crecimiento a medio plazo. El propio presidente se ha mostrado abierto a la posibilidad. La casa también tiene pendiente la decisión sobre la entrada en el fabricante de motores vascos ITP
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