Cómo conseguir que tu pyme supere la década
Una de cada tres nuevas empresas no supera los cinco años.
Según un reciente informe de Iberinform, la esperanza de vida de las nuevas empresas es muy baja. En concreto, el estudio revela que uno de cada tres proyectos empresariales en España no supera los cinco años. ¿A qué puede deberse? ¿Qué es lo que está mal planteado o qué es lo que falla para que esto ocurra? ¿Es un problema de inicio o algo que empeore con el tiempo?
Por suerte, no todas las empresas mueren antes de cumplir los cinco años y muchas superan con creces esta cifra. Así que vamos a ver cuáles son las claves, y qué aspectos se deben tener en cuenta para conseguir que nuestras nuevas empresas tengan una esperanza de vida larga.
Los inicios: lo más complicado
La “clave es que hemos sabido adaptarnos a los cambios y necesidades que demanda el mercado”. Así lo afirma Javier Molinos, CEO de Omnitel. Esta empresa la fundaron dos socios en 1994 y actualmente, cuando han pasado más de 28 años, cuenta con más de 160 empleados. Se trata de un claro ejemplo de cómo lanzar una pequeña empresa y, además de mantenerla en el tiempo, crecer hasta el punto de pasar a ser mediana empresa.
Los inicios a la hora de lanzar un nuevo proyecto son difíciles. Las gestiones a realizar, la incertidumbre ante lo desconocido, las necesidades que surgen, etc. complican estos comienzos. Por ello, es importante tener un buen plan de negocio antes de empezar, con unos objetivos bien definidos y la financiación o los recursos necesarios asegurados. Según expone Juan Quintanilla, fundador de Syntonize, “lo más complicado de empezar un proyecto desde cero, sin ningún tipo de capital detrás ni 'padrinos' es generar la confianza necesaria en los clientes. Esta confianza no se consigue de un día para otro, así que los primeros meses requieren mucho esfuerzo en esta parte”.
Constancia, trabajo y perseverancia: claves para seguir
Pero, ¿y una vez lanzado el proyecto y superados los primeros meses? Pues se debe seguir al pie del cañón para que todo funcione. Trabajo, perseverancia y paciencia son tres aspectos fundamentales para sobrevivir a los inicios de un proyecto y para que se mantenga en el tiempo.
“Constancia, humildad y trabajo. Saber adaptarse y conformarse con la evolución de la empresa”. Así describe Angel Sopeña, CEO y fundador de Bluecell, cómo ha conseguido que su empresa empezara con una mesa y una silla de playa y ahora cuenten con casi 60 empleados y tengan sedes en Bogotá, México DF o Miami.
También es “clave perseverar, tener una alta capacidad de frustración. En muchas ocasiones das un paso hacia delante y tres hacia atrás. Nos hemos encontrado con barreras técnicas, barreras de negocio, burocráticas... día tras día. Pero hemos sido capaces de sobrellevarlo y hacerlo con el mayor empuje posible”. Quintanilla hace hincapié en esta aptitud para poder hacer frente a las dificultades que se van a presentar. Después de saber sobreponerse a todas estas barreras, actualmente trabajan con proyectos de cuatro continentes y son más de 50 empleados (empezaron siendo cuatro).
Una vez se tiene claro el objetivo, es básico “confiar plenamente en el proyecto y trabajar incansablemente”, según indica Roland Bloomfield fundador de La Tartina, que ya lleva 16 años en Madrid desde que se lanzó.
Por último, Juan Millán, socio de Gedeth Network, asegura que “en los planes de negocio no se toma en cuenta el circulante y es algo crítico”. Por lo tanto, también es vital tener en cuenta los recursos que se necesitan para el proyecto y tener asegurada la financiación en caso de ser necesaria. Además, esta financiación del proyecto debe tener validez para un plazo de cinco años, como mínimo, tal y como puntualiza Sopeña.
Un proyecto duradero en el tiempo
Y para poder tener una empresa de éxito duradera en el tiempo, es importante no bajar la guardia y seguir esforzándose por ofrecer un buen servicio o producto y con la motivación para conseguir crecer. “Ser empresario es algo que se aprende cada día. Después de 10 años sigo aprendiendo y eso es algo que me gusta”, tal y como subraya Millán.
Manteniendo las ganas y siendo constante, las empresas duran. Bloomfield asegura que “un proyecto muere cuando uno abandona la lucha, siempre habrá más de una piedra en el camino, tenemos que tener las herramientas adecuadas para romper o alejar las piedras de nuestro super objetivo y con la herramienta justa”.
Molinos destaca la flexibilidad para adaptarse a las necesidades del mercado y también la “cintura” para poder imponerse a la competencia. Con estas capacidades las empresas saben encarar las dificultades que se presenten y afrontar cada reto a lo largo de los años.