Montero Aramburu cierra 2022 superando los 22 millones de euros de facturación, un 14% más que el ejercicio anterior
Entre sus objetivos para 2023 está el de continuar su crecimiento en Madrid, donde acaba de estrenar sede, y la apuesta por el mercado canario
El despacho de abogados Montero Aramburu cerró el ejercicio 2022 con una facturación de 22,03 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 14% con respecto al ejercicio 2021, en el que ingresó 19,3 millones de euros. De este modo, la firma supera la barrera de los 20 millones de euros, y afianza su posición como uno de los principales despachos multidisciplinares del mercado español.
Desde la firma están convencidos de que el crecimiento se ha visto reforzado por la apuesta del bufete por atraer a sus filas a profesionales de alto prestigio. Así, el pasado ejercicio incorporó a su oficina de Madrid a Helena Arronis, ex asesora en el gabinete de la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. También reforzó otra de las áreas claves para el bufete con la incorporación del exmagistrado del Tribunal Supremo Rafael Fernández Valverde, que se unió a la oficina de Madrid en calidad de consejero del Departamento de Derecho Administrativo.
Con estas incorporaciones, el despacho dirigido por Leonardo Neri y Javier Valdecantos cuenta ya con 309 miembros entre abogados, economistas y personal de servicios generales en sus distintas sedes de Madrid, Sevilla, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, Huelva y Córdoba.
Entre los objetivos de 2023 de Montero Aramburu se encuentra el refuerzo y consolidación en los mercados tradicionales en los que viene operando, avanzar en la integración con el despacho malagueño GVA Gómez Villares & Atencia y seguir apostando decididamente por su crecimiento en Madrid, con la introducción de nuevas disciplinas y el aumento de negocio en las Islas Canarias. Por otra parte, el crecimiento orgánico del despacho pasa por continuar con el proceso de digitalización, que permitirá ganar en eficacia y eficiencia, y con la transformación digital, lo que requerirá un aumento extraordinario de la inversión en IT para la mejora de los procedimientos y la gestión del despacho.