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Artesanía tradicional para la nueva economía

Un tercio de las ventas de la firma de muebles y decoración Hannun procede de madera recuperada

Najib Aarass, artesano de la red de Hannun, trabaja con una pieza de madera en su taller de Rubí, Barcelona.
Najib Aarass, artesano de la red de Hannun, trabaja con una pieza de madera en su taller de Rubí, Barcelona.
Rafael Durán Fernández

El modelo de producción lineal, de extraer, producir, consumir y desechar, se ha revelado poco sostenible para el planeta. Por ello, frente a este modelo tradicional se viene imponiendo el de la economía circular por el que se promueve la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de los recursos, para convertirlos en nuevos productos o reciclarlos, con lo que se garantiza un crecimiento sostenible en el tiempo, generando menos residuos.

Con esta filosofía, nativos de la economía circular, echó a andar en 2018 Hannun, la marca internacional de muebles y artículos de decoración del hogar sostenibles y artesanales que comercializa online sus productos y que cotiza en el BME Growth. El propósito de la compañía es impulsar el slow furniture y hacer muebles que impacten lo mínimo en el medio ambiente, tanto en su producción como en el final de su vida útil.

“Creemos que podemos cambiar el sector actual”, asegura Joan Álvarez, CEO de la compañía, fundada por Maurici Badia. “Sobre todo basándonos en que por un lado trabajamos con productos sostenibles, y por otro, con procesos artesanales y con artesanos que trabajan ese tipo de elementos desde hace muchos años”.

Para fabricar sus productos la empresa se apoya en una red de artesanos del mueble y la decoración del hogar que se extiende por toda España y está presente también en Europa. Suman ya más de 40 talleres que emplean a más de 200 artesanos. Estos talleres trabajan con maderas certificadas con los sellos FSC y PEFC, que la empresa acaba de renovar, y con madera recuperada.

“Aprovechamos madera que ya fue talada en su momento y que ha sido utilizada normalmente en el entorno industrial, y le damos nueva vida a un producto que puede llegar a casa de un cliente a continuar un ciclo. En España los muebles de madera recuperada son casi el 30%, en Francia, casi un 40%”, asegura Álvarez, que destaca que es un producto cada vez más demandado y que corroboran las cifras: “Más o menos el 10% de nuestros productos están hechos con madera recuperada y sin embargo son el 30% de las ventas”.

La compañía utiliza aproximadamente 2 toneladas mensuales de madera recuperada, 24 toneladas al año, con lo que se evita la tala de 280 árboles. La idea es poder multiplicar esas cifras. El CEO de Hannun reconoce que “hay mucha madera recuperable, muchísima, pero el acceso a ella todavía no está del todo bien enfocado. Y ahí es donde nosotros estamos trabajando para intervenir dentro de esta cadena de suministro y cerrar acuerdos bien con centros de reciclado o bien con industrias o con empresas que se dedican a la separación de residuos y al reaprovechamiento”.

La empresa trabaja además con otros materiales recuperados. “Estamos también investigando, y hemos cerrado un acuerdo con ESNE (Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología), y analizando con ellos nuevos tipos de material que podamos utilizar en la fabricación de muebles”, apunta Álvarez. “Hicimos también una colección con plástico recuperado, que acaba con un aspecto marmóreo, en colaboración con Gravity Wave”, una empresa de la Comunidad Valenciana que se dedica a recoger plástico del mar Mediterráneo y de la industria para transformarlo.

Dentro de esta dinámica de aprovechamiento, Hannun ha creado una sección en la web, Reuse Market, para comercializar productos utilizados como modelos publicitarios, que han participado en ferias o programas de televisión o que han sufrido ligeros desperfectos durante el transporte. “Cuando llegan estos muebles, si no son aptos para la venta se mandan a reparar o se utilizan como madera para nuevos productos. Y si es apto para la venta, le marcamos un precio, que normalmente tiene descuentos entre el 20% y el 50%”, explica el CEO.

Inteligencia artificial

Los artesanos trabajan bajo pedido, con lo que no hay stocks. Álvarez admite que, por su origen artesano, el cliente de Hannun es más paciente con los plazos de entrega. No obstante la compañía ha desarrollado un software mediante el cual, con inteligencia artificial, pueden anticiparse a la demanda de los clientes. “Y el sistema cada vez afina más, y eso nos permite tener una parte importante del catálogo con tiempos de espera muy competitivos”.

Otra característica de la compañía es que “trabajamos una línea de muebles sencillos, que no tienen grandes mecanismos ni complejidades, en su mayoría los enviamos montados o prácticamente montados. Intentamos no enviar puzles, intentamos enviar muebles”, asevera.

Hannun es el primer minorista de muebles que posee el certificado B Corporation en Europa, desde finales del año pasado. “Estuvimos trabajando cosa de un año en el tema de B Corp, no por el hecho de hacer cambios a nivel de compañía, sino porque teníamos que presentar pruebas y certificaciones que acreditaran que todo eso que decimos que hacemos, lo hacemos”. “Es como una auditoría de todo lo que haces y te dan muchos consejos de cosas que puedes mejorar”, subraya.

"Queremos favorecer un mayor cuidado del medio ambiente, potenciar el trabajo de la artesanía, mejorar la calidad del trabajo de las personas, el consumo de recursos, pero a la vez esto lo tenemos que hacer fácil para el cliente, porque somos conscientes que por muy bonito que sea lo que queremos hacer, si para el cliente es muy caro, o muy lento, o muy feo, da igual que sea bueno para el planeta. Para cambiar la tendencia de un mercado enorme en el que consumen millones de personas tienes que hacer que sea fácil para esas personas el hacer el cambio y tomar la decisión de cuidar el planeta", expone Álvarez.

Transparencia y salto internacional

Hannun cotiza en BME Growth desde el pasado 29 de junio, cuando debutó con un precio de referencia de 1,01 euros por acción (ahora cotiza en el entorno de los 0,45 euros). Para el CEO, Joan Álvarez, la salida a Bolsa forma parte de la filosofía de la empresa. “Nos hemos ido financiando con inversores que habían participado en la compañía. Y llegó un momento que queríamos dar un paso más de transparencia con estos accionistas y ser una compañía cotizada es el mayor estándar a nivel de transparencia, de control, de reporte, de auditoría, para que todo se hiciera con los más altos estándares de transparencia y de rigurosidad”.

“Otro de los motivos es que la empresa tuviera un valor justo, que las personas fueran las que decidieran cuánto vale la empresa y también dar la posibilidad de darles liquidez a esos accionistas que nos han acompañado. Y quien quiera estar que esté y quien no quiera, que no esté”.

“También que nos queríamos expandir, sobre todo a nivel internacional, para seguir aumentando nuestro catálogo, que es muy caro porque necesitas un equipo que haga los diseños, un equipo de fotografía que haga toda la imagen gráfica, un equipo de redacción de texto y luego traducirlo, subirlo a la web, hacer campañas de promoción… para que todos esos productos nuevos vayan viendo la luz”.

Sobre la firma

Rafael Durán Fernández
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.

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