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De 3,7 millones en Madrid a 209 en Baleares: el impuesto a la riqueza funcionará a partir de estos umbrales

El nuevo gravamen afectará únicamente a 10 comunidades El resto seguirá aplicando el impuesto sobre el patrimonio

Impuesto a los ricos
Infografía: Belén Trincado
Pablo Sempere

El nuevo impuesto de solidaridad sobre las grandes fortunas afectará a los contribuyentes más acaudalados de un total de 10 comunidades autónomas. Son Cataluña, Galicia, Andalucía, Asturias, Cantabria, Murcia, Baleares, Madrid, País Vasco y Navarra, aquellas regiones cuyos tipos máximos en el tradicional impuesto de patrimonio son inferiores a los del nuevo gravamen, ya sea por estar bonificados total o parcialmente o por quedarse por debajo.

Sin embargo, debido precisamente a las desemejanzas regionales entre unos tipos marginales y otros, el nuevo impuesto pasará a funcionar en cada autonomía afectada a partir de unos umbrales de riqueza muy dispares. Todo se explica a través del diferencial entre los tipos que tienen fijadas las autonomías en Patrimonio y los del impuesto de solidaridad. En Madrid y Andalucía, que bonifican al 100% el tributo original, el diferencial será de 3,5 puntos porcentuales, que es el tipo máximo fijado en el nuevo gravamen. En Baleares, con un tipo máximo en Patrimonio del 3,45%, el diferencial será de 0,05 puntos.

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Todas estas cifras, calculadas por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), llevan a que tendrán que pagar el nuevo impuesto los contribuyentes que superen estos umbrales de patrimonio: En Baleares, la comunidad con un tipo máximo más cercano al del nuevo impuesto, la frontera la marcarán los 209,8 millones de riqueza neta. En Galicia, por su parte, la factura extra llegará a partir de los 8,6 millones de patrimonio. Entre medias están Cataluña (16,6 millones), Asturias (23,9 millones), Murcia (25 millones) y Cantabria (26,3 millones).

En Madrid y Andalucía, donde el impuesto de patrimonio está descontado en su totalidad, tendrán que pagar el nuevo gravamen los patrimonios de más de 3,7 millones de euros, el mínimo a partir del cual aplica.

Los cálculos de Fedea también incluyen las regiones con sistemas fiscales propios. Así, en las diputaciones forales, estos umbrales se sitúan en 13,2 millones para Álava, 13,1 millones para Guipúzcoa, 10,6 millones para Navarra y 9,6 millones para Vizcaya.

Esto no significa que los contribuyentes más ricos de aquellas regiones en las que no opere el nuevo impuesto se libren de tributar. En La Rioja, Comunidad Valenciana, Aragón, Canarias, Extremadura y las dos Castillas funcionará únicamente el impuesto al patrimonio, debido a que sus tipos marginales máximos son iguales o superiores a los que marca el nuevo impuesto.

A modo de ejemplo, Fedea ofrece una serie de casos para ilustrar estas diferencias, así como la enorme brecha impositiva entre unas zonas y otras para el mismo perfil de acaudalado. Un contribuyente con 4 millones de euros pagará en Patrimonio casi 60.000 euros y abonará cero en el nuevo impuesto, debido a que el tipo aplicado en el primero supera al segundo. El mismo perfil, pero residente en Madrid o Andalucía, no tributará por el gravamen original, pero tendrá que pagar 5.100 euros debido a la nueva figura impositiva.

Por su parte, una fortuna de 15 millones asentada en Madrid pagará 278.000 euros de factura en el nuevo impuesto, mientras que se librará de tributar en Patrimonio. El contribuyente en la misma situación, pero con residencia en Guipúzcoa, pagará 257.000 en el impuesto original y otros 21.000 euros en el impuesto de solidaridad, debido a que el tipo máximo foral está algo por debajo del fijado en el nuevo gravamen.

Cabe recordar que el nuevo impuesto, de titularidad estatal, gravará a las fortunas con más de 3 millones de euros. Al tener un mínimo exento de 700.000 euros, hará que se libren aquellos contribuyentes por debajo de los 3,7 millones. Esta figura será deducible con Patrimonio para evitar la doble imposición y su recaudación pasará al Estado, a diferencia del impuesto original, cuyos ingresos se quedaban en las arcas autonómicas.

Por ello, dado que la riqueza va a gravarse en cualquier situación, desde Fedea se preguntan si las comunidades con bonificaciones totales o parciales mantendrán sus descuentos o si, por el contrario, recuperarán Patrimonio a fin de aumentar la recaudación. Desde el punto de vista financiero, explican desde Fedea, "podría tener sentido". Es decir, "antes de que la recaudación del impuesto acabe en el gobierno central, las comunidades afectadas podrían aspirar a recaudar la totalidad de lo tributado por sus contribuyentes". No obstante, añaden, estas regiones también podrían reafirmarse en su posición de bonificar la cuota al 100% y reclamar contra la violación de su autonomía tributaria en los tribunales.

En paralelo, ¿qué harán las zonas con tipos máximos propios inferiores a los del nuevo impuesto? "¿Van a permanecer impasibles ante una subida de impuestos hacia sus contribuyentes? En este caso, creemos que estas comunidades posiblemente opten por una subida de su impuesto al patrimonio a fin de no perder recaudación en favor del Estado".

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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