El Ibex firma su mejor sesión en siete meses y pone en la diana los 7.700 puntos
El selectivo español acelera las ganancias y se anota un 3,14%
Los elevados niveles de sobreventa que vienen registrando las Bolsas está propiciando que las especulaciones sobre una posible moderación en las subidas de tipos tengan un efecto amplificado. Después de encadenar cinco trimestres en negativo. el Ibex 35 inicia la recta final del año con alegría renovada. El selectivo español subió un 3,14%. Además de vivir su mejor sesión en siete meses, el índice se queda a tan solo cuatro puntos de recuperar la barrera de los 7.700 puntos.
En apenas cuatro jornadas la Bolsa española ha pasado de pelear por no perder la cota de los 7.300 a poner en la diana los 7.700 puntos. Aunque en lo que va de año el Ibex sigue acumulando unas pérdidas que superan los dos dígitos (-11,67%), la repentina recuperación está ayudando al selectivo a alejarse progresivamente de los mínimos anuales registrados el mes pasado, un periodo marcado por la aceleración del proceso de normalización monetaria.
Las subidas fueron generalizadas entre los componentes del selectivo. Solo Enagás (-0,68%) y Acciona (-0,98%) escaparon a las compras. En el lado de los ascensos sobresalieron los bancos y las firmas vinculadas al turismo. Santander sumó un 6,98%; BBVA, un 4,69%; CaixaBank, un 4,27%; Sabadell, un 3,53% y Bankinter, un 3,57%. En el lado de las turísticas IAG (7,43%) y Amadeus (4,55%) lideraron las ganancias.
El comportamiento de la Bolsa española se mantuvo en línea con el resto de índices europeos y estadounidenses. El Dax alemán avanzó un 3,76%; el Cac francés, un 4,24%; el FTSE británico, un 2,57% y el Mib italiano, un 3,42%. Al cierre Wall Street registró ascensos del 2,8% hasta 30.316 puntos en su índice Dow Jones. El Nasdaq se anotó una subida del 3,34% y el S&P 500 del 3,06%.
La alegría desmesurada en la que está inmersa la renta variable en el inicio de mes no significa que el panorama haya cambiado. Las tensiones geopolíticas, las subidas de tipos y el freno de la actividad siguen siendo las principales amenazas. Sin embargo, unos débiles datos macroeconómicos han hecho pensar a los inversores que los bancos centrales podrían subir los tipos a un ritmo más moderado que el que han venido registrando en los dos últimos meses.
Esta idea se ha visto reforzada por la decisión del Banco de Australia de subir los tipos en 25 puntos básicos, frente a los 50 previstos. Los operadores han aprovechado esta moderación para rebajar sus apuestas sobre las futuras subida de las tasas en EE UU. Mientras hace tan solo unos días el mercado puso en precio un alza de las tasas por encima del 4,5% para el próximo año, ahora empieza a cobrar cierto protagonismo la posibilidad de que los tipos suban como máximo al 4,5%. Es decir, que la Reserva Federal haga un alto en el camino para evitar un mayor daño a una economía que ya en el segundo trimestre ha entrado en recesión.
No obstante, los expertos creen que esta idea son meras especulaciones y que existen pocas probabilidades de que se transformen en realidad con los actuales niveles de inflación. A esto se suman las voces que califican de puntual el rebote que ha registrado el mercado en los últimos días. El departamento de análisis de Credit Suisse acoseja cautela porque la retirada de liquidez, las elevadas valoraciones que venían registrando muchas cotizadas y el riesgo que implica una revisión a la baja de las previsiones económicas implicarán nuevas caídas. Los expertos fijan como objetivo para el S&P 500 los 3.000 puntos. Es decir, desde los niveles actuales supondría una corrección adicional del 20%.
Las ganancias se replicaron en la renta fija, un comportamiento que se traduce en la caída de los rendimientos. A pesar de esta corrección el bono español a diez años continúa anclado en la barrera del 3%. Por su parte, el bono alemán al mismo plazo baja al 1,87% y el italiano, al 4,17%. El gobernador del banco de Francia, François Villeroy, señaló en una entrevista en el periódico holandés NRC que si bien la institución mantendrá su postura agresiva en lo que queda de año, a partir de 2023 habría que repensar la estrategia. Es decir, aboga por seguir subiendo las tasas, pero de manera más lenta.
“No digo que los aumentos de los tipos frenen en diciembre, sino que tendremos que evaluar de manera integral la inflación y las perspectivas económicas”, subraya. Es decir, aboga por la tan mencionada flexibilidad. Estos comentarios muestran el debate que empieza a abrirse en el seno del organismo sobre cómo conciliar la lucha contra la inflación con la protección de una economía en creciente riesgo de recesión. El banquero central ve la facilidad de depósito por debajo del 2% para finales de año, frente al 0,75% actual.