Vodafone ficha a Evercore para vender su red fija en España
Encarga al banco de inversión que impulse su reconversión en el mercado español
Vodafone afronta su futuro en España que, por el momento, será en soledad. La teleco británica ha elegido a Evercore como asesor para acelerar el proceso de reconversión estratégica que quiere afrontar en el mercado español, según indican fuentes del mercado. Ha encargado la venta de una participación en su red fija en España.
El proceso está en una fase embrionaria. La compañía ha llamado durante las últimas semanas a los principales bancos de inversión que operan en España para que le remitan propuestas sobre qué pasos debe dar. Las fuentes consultadas apuntan a que el elegido ha sido Evercore, que ha competido hasta el final con Morgan Stanley por el mandato.
La compañía contaba con un amplio abanico de alternativas. Entre ellas figuraba, tanto acometer ventas de activos, con las infraestructuras en primer plano, como sondear la entrada de posibles socios e incluso la salida del mercado español. Finalmente ha optado por encargar a este banco de inversión la venta de una participación, tanto mayoritaria como minoritaria, en su red fija en España. Fuentes de Vodafone y de Evercore han declinado hacer comentarios.
Vodafone, de esta manera, quiere saber el apetito de los private equity. Desde luego, por la red hay interés, y la prueba son las numerosas operaciones que se han hecho en España. Telefónica ha vendido un 45% de su fibra rural a Vauban y Crédit Agricole, REE ha hecho lo propio con el 49% de Reintel (su filial de fibra) y Macquarie ha adquirido otra red de MásMóvil, entre otras.
Al vender la red la presión sobre el negocio en España y las críticas de los inversores se reducirían. En entornos de la operadora se ha tratado de una valoración cercana a 4.000 millones de euros, si bien otras fuentes creen que no sería tan alta. Además, recuerdan que buena parte de los accesos son de tecnología HFC, heredada de Ono, con lo cual el comprador, obligado a invertir en la migración, que incluye tanto la fibra como el equipamiento en casa del cliente, debería asegurarse unos contratos a largo plazo con Vodafone. En la actualidad, esta red tiene una alta ocupación.
Los contratos a largo plazo podrán ser una hipoteca de cara a futuras operaciones estratégicas de Vodafone, puesto que, por ejemplo, para una posible venta futura de la parte de servicios, el comprador debería asumir estos contratos, minimizando otras alternativas de sinergias.
Vodafone se ha quedado bailando solo en las fusiones en España. La teleco rondó una fusión con MásMóvil, que finalmente eligió a Orange. La compañía, si finalmente se cierra la fusión de Orange y MásMóvil, se quedará como tercer operador del mercado, muy lejos de los dos primeros, bajo la presión de grupos como Digi. Es decir, la compañía británica está obligada a mover ficha.
De momento, en la sede del grupo en Reino Unido no hay una decisión tomada. En el consejo de administración hay una corriente de opinión que apunta a buscar la salida de España, bajo la presión de fondos activistas como Cevian, que quieren la salida definitiva. Sin embargo, la dirección de la teleco en España no está alineada con esta posición, y cree que hay posibilidad de arreglar las cosas.
La operadora comunicó en primavera sus nuevos planes para acelerar la transformación de sus operaciones en España, para mejorar estructuralmente su rentabilidad sobre el capital empleado (Roce), destacando la exploración de cambios estructurales en la citada red fija.
En julio, el CEO del grupo Vodafone, Nick Read, señaló en un encuentro con analistas que la empresa estaba analizando de forma activa todas las opciones, señalando que hay una oportunidad de crear valor para los accionistas. El ejecutivo indicó, entonces, que el proceso acababa de comenzar, señalando que había actores con los que la compañía ya estaría hablando, si bien advirtió de que podía haber otros jugadores. Read, que dijo que hay un espacio interesante, se comprometió a hacer una actualización en noviembre.