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Medio ambiente
Tribuna
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Cataluña dice adiós a los plásticos de un solo uso

El Govern tiene por delante el reto de hacer de esta nueva ley de residuos una herramienta transformadora del modelo productivo

Planta de tratamiento de residuos de CLD en Barberà del Vallès (Barcelona).
Planta de tratamiento de residuos de CLD en Barberà del Vallès (Barcelona).

Cataluña está un paso más cerca de abandonar los plásticos de un solo uso y afianzar así su transición hacia un modelo de país más ecológico y sostenible. Esta meta es uno de los puntos que recoge el Anteproyecto de la nueva Ley de Prevención y Gestión de los Residuos de Uso Eficiente de los Recursos de Cataluña, aprobado el pasado 9 de mayo y en proceso de participación pública desde inicios de julio.

Con este nuevo texto, el Govern de la Generalitat de Catalunya prohibirá, tras la entrada en vigor del mismo, el envasado innecesario o superfluo de productos alimentarios con plástico, así como como las bolsas de la compra de este mismo material no compostables.

La ley nace de un contexto como el actual en el que la ciudadanía sigue utilizando, pese a los esfuerzos de diferentes colectivos y asociaciones internacionales, una cantidad de plásticos innecesaria que pone en peligro el futuro del planeta y de su población. Eliminar esta sobreproducción, por lo tanto, es un paso clave a la par que necesario.

Ya en la última edición del Foro Internacional de Residuos, la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea alertó a nuestro país sobre el preocupante uso que están haciendo de los plásticos, ya que, si bien se ha mejorado el reciclaje desde el año 2016, se encuentra muy por debajo de los objetivos originalmente marcados para 2020 y, en consecuencia, de los niveles de obligado cumplimiento establecidos para 2025.

Dadas estas circunstancias, esta nueva ley deberá poner si foco no solo en los máximos dirigentes, sino también en el ciudadano de pie ante la falta de concienciación actual sobre la reutilización de materiales. Es por esto por lo que las empresas que apostamos por modelos sostenibles confiamos en que el texto definitivo sea afrontado con la máxima ambición posible para alejarse de las políticas continuistas de años anteriores. En definitiva, medidas concretas para conseguir cambios estructurales y reales a nivel ambiental, económico y social.

En el caso concreto de Cataluña, los datos más recientes (2021) recogidos por la Agencia de Residuos autonómica muestran que casi la mitad de los residuos municipales generados durante el año (un 46,6%) fueron recogidos de forma selectiva. Esta cifra, pese a representar un incremento del 3,1% respecto al ejercicio anterior, sigue lejos del 50% marcado para 2020 o del objetivo final del 65% para 2035.

Ante esta complicada situación, el Govern tiene por delante el reto de hacer de esta nueva ley de residuos una herramienta transformadora del modelo productivo a fin de propiciar un consumo más responsable, preventivo y que evite el exceso de embalajes en los productos. En este último caso, es importante reiterar que nos encontramos en un punto en el que se siguen utilizando de forma sistemática recipientes de plástico para cualquier tipo de producto, incluso para pequeñas piezas de fruta en supermercados o locales de comida a domicilio.

Para poder cumplir con las previsiones de reducción de residuos del 30% para 2025 y del 60% en 2030 -respecto a la situación actual- esta ley apostará por la sustitución de toallitas, pañales o compresas de un único uso por bolsas compostables, así como por la implementación de un factor sancionador a modo acompañamiento, el cual aparece como la única solución para iniciar la concienciación de la ciudanía sobre esta problemática y asegurar su cumplimiento.

Del mismo modo, el otro gran eje sobre el que reposará esta nueva ley será la llamada economía circular. Este modelo tiene como finalidad aprovechar los productos existentes el de la forma más eficiente y durante el mayor tiempo posible a través de la reutilización, renovación, reparación y reciclaje. Así, Cataluña incorporará un sistema que garantice el uso racional de los recursos y que tenga como prioridad número uno los sistemas de reciclaje y reutilización.

Para conseguirlo, sin embargo, será de vital importancia implementar diferentes estrategias que llamen a la participación de todos los sectores de la sociedad catalana, donde abunda más el modelo económico lineal. ¿Las claves? La apuesta de los entes locales por sistemas de recogida selectiva de alta eficiencia, como la puerta a puerta o los contenedores cerrados, y la aplicación por parte de los mismos de una tasa justa que actúe como el mecanismo fiscal para incentivar la separación correcta en origen, así como la recogida selectiva de los residuos. Todo esto, junto a otras novedades como la obligatoriedad de recoger residuos con bolsas compostables o el aumento de restricciones para los productos biodegradables.

La aprobación del proyecto definitivo de ley está prevista para el primer semestre de 2023, por lo que la entrada en vigor de la norma se llevará a cabo, previsiblemente, el 1 de enero de 2024. Mientras tanto, habrá que seguir trabajando para introducir en el día a día de las personas, y en especial a la población más joven, la importancia de conceptos como la sostenibilidad, la concienciación ambiental y el zero waste.

Mauricio Pacheco es abogado colaborador en Roll'eat.

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