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Beneficios

Santander coloca 3.500 millones de dólares en bonos sénior

El apetito se dejó sentir en la demanda que superó los 10.000 millones de dólares

Banco Santander cerró el viernes su mayor emisión en Estados Unidos. La entidad colocó 3.500 millones de dólares (3.399 millones de euros) en deuda sénior no preferente. La escasez de papel y la confianza que despierta la entidad entre los inversores se dejó sentir en la demanda. Las órdenes de compra superaron los 10.000 millones de dólares (unos 9.711 millones de euros). Es decir, la ratio de cobertura se situó en las 2,85 veces la oferta. La operación se orquestó en dos tramos uno con vencimiento en agosto de 2025 y otro con plazo de amortización en agosto de 2027, ambas a tipo fijo.

En deuda a tres años se adjudicaron 1.750 millones de dólares (1.697 millones de euros). Los bonos devengarán un cupón anual del 5,147. El apetito mostrado por los inversores permitió rebajar el precio en 25 puntos básicos. La emisión partía con diferencial de 220 puntos básicos y se cerró con un spread de 195 puntos.

En bonos a cinco años se colocaron otros 1.750 millones. En este caso el cupón es del 5,294%. La demanda ha permitido bajar en otros 25 puntos básicos el diferencial, desde el 255 inicial al 230 al que se cerró.

En un principio, la entidad bancaria también incluía un tercer tramo, pero a tipo flotante y con un vencimiento a tres años, si bien finalmente la emisión se ha lanzado solo con los dos tramos a tipo fijo.

Barclays, Bank of America, Citi, Credit Suisse, HSBC, JPMorgan, RBC Capital Markets y el propio Santander actuaron como entidades colocadoras de la emisión. Se trata de la tercera emisión que el banco realiza este año en formato público en Estados Unidos.

En el primer trimestre del año Santander vendió deuda por valor de 2.500 millones dólares (2.437 millones de euros). En marzo la entidad repitió la experiencia y adjudicó 2.150 millones de dólares (2,096 millones de euros). Las menores necesidades de financiación, los amplios colchones de liquidez y la volatilidad que impera en el mercado ante la subida de tipos y la guerra en Ucrania se han traducido en una fuerte contracción de la actividad en el mercado de capitales. El fin de los tipos está llevando a los emisores tanto públicos y como privados a afinar sus estrategias para captar fondos.

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