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Lucha contra la pobreza

El ingreso mínimo vital no llega al 60% de potenciales beneficiarios ni al 78% de hogares en riesgo

La Airef cree que ha ayudado a reducir la pobreza, pero falta recorrido. Si estuviese plenamente operativo costaría 2.800 millones

Cristina Herrero, presidenta de la Airef
Cristina Herrero, presidenta de la Airef

El ingreso mínimo vital (IMV) ha llegado a 284.000 hogares, el 40% de sus beneficiarios potenciales (700.000), y cubre al 22% de los hogares en riesgo de pobreza (1,3 millones), lo que deja fuera al 60% de potenciales beneficiarios y al 78% de dichos hogares. Así lo refleja la primera opinión sobre el ingreso mínimo vital elaborada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y presentada ayer.

“Es una prestación que ha conseguido avances pero tiene un amplio recorrido para ser un instrumento potente de lucha contra la pobreza y la exclusión social”, explicó la presidenta de la autoridad fiscal, Cristina Herrero, al tiempo que rechazó hablar en términos de éxito o fracaso.

“¿Ha contribuido el IMV a la lucha contra la pobreza? Sin duda sí”, puntualizó, aunque matizando que el problema es que no se ha definido qué se entiende como pobreza ni el objetivo final de la medida, es decir, si se quiere reducir la pobreza en un porcentaje determinado o erradicarla por completo.

Según los datos de la Airef, de estar plenamente implementado, el IMV cubriría a 700.000 hogares y supondría un coste anual de 2.800 millones de euros si consiguiese llegar a todos ellos. Estas cifras y las del resto de la evaluación no incorporan a País Vasco y Navarra al disponer únicamente de información administrativa de renta y patrimonio de territorio común.

La Airef constata también que 400.000 hogares que podrían recibir el IMV aún no lo han solicitado, el 57% de los posibles beneficiarios, fenómeno conocido como non take-up. “Es algo que sorprende pero al hacer la comparativa con los países del entorno, es un rasgo común”, explicó, no sin añadir que la gestión de este tipo de prestaciones es “compleja”.

El director de la división de evaluación del gasto público de la Airef, José María Casado, explicó que el 91% de los hogares elegibles que no solicitan el IMV poseen rentas del trabajo. En particular, el 53% de los hogares non takeup poseen prestaciones de desempleo. Asimismo, la Airef ha observado que en aquellos hogares donde la ganancia que supondría el IMV es más pequeña, existe menor probabilidad de que se solicite esta prestación. “Los hogares que se encuentran cerca del umbral de elegibilidad pueden percibir que los costes de la solicitud en términos de tiempo, burocracia u otras cuestiones no son compensados por el beneficio que obtendrían”.

Además, aunque el número de solicitudes ha sido elevado, sobre todo en los primeros meses, y ha superado los 1,5 millones, la Airef constata que un porcentaje muy alto resultaron rechazadas. En concreto, el 73% de las solicitudes resueltas se han denegado o inadmitido, aunque este porcentaje ha disminuido con el tiempo hasta el 60%. La principal causa de denegación o inadmisión es el incumplimiento del criterio de renta, seguido de los requisitos de unidad de convivencia-empadronamiento.

Mayor presencia si hay hijos

El estudio de la Airef también pone de relieve que la presencia del ingreso mínimo vital es mayor entre los hogares con hijos a cargo, un dato que, según el director de la división de evaluación, se debe a que muchos de los beneficiarios, en concreto, un total de 113.000, el 40% del total de expedientes en alta, proceden de la anterior prestación por hijo a cargo. En cuanto a cómo contribuye esta prestación a la lucha contra la pobreza, José María Casado precisó que, a diciembre de 2021, el IMV cubría a un 22% de los hogares en riesgo de pobreza (284.000 de 1,3 millones). Para este estudio, la Airef ha considerado que un hogar está en riesgo de pobreza si la renta de sus miembros se sitúa por debajo del 40% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de la población.

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