MásMóvil y Orange apuntan a un ráting de BB, por debajo del bono de inversión
Se trata de un préstamo de 6.500 millones
MásMóvil y Orange ya tienen lista la financiación para respaldar su fusión. Cuentan ya con la opinión de las agencias de ráting, que le han dado una nota ligeramente por debajo del grado de inversión. Y ya tienen listo el préstamo, por en torno a los 6.500 millones, según indican las fuentes financieras consultadas.
Las agencias de rating han situado la nota sobre el futuro segundo operador español en BB, si bien la nota emitida es secreta. Esta calificación se encuentra dos escalones por debajo del grado de inversión, pero dos grados por encima de la nota de MásMóvil. Las fuentes consultadas apuntan a que la razón por la que la nueva compañía se ha quedado por debajo de este nivel es la presencia que tendrán aún los fondos de private equity –KKR, Cinven y Providence– en el capital, reteniendo en torno a la mitad de las acciones en una sociedad que estará valorada en unos 8.100 millones. MásMóvil, en solitario, cuenta con una nota de B de S&P, B2 para Moodys y BB para Fitch. Cinco escalones por debajo del grado de inversión para las dos primeras agencias y tres escalones por debajo para la tercera agencia.
El acuerdo entre los socios, eso sí, contempla la salida de los fondos en tres años. Esto abre la puerta, en opinión de los bancos asesores, a futuras subidas de ráting en ese momento. El elevado endeudamiento de la compañía resultante es otro punto que lastra la calificación del grupo. En el acuerdo de financiación intervienen una veintena de bancos, entre los cuales BNP Paribas es el coordinador del proceso. Société Générale, Crédit Agricole, JP Morgan, Goldman Sachs, Santander, BBVA y CaixaBank. son otras de las entidades que participan.
El préstamo será un crédito puente que luego se refinanciará. Finalmente, las partes han decidido que la nueva deuda se estructure en su totalidad a través de préstamos bancarios. Y divididos en dos tramos, uno en euros y otro en dólares. Si bien en un principio se planteó que se distribuyesen al 50%, actualmente es probable que el tramo en dólares supere al de en euros. Tendrá un calendario de vencimientos repartido entre 5 y 7 años. Lo que queda finalmente descartado es que una parte de la deuda sea una emisión de bonos.
El destino de toda la deuda será, además de refinanciar el pasivo, pagar un dividendo para ajustar la diferencia de valoración de ambas compañías. Mientras que Orange acude a la fusión libre de deuda en España, MásMóvil lo hace con 7.700 millones de pasivo, 2.700 con los que financió primero la opa lanzada en 2020 por los fondos de capital riesgo y 2.000 millones con los que, un año después, pagó la toma de Euskaltel.
Acuerdo inminente
Las dos telecos anunciaron su fusión en España en marzo y afirmaron que negociaban los detalles con el objetivo de firmar la operación durante el segundo trimestre del año. Una vez pasado el mes de junio, el consejero delegado de Orange España, Jean-François Fallacher, reconoció hace pocas semanas que esperaban rubricar un acuerdo en los próximos días. En un sentido similar se pronunció también la cabeza de MásMóvil, Meinrad Spenger.
Con el paquete financiero ya definido y una vez se pacten los últimos detalles, el siguiente caballo de batalla para que la operación llegue a buen puerto son las autorizaciones en materia de competencia. Quien debe pronunciarse al respecto y establecer las desinversiones necesarias es la Comisión Europea, que ya ha vetado diferentes operaciones de concentración, como la fusión en 2016 entre Telefónica O2 y Hutchinson. Las partes esperan que el departamento que pilota Margarhete Vestager emita su dictamen durante en 2023. La clave, más allá de la aprobación, estará en las desinversiones que obligue a realizar. También la financiación estará condicionada a ello.