La industria extrema la gestión de los márgenes en los pedidos por la hiper inflación de los costes
Más presión para la negociación de convenios con un IPC al 10%
La industria se enfrenta a un escenario inédito que amenaza con extenderse en el tiempo. La demanda está en niveles óptimos pero los costes están en máximos y amenazan los márgenes de rentabilidad de los pedidos.
Xabier Ortueta, director general del clúster AFM de máquina-herramienta, ya lo advirtió el mes pasado en la apertura de la feria Biemh, uno de los mayores certámenes de Europa de este sector, en el que España ocupa el tercer puesto como fabricante en la UE y el noveno a escala mundial.
Los fabricantes de estos equipos han arrancado este año "con una carga de trabajo interesante, según el directivo vasco, que estimó un aumento de las ventas del 7% al 10% en 2022, sobre los buenos números del ejercicio anterior, cuando se logró un aumento de los ingresos totales del 15,4%, al contabilizar más de 1.500 millones.
Pero Ortueta alertó que ahora es clave acertar con "la gestión de los pedidos en plazo y coste, para defender los márgenes comprometidos". Por su parte, Javier Quesada de Luis, director general del fabricante de componentes de automoción Teknia (facturación de 324 millones con 3.500 trabajadores) ya adelantó que "antes cerrabas un proyecto a cinco años con un cliente y no te volvías a reunir con él. Ahora hay encuentros todas las semanas" para repercurtir en los precios pactados las subidas de la energía y de las materias primas.
En anteriores etapas con problemas en los mercados, la prioridad era la de lograr el cobro de las facturas emitidas. Ahora es el tiempo de "la nueva economía", como definen algunos analistas a una situación agravada por la guerra de Ucrania.
Desde el pasado 1 de abril, el fabricante de envases de vidrio Vidrala aplica a sus clientes un recargo energético por las subidas de las tarifas de la electricidad y del gas natural. Este último concentra el 80 % de los costes energéticos del grupo de Laudio / Llodio (Álava). Esta materia prima ha cotizado históricamente ha cotizado en la banda de los 15 a los 20 euros por MW y ahora se sitúa en los 130 euros (llegó a los 300 euros el primer día de la invasión de Ucrania).
La factura de la luz también sigue en máximos. La Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege) ha comunicado que el precio medio del mercado eléctrico en junio pasado fue de 169,63 euros por MW hora, un 103,6% más que en el mismo mes del año pasado.
Si la luz concentra la mitad de los costes de producción de la industria electro intensiva, la situación se agrava con la comparación con los competidores de otros países. Aege calcula que el precio medio estimado para finales de 2022, incluyendo las compensaciones al gas, puede llegar a 232,79 euros MW/hora, 100 euros por encima de la tarifa francesa, por ejemplo. Y añaden que en el país galo las grandes fábricas pueden acceder a la tarifa Arenh, a 42 euros MW/hora.
Desde la asociación siderúrgica Unesid han advertido que pueden aumentar las fábricas paradas después del verano por el coste de la electricidad. Desde la organización reclaman una regulación que permita que cada camión pueda transportar más de 44 toneladas de acero por porte.
Aunque se enfrentan a los intereses de los transportistas, que ya paralizaron parte de la industria con la huelga que realizaron en marzo pasado. Esta protesta y el consiguiente bloqueo pueden repetirse, con los precios de los combustibles también en niveles máximos y con los camioneros quejándose que trabajan a pérdida, en un sector muy atomizado y con una fuerte competencia en tarifas.
Por la anterior huelga del transporte, Tubos Reunidos (TR) estuvo a punto de tener que parar sus instalaciones de Amurrio (Álava). El fabricante de tubos sin soldadura se ha marcado una cartera máxima de pedidos de 230 millones para gestionar mejor las oscilaciones en la cotización de la energía y de las materias primas. Opta por el corto plazo, por proyectos que no superan los cuatro meses. Además, TR presenta ofertas con 24 horas de vigencia que retira si no hay respuesta del cliente.
Negociación de convenios
Con una inflación en el 10 %, la negociación de los convenios colectivos complica más el escenario económico. ArcelorMittal ha suspendido hasta septiembre la negociación de un acuerdo a tres años, en la confianza de que la subida de precios se pueda atenuar. El sector del metal de Bizkaia, que integra a 55.000 trabajadores, ha sumado tres días de huelga y los sindicatos reclaman una actualización salarial referenciada al IPC más un punto.
El pasado viernes protagonizaron una manifestación por Bilbao en la que participaron miles de personas. En el mismo sector y en Álava también hay paros. La fábrica de Mercedes-Benz en Vitoria, la mayor de Euskadi con 5.000 trabajadores directos y otros 30.000 indirectos, acumula tres días sin actividad (cada uno de ellos ha dejado de ensamblar 700 vehículos). Y este julio, los sindicatos han convocado otros tres días de huelga, pese a que la marca de la estrella reclamo un acuerdo laboral para realizar una inversión de 1.200 millones en Vitoria.
La situación se puede agravar a la vuelta de un verano que promete ser muy caro con todos los precios por las nubes. En el sector del metal de Cantabria, que da trabajo a 20.000 personas, han optado por diferir en varios ejercicios las subidas salariales. Tras una huelga de 20 días, el acuerdo incluye un incremento con carácter retroactivo del 3,5% más 250 euros para 2021, y de otro 4,5% más este año, con una cláusula de revisión del 65% sobre el IPC real más un cobro por atrasos del 8%. Para 2023 y 2024 el pacto incluye aumentos del 3% por ejercicio, más una actualización del 85% sobre el IPC.