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Junta de accionistas

Tubos Reunidos limita la cartera de pedidos a 230 millones por la inflación de los costes

Gestión a corto plazo con el objetivo de volver a los beneficios el próximo año

Francisco Irazusta y Carlos López de las Heras.
Francisco Irazusta y Carlos López de las Heras.

Tubos Reunidos (TR) ha optado por una gestión a corto plazo porque los costes de la energía y de las materias primas siguen en máximos históricos, con fuertes oscilaciones, y recortan los márgenes de rentabilidad de los pedidos. El grupo de Amurrio (Álava) se ha marcado que la cartera de trabajo no sobrepase el nivel actual de los 230 millones por ese motivo. Un volumen con el que TR se siente "cómodo", según ha manifestado Francisco Irazusta, presidente del fabricante de tubos sin soldadura que este jueves ha celebrado su junta de accionistas.

Todos esos contratos, con plazos de tres a cuatro meses, están optimizados en márgenes y son de alto valor, aseguran desde TR, para "minimizar el riesgo de la evolución de los costes y maximizar el resultado". De hecho, la siderúrgica plantea presupuestos a sus clientes que solo tienen una vigencia de 24 horas. Pasado ese plazo retiran la propuesta por las citadas oscilaciones de los costes.

La siderúrgica alavesa mantiene sus previsiones de entrar en beneficios el próximo año y dejar atrás la racha negativa de siete ejercicios consecutivos en pérdidas. Una crisis que motivó el rescate de 112,8 millones de Sepi y que le permitió, tras renegociar la deuda con los bancos, abrir un plan de ajuste de costes sin despidos. Con dos acerías, cerró la de Sestao (Bizkaia) y concentró la actividad de cabecera en Amurrio.

Esta reordenación ha supuesto el traslado de 80 empleados a Amurrio, según especificó Carlos López de las Heras, director general de Tubos Reunidos. Además, al plan de bajas voluntarias se apuntaron 60 personas, el 82 % de las cuales ha abandonado ya la empresa. La plantilla, al pasado 31 de diciembre, estaba integrada por 1.300 trabajadores. El plan incluye inversiones de 60 millones para potenciar las instalaciones de Amurrio, entre otros apartados.

En los cinco primeros meses del año, las ventas de TR se han incrementado un 125 %, al contabilizar 220 millones, con un Ebitda (beneficio bruto de explotación) de ocho millones, frente al anterior resultado en negativo.

Con los precios del petróleo y del gas en máximos, TR puede aprovechar la reactivación de las explotaciones y la puesta en marcha de inversiones que antes estaban paralizadas. Estados Unidos y Europa tiran de la demanda, un escenario que se extiende a los procesos de refino y petroquímicos, intensivos en el consumo de tubos sin soldadura. 

TR también quiere apuntarse a las oportunidades de negocio que ofrece la transición energética. Ya tiene pedidos relacionados con la geotermia, la fotovoltaica y la eólica marina, sin descuidar a sus clientes del sector nuclear en Francia y Reino Unido. Espera seguir generando Ebitdas positivos en los próximos meses, pese a las citadas incertidumbres que sacuden a la economía.

Ahora tiene que afrontar la negociación del convenio colectivo con los sindicatos, con una inflación disparada y que se ha situado en el 10,2 %, el registro más alto en 37 años. Irazusta espera que las conversaciones con las centrales discurran "de forma constructiva" para mantener la estabilidad del empleo y no alterar la actividad de la empresa. Una fórmula puede ser la de diluir la subida de la inflación en varios ejercicios.

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