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Tecnología

El uso de robots industriales se dispara en Estados Unidos y crece un 6% en España

Las fábricas estadounidenses aumentaron su instalación en un 40% durante el primer trimestre

Robot para detectar fallos en piezas de autmoción.
Robot para detectar fallos en piezas de autmoción.Efe

Los robots vienen, y cada vez más rápido. En España, la importación de robots industriales creció un 6% en 2021, de acuerdo con las últimas estimaciones de la Asociación Española de Robótica (AER). En Estados Unidos, el incremento es aún mayor: el uso de autómatas en la industria subió un 40% en el primer trimestre de 2022, según un informe de la Association for Advancing Automation, la patronal estadounidense para el sector. Y no es que las cifras anteriores de EE UU fueran excepcionalmente bajas: solo en 2021 ya habían dado un salto del 22%.

La principal razón detrás de este crecimiento, según The Wall Street Journal, es una escasez de trabajadores que ha hecho subir los sueldos y se ha visto agravada por el absentismo relacionado con la pandemia del Covid.

En el caso español, las cifras de aumento de 2021 sí están condicionadas por el bajo nivel al que se llegó durante lo peor de los confinamientos de 2020. Ese año, y según las estimaciones de la Federación Internacional de Robótica (IFR, por sus siglas en inglés), la instalación de robots cayó el 15% y retrocedió hasta niveles no vistos en seis años.

España es el cuarto país europeo por densidad de maquinaria automatizada

El sector automotor ha sido tradicionalmente el principal empleador de robots en España y el que ha permitido al país figurar entre los diez primeros del mundo por la densidad de robots industriales y ser el cuarto de la Unión Europea (por detrás de Alemania, Italia y Francia).

Según Álex Salvador, presidente de la AER, el repunte de 2021 también tiene que ver con el incremento del uso de robots en la industria de alimentación y bebidas, y en la de fabricación de herramientas y maquinaria. “Históricamente, cinco de cada diez robots instalados en España iban a la industria del automóvil, y ahora son cuatro de cada diez, por el aumento en el peso relativo de estas otras industrias”, explica.

En las estimaciones de la AER, la industria española de alimentación y bebidas representa ahora un 19% de los nuevos robots industriales, un porcentaje similar al del sector de fabricantes de maquinaria y herramientas, netamente exportador. “La industria alimentaria se disparó durante la pandemia para cubrir caídas en cadenas de suministro y producir un sobrestock, entre otras cosas por el pánico que hubo a nivel mundial por falta de recursos y de alimentación”, dice.

Pero las cifras más notables de crecimiento no están en esos robots industriales de fábricas y líneas de montaje, sino en la llamada robótica de servicio y, dentro de esta clasificación, en los robots móviles. Según Salvador, la venta de autómatas de servicio está creciendo a tasas del 20% a nivel global y también en España, donde además se fabrican (los de uso industrial, en su gran mayoría, vienen de fuera).

Los robots móviles y de servicio están subiendo a tasas aún mayores

Integran esta categoría de robots móviles las plataformas que trasladan los pedidos en el almacén de Amazon y los robots que miden el stock en las estanterías de la tienda para ver si hay que reponer, por ejemplo. “En el grupo más amplio de la robótica de servicio estarían esos autómatas que acompañan a los ancianos”, señala Salvador. “España es una potencia en fabricación de robótica de servicio”, indica. “Un sector que en todo el mundo va a seguir creciendo a dos dígitos durante los próximos diez años”.

Agricultura, construcción y servicios

Más cosecha y menos químicos. La próxima revolución de la inteligencia artificial (IA) está en los campos de cultivo. En mayo, la empresa John Deere (en colaboración con la startup Blue River Technology) puso a trabajar a 25 robots eliminadores de maleza en los campos del Medio Oeste y del delta del Misisipi, en Estados Unidos. Cada uno de ellos usa 36 cámaras para distinguir las malezas y soltar el herbicida, en cantidades mínimas, solo sobre ellas.

La mayor impresión 3D del mundo. En el río Amarillo de China se han propuesto construir una presa de 180 metros de alto sin emplear a obreros. Las máquinas llevarán los materiales hasta su ubicación exacta y serán buldóceres, asfaltadoras y apisonadoras sin conductor los que vayan construyendo la presa capa por capa. Según la revista Popular Mechanics, “unos sensores en las apisonadoras mantendrán informado al sistema de IA sobre la firmeza y estabilidad de cada una de las capas de impresión 3D”.

Uber comienza a prescindir de los repartidores. La empresa de transporte y de envíos de comida a domicilio anunció en mayo el comienzo de un programa piloto en dos ciudades de California (Santa Mónica y West Hollywood) para hacer que sean vehículos autónomos los que transporten la comida hasta sus clientes. Según la agencia Reuters, lo hará con coches autónomos y también con robots capaces de desplazarse por las aceras, desarrollados por Serve Ro­botics.

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