Cargill apuesta por Cocuus y su tecnología para imprimir en 3D chuletones, beicon o salmón
El gigante estadounidense participa en una ronda de financiación de la startup española de 2,5 millones. Su tecnología permite producir alimentos análogos a los de proteína animal
¿Se atrevería a comer un chuletón, unos trozos de salmón o beicon impreso en 3D? La propuesta puede resultar rocambolesca, pero cada vez lo es menos a la vista de lo logrado por la empresa navarra Cocuus -que ha desarrollado soluciones tecnológicas para la producción de alimentos análogos a los de proteína animal de base vegetal o celular- y al interés que ha despertado la startup en el gigante estadounidense del sector agrolimentario Cargill. Este acaba de convertirse en accionista de la compañía tras participar en una ronda de financiación de 2,5 millones.
Cocuus ha logrado captar este capital tras pasar por el programa de aceleración de la Eatable Adventures, una reconocida aceleradora de tecnología alimentaria, quien ya había invertido en la startup. La ronda ha sido liderada por Big Idea Ventures, el fondo de proteínas alternativas con sede en Nueva York, Cargill Ventures, la citada aceleradora y el fondo de transferencia tecnológica Tech Transfer Agrifood.
Desde Cocuus explicaron que con el dinero planean escalar su modelo de negocio y ganar presencia en otros mercados internacionales “para producir alimentos más sostenibles y nutritivos con análogos de proteína animal de base vegetal o celular, mediante tecnologías de impresión 3D, bioimpresión y robótica”.
Tras la marca navarra están Patxi Larumbe, con un larga trayectoria en ingeniería y robótica, Daniel Rico, experto en diseño gráfico e industrial, y Javier Zaratiegui, arquitecto y especialista en diseño paramétrico y robótica. “Gracias a esta inyección de capital podremos poner nuestra tecnología al alcance de las corporaciones que quieran imprimir proteínas a escala industrial”, dijo Larumbe, fundador y CEO de Cocuus. La firma ya está construyendo una planta donde fabricará la maquinaria que después venderá a otras empresas para producir el producto que llegará al usuario final, entre otros chuletas o costillas de cordero basados en pastas.
Las primeras máquinas piloto se instalarán en esa planta en cuestión de días. La compañía, con un equipo actual de 20 personas, indicó a CincoDías que ha recibido el interés de numerosos clientes, además de Cargill, aunque no quisieron desvelar sus nombres. También aclararon que su negocio se basa en la venta de esa maquinaria y los ingredientes necesarios para producir los alimentos en 3D. Es como HP que vende sus impresoras y las tintas para poder imprimir.
“Los retos de sostenibilidad en el sector alimentario y la necesidad de implementar medidas urgentes hacen que nuestro ecosistema de startups foodtech nacionales se esté consolidando muy rápido, atrayendo a importantes inversores y corporaciones internacionales”, dijo José Luis Cabañero, CEO y fundador de Eatable Adventures, que confía en que Cocuus se convierta en un líder global en el sector emergente de la bio-fabricación de alimentos.
Según Cabañero, el actual escenario medioambiental y de población mundial lleva a un replanteamiento en los métodos de producción para lograr un sistema alimentario mucho más sostenible. Datos de la FAO muestran que en 2050 para alimentar a una población de 9.100 millones se tendrá que incrementar en un 70% la producción de alimentos y en más de 200 millones de toneladas la producción de carne. “Este escenario ha traído consigo oportunidades de inversión enormes para emprendedores y grandes corporaciones que busquen soluciones innovadoras que implican a toda la cadena de valor agroalimentaria. Prueba de ello, es que la inversión española en foodtech ha crecido un 220% en 2021”, añadió.
Cocuus, que ha recibido varios premios a la innovación, también ofrece soluciones tecnológicas para hacer purés impresos para geriátricos y hospitales, que pueden adoptar la forma de un trozo de pollo o de pescado. Una opción pensada para las personas que tienen dificultades para masticar.
Según explican en su web, la compañía transforma la comida en datos. "Llevamos a cabo un análisis de la estructura morfológica de distintos alimentos y, a partir de los mismos, desarrollamos modelos matemáticos que les permiten no solo reconstruirlos sino hacerlo de una manera escalable. ¿Su meta? liderar la impresión de la alimentación del futuro.