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El menor consumo de luz, alcohol y tabaco en 2021 frena la recaudación de los impuestos especiales

Los ingresos por esta vía son un 8% inferiores a los de hace dos años

Impuestos especiales
Infografía: Belén Trincado
Pablo Sempere

La mayoría de las grandes figuras impositivas de las que se nutre anualmente el sistema tributario español recuperaron e incluso mejoraron durante el año 2021 sus cifras tradicionales. El impuesto de la renta sobre las personas físicas (IRPF) y el de sociedades avanzaron un 9% y un 12% respectivamente frente a 2019, mientras que el impuesto sobre el valor añadido (IVA) lo hizo un 1,3%. Sin embargo, del resto de grandes figuras, los impuestos especiales se quedaron todavía casi un 8% por debajo de los números prepandémicos. Por su parte, los impuestos medioambientales, con menor volumen de recaudación, repuntaron un 37%.

Los especiales incluyen, entre otros, el gravamen al alcohol, a la cerveza, al tabaco, a los carburantes y a la electricidad. En 2021 sumaron un total de 19.700 millones de euros, por encima de los 18.800 registrados en 2020 pero notablemente por debajo de los 21.400 y los 20.500 anotados en 2019 y 2018, respectivamente. Suponen, por ello, en torno a un 9% de la recaudación total, que en 2021 ascendió a los 223.000 millones de euros. 

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Por partidas, gracias al destilado y sus derivados se ingresaron 673 millones, un 16% menos que en 2019. La cerveza sumó otros 312 millones (un 6% menos); los hidrocarburos, otros 11.492 millones (un 6% menos); las labores del tabaco, 6115 millones (una caída del 5%); y la electricidad, 1.086 millones, un 21% menos que dos años atrás. El impuesto sobre el carbón volvió a reducirse hasta los 29 millones (un 79% menos), “confirmando su carácter residual una vez que se fue abandonando su uso en la generación de electricidad”, según explica la Agencia Tributaria.

El organismo dependiente de Hacienda, que presentó la semana pasada el desglose de datos, explica que la lenta recuperación de esta figura es resultado de factores muy diversos, como unos consumos limitados, unos precios elevados o una caída de los tipos impositivos.

Así, aunque las cifras mejoraron respecto a las de 2020, indudablemente condicionado por la pandemia, el mayor consumo en gasolinas, en destilados, en cerveza, en electricidad y en tabaco no sirvió para alcanzar los niveles de 2019.

Una parte de la explicación a esta limitada expansión de los consumos, dice la Agencia Tributaria, fueron las subidas de precios, en particular los energéticos. “Hay que recordar que estos precios tienen un impacto negativo sobre el consumo en el Impuesto sobre Hidrocarburos, cuya base son los consumos físicos y no el valor, y que, en el caso del Impuesto sobre la Electricidad, cuya base sí que es el valor, el incremento provocó una rebaja del tipo que redujo sustancialmente los ingresos en los últimos meses del año”. Cabe recordar la drástica bajada del tipo (del 5,11% al 0,5%) en este tributo, que entró en vigor a mediados de septiembre y que supuso una pérdida de ingresos por valor de 336 millones.

Así, debido a los encarecimientos registrados, los españoles consumieron durante el pasado ejercicio un total de 228.112 millones de kilovatios hora (KWh), un 3% menos que en 2019. Por su parte, el consumo de carburantes cayó hasta los 32.907 millones de litros, un 5% menos que dos años antes.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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