La industria se abre a la compra de proveedores ante la inflación de costes
La tendencia a la integración de operaciones se extiende a la logística
La industria busca fórmulas para contrarrestar la subida de los precios de las materias primas, además del recurso de repercutir estos incrementos entre los clientes. Una nueva tendencia se está imponiendo, la integración aguas abajo, hacia los proveedores. Todo un giro con respecto al anterior planteamiento, con operaciones aguas arriba, que consiste en la compra de empresas de sector, ya sean siderúrgicas, de automoción o de otros ámbitos.
La semana pasada, el fabricante de aceros especiales Sidenor anunciaba que compraba la empresa Aguilar Metal Recycling-AMR, especializada en el suministro de chatarra, una de las materias primas que es clave en los procesos siderúrgicos.
Con esta operación, el grupo que preside José Antonio Jainaga se aseguraba tanto su suministro como los precios. Se da el caso de que tanto Sidenor como los fabricantes de acero ArcelorMittal y Balboa fueron multados con 24 millones por la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC), por formar un “cartel de la chatarra” que se intercambiaba información sobre los precios que ofertaban a sus proveedores y sobre las paradas técnicas que realizaban en sus instalaciones, que luego tenían su repercusión en precios en este mercado.
La nueva filial de Sidenor está ubicada en Sagunto (Valencia), en una zona con una importante presencia de la industria de automoción, que genera residuos de chatarra en su actividad. Además, las instalaciones de Aguilar se sitúan a 300 metros de los muelles del puerto de Sagunto, lo que facilita las importaciones de chatarra, y a cinco kilómetros de una terminal ferroviaria desde la que se realizan las expediciones a nivel nacional de esta materia prima.
Sidenor se suma con esta integración aguas abajo a otras siderúrgicas que ya han apostado por esta vía, como Celsa y Megasa. Andrés Barceló, director general de la patronal del sector Unesid, ha manifestado que el mercado de la chatarra “es muy especulativo, sus precios suben o bajan todas las mañanas”. Ha superado sus problemas de suministro, que los ha tenido como otras materias primas, según Barceló, que valora las integraciones como la de Sidenor “porque conoces directamente las necesidades de los proveedores” y tienes acceso a materia prima de más calidad.
El acero inoxidable es el que requiere una chatarra de más calidad, seguido de los aceros especiales, que a su vez son proveedores de la industria de automoción. En esta clasificación, el siguiente es el acero común, que se utiliza en la construcción.
Vidrala es otra de las industrias que ha entrado en el negocio del reciclaje, en su caso del vidrio, el material que utiliza para fabricar envases de alimentación y bebidas. Su estrategia vertical incluye a las operaciones logísticas. Desde el grupo de Llodio (Álava) consideran que el sector de tratamiento de vidrio está muy atomizado y se ha quedado obsoleto por la falta de inversiones. Vidrala invertirá en desarrollos que optimicen estos procesos de recuperación y que eviten las mermas de material que se producen en ellos.
Bajo la máxima de que el “vidrio es oro”, puesto que su recogida a través de los contenedores urbanos y su posterior aprovechamiento es un proceso infinito, el mismo material puede ser reutilizado sin límite. Una mayor eficiencia en los procesos garantiza ahorros, claves en un sector que no apaga sus hornos, que funcionan todos los días del año y las veinticuatro horas.
En esta nueva etapa, Vidrala invertirá en nuevas instalaciones, dentro de un plan de 1.000 millones hasta 2027, y buscará socios en Portugal Reino Unido e Italia que le ayuden en esta iniciativa.
Hasta la logística
En relación con la logística, Vidrala ha decidido dejar de depender de terceros y ha puesto en marcha su propia flota de camiones. Ya cuenta con un centenar de unidades para operar en el sur de Europa y Reino Unido. Esta nueva división es gestionada por la filial, también recientemente constituida, Vidrala Logistics, con sede en Portugal, donde Vidrala tiene varias fábricas. El
grupo ha captado así los servicios que sus clientes, como las bodegas, externalizaban a otros. Y no quiere volver a encontrarse con problemas como los vividos en la anterior huelga de transporte. En relación con los clientes, desde el 1 de abril les ha subido un 20% los precios por la inflación de las materias primas, sobre todo del gas, que supone el 80% de la factura energética de sus diecinueve hornos en España, Portugal, Italia, Reino Unido e Irlanda.
La “excepción ibérica", que topa los precios al gas, alivia en parte esta presión, porque el límite de 50 euros por MW hora se aplica al gas utilizado para producir electricidad y Vidrala es un consumidor directo de la materia prima que descargan los buques metaneros y que procede de otros países. El citado recargo energético de Vidrala está sometido a revisiones quincenales, según la volatilidad de los precios. Históricamente, el grupo arranca cada año con unas tarifas pactadas para todo el ejercicio. Se estrena con una iniciativa que también es inédita para todo el sector de envases.
Por su parte, CIE Automotive también carga en las facturas el 100% de las subidas de las materias primas. Ese traspaso de costes es del 70% al 80% en relación incrementos de la tarifa eléctrica. Siemens Gamesa (SG) se ha apuntado asimismo a esas subidas, en un intento de volver a la rentabilidad tras acumular unas pérdidas de casi 2.000 millones en veintisiete meses. En su caso, la filial de Siemens Energy fija los precios de las turbinas cuatro años antes de su entrega. Y la inflación de costes en el periodo intermedio ha lastrado su rentabilidad. Así que está negociando aumentos de precios con los clientes y coberturas contra la volatilidad de los precios de las materias primas y de la energía.