El pacto de Ribera con Bruselas deja el precio de la luz en 150 euros/MWh
España y Portugal aceptan dejar abierta la interconexión, pero las comercializadoras francesas pagarán también la compensación al gas
Tras una difícil negociación con Bruselas, España y Portugal han logrado una victoria relativa en su batalla por aplicar un mecanismo que permita una bajada de los precios del mercado ibérico de la electricidad (Mibel). La llamada “excepción ibérica”, basada en la escasa interconexión de la península con Europa (apenas un 2,7% de la capacidad) y el importante desarrollo de renovables en ambos países, fue aceptada hace un mes por la Comisión Europea, consistía en poner un límite al precio de las ofertas de gas (o, en su caso, el carbón) para generar de electricidad, para hacer bajar (o contener) el precio marginal que marcan estas energías más caras y del que se beneficia el resto de tecnologías (nuclear, hidráulica o renovables).
Tras el encuentro mantenido hoy por la vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y su homólogo portugués, Duarte Cordeiro, con la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, se alcanzó un pacto, que estuvo a punto de zozobrar, pues en la noche de ayer, todo estaba abierto, según fuentes del sector. Al acuerdo preliminar lanzado a bombo y platillo por los presidentes de España, Pedro Sánchez, y de Portugal, Antonio Costa, a finales de marzo, le faltaba la letra pequeña, y esta ha resultado una victoria menos contundente para los países ibéricos. Frente a un precio de 30 euros/MWh que habían pedido como límite al del gas (a sabiendas de que Bruselas tiraría más alto) que se hubiese traducido en un precio del mercado mayorista en el entorno de 100 euros/MWh, España y Portugal han logrado que el techo se fije en una media de 50 euros/MWh, empezando por 40 euros y subiendo progresivamente en el plazo de un año en que se aplicará la medida.
Este precio se obtiene de multiplicar por dos los 50 euros/MWh de media pactados para el gas, al que hay que sumar el coste de los derechos de emisión de CO2 que deben pagar las centrales de ciclo combinado (que ayer cotizaban a 85 euros/tonelada) multiplicado por 0,4 y al que se añaden unos 12 euros por otros costes de las centrales. Teniendo en cuenta que el precio del pool en lo que va de año supera una media de 283,3 euros/MWh y que este es el precio que pagan en España los consumidores acogidos a la tarifa regulada (PVPC), supondrá un beneficio para estos usuarios. Aun con todo, muy por encima del precio mayorista entre enero y abril del año pasado, que se saldó con una media de 49,78 euros/MWh, antes de las maniobras del Rusia para hacer subir los precios del gas, que se han desorbitado tras la cruenta invasión de Ucrania el pasado mes de febrero.
No habrá doble subasta
Pero el cambio más importante respecto a la propuesta inicial de España y Portugal de intervenir el mercado ibérico, ha sido la negativa de Bruselas a admitir un doble precio mediante dos subastas, una con el precio limitado para la península, y otro, sin dicho tope, para Francia.
El problema más importante al que se enfrentaba este mecanismo es “la presión exportadora” hacia Francia al registrar el mercado ibérico precios más bajos. Pero, en contra de lo que se ha podido dar a entender, estos no serán subvencionados por los consumidores españoles y portugueses en favor de los franceses, sino que las comercializadoras galas también pagarán la compensación: comprarán al precio "capado", pero compensarán al gas como las comercializadoras ibéricas. Porque el límite al precio del gas solo se establece a efectos de evitar un precio marginal muy alto, pero el precio real de los ciclos se pagará igualmente, mediante un prorrateo entre el resto de energías que pagará “la demanda”: las comercializadoras, que podrían trasladarlo a los clientes en el mercado libre, excepto las de referencia que suministran a los clientes regulados.
España y Portugal han claudicado ante Bruselas pues, además, el sistema de doble subasta y, por tanto, doble precio, creaba un serio problema técnico en la liquidación de las coberturas de los mercados de futuros, tal como habías denunciado estos días , el operador del mercado de futuros del Míbel, la portuguesa Omip (la española, Omie, se ocupa del mercado al contado diario), así como las cámaras de compensación de dichos mercados BME Clearing y MEFF. Los grandes beneficiarios de mantener un solo precio son los ciclos combinados, que aumentarán su producción por una mayor demanda desde Francia.
Según confesó ayer Ribera tras la reunión con Vestager, “la Comisión Europea nos ha pedido ser flexibles para no poner limitaciones en la frontera, “pero obviamente, el consumidor francés tendrá que pagar lo mismo que el consumidor ibérico en este ajuste”. Por su parte, Bruselas “se ha comprometido a ser mucho más activo para vigilar el pleno cumplimiento de un objetivo de interconexión fijado para el 10% en el 2020 y del 15% en 2030”, añadió la vicepresidenta.
A cambio de ceder en su propuesta de hacer dos subastas, España ha conseguido que el plazo de aplicación del mecanismo no sea hasta fin de año, sino 12 meses. El mecanismo será inlcuido en un real decerto ley que aprobará el Consejo de Ministros el próximo martes.
Competencia y las ayudas de Estado
RDL. El último tramo de una complicada negociación se libró entre la vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, su homólogo portugués, Duarte Cordeiro, y la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, que mantuvieron ayer la reunión final. El acuerdo, cuyo contenido se conocerá esta semana, y se incluirá en un real decreto ley que aprobará el Consejo de Ministros el próximo martes, tendría un efecto inmediato y se notará, según Ribera, en la factura de la luz del mes de mayo.
Ayudas. El colofón ha corrido a cargo de Competencia, y no de Energía, porque la “excepción ibérica” forma parte de las directrices que prepara Vestager para permitir a los países ayudas de Estado excepcionales, directas o indirectas (como el acuerdo ibérico) y por montantes similares.
Eléctricas. El mecanismo ha sido contestado duramente por las compañías eléctricas españolas, que han presionado este tiempo a Bruselas. Finalmente, saldrá adelante y tendrán complicado ganar algún pleito en los tribunales, pues tiene el visto bueno de Bruselas, que, de entrada, nunca denunciaría una medida aunque incumpliera la normativa sobre ayudas de Estado.