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Canarias

Los empresarios de las islas ven con escepticismo el acercamiento político entre España y Marruecos

El saldo comercial entre las Islas y el reino alauí es desfavorable al Archipiélago y se vio afectado por la pandemia

Pedro Sánchez, en su comparecencia el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados.
Pedro Sánchez, en su comparecencia el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados. Getty Images

Los empresarios canarios contemplan con mucha prudencia y con expectativas moderadas, combinadas con algún recelo, el giro político protagonizado por el Gobierno español en su relación con Marruecos. Los argumentos para la duda tienen que ver con la incierta evolución de los acuerdos llamados a terminar con la crisis bilateral entre dos vecinos que, en el caso de Canarias, comparten expectativas con un mar territorial objeto de varios litigios. Eso sí, la conclusión también apunta a que la estabilidad política puede generar un clima favorecedor del comercio.

“Lo que hemos conocido por ahora nos lleva a una conclusión muy preliminar, que no es suficiente para que una empresa tome decisiones de envergadura”, sentencia el vicepresidente de la Confederación Canaria de Empresarios, José Cristóbal García, para quien es pronto para hablar de estabilidad “cuando del conflicto del Sáhara Occidental llevamos hablando décadas”. El directivo de la CCE admite que las Islas “tienen una buena posición para hacer negocios con Marruecos, como demuestra la presencia de empresas canarias, sobre todo en el puerto de Agadir”. “Por otro lado”, añade, “hay que entender que también somos competidores, por ejemplo en la exportación de tomates”.

En este clima de expectativa moderada, para García hay un elemento a favor —la posible estabilidad en la relación bilateral— y dos inconvenientes: “El primero, que en Marruecos ya hay un actor económico dominante, que es Francia, y el segundo, que la economía marroquí, con un PIB de 110.000 millones de euros, no es tan grande como para servir de base a la de Canarias, con 40.000 millones”.

Actividades bien visibles en Marruecos, y también en el Sáhara Occidental, tiene Binter Canarias, que conecta las Islas con plazas importantes del sur del país vecino (Marrakech, Agadir, Guelmim) y la antigua colonia española aún en disputa (El Aaiún, Dakhla). “Nos interesa la estabilidad en la medida que estimula el comercio, el turismo y las relaciones sociales. Y nuestras rutas con Marruecos van bien, pese a que competimos con la aerolínea marroquí de bandera, Royal Air Maroc”, explica Rodolfo Núñez, presidente de la compañía canaria. “La relación con las autoridades marroquíes siempre ha sido fluida y correcta, solo nos afectaron los cierres de la pandemia, como a todos”, afirma el empresario canario, que defiende “la normalidad como una oportunidad para incrementar el tráfico siempre que haya seguridad institucional, que en Marruecos la hay”. Curiosamente, Binter vuela a El Aaiún (ruta utilizada básicamente por residentes) y Dakhla (donde intenta asomar un incipiente desarrollo turístico) bajo control del espacio aéreo español, por la singular situación jurídica de la antigua colonia.

Una de las expectativas posibles en el clima de negocios entre Canarias y Marruecos pasaría por el incremento de los intercambios comerciales entre ambos territorios, que son endebles, se vieron afectados por la pandemia y ofrecen un saldo desfavorable al Archipiélago. 162 empresas de las Islas exportaron bienes a Marruecos en 2021, básicamente centradas en las manufacturas plásticas y de cartón, según las estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio que manejan las Cámaras de Comercio canarias. Pero el volumen total de ventas se quedó en 2,05 millones de euros el año pasado, aún por debajo de los 3,4 millones facturados en 2019. En el año más duro de la covid-19, los intercambios comerciales quedaron relegados a la mínima expresión.

Canarias vendió el año pasado, además de las manufacturas citadas, productos derivados del pescado, perfumes y prendas de ropa, en un flujo comercial netamente inferior al registrado en sentido contrario. Porque Marruecos vendió a Canarias bienes por valor de casi 33 millones de euros, con una partida muy relevante, el pescado, que obtuvo una facturación de 19,5 millones en ventas realizadas al Archipiélago.

Los importadores de las Islas también adquirieron frutas, conservas de pescado y sal, yeso y otras materias primas relacionadas con la construcción, hasta apuntalar un flujo comercial favorable a Marruecos que no ha dejado de crecer en los últimos años. El refuerzo de la cooperación en sectores de interés común, como la reparación naval, aparece en ese sentido como una oportunidad para afianzar el vínculo económico entre dos territorios condenados a entenderse pero condicionados por un largo desencuentro.

Geopolítica en acción

La oportunidad de los minerales. El hallazgo de minerales raros en el lecho marino compartido entre Marruecos y Canarias y su futura extracción es “una oportunidad para las Islas, pero puede ser una fuente de conflictos en el futuro, por razones económicas y medioambientales”, afirma Juan José Hernández, director técnico del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife.

El juego de las potencias. Para el economista tinerfeño, “esta decisión del Gobierno español se explica por los movimientos geopolíticos que se están produciendo en esta zona del mundo, y más con la guerra de Ucrania. Y todo ello en el marco de la gran disputa por África que ya están librando EEUU y China. Una mayor implicación de EEUU puede ser una oportunidad para Canarias”.

Comercio. Marruecos vendió a Canarias bienes por valor de casi 33 millones de euros, con una partida muy relevante, el pescado, que obtuvo una facturación de 19,5 millones en ventas realizadas al Archipiélago.

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