The Bradery, el ‘Privalia’ francés de las marcas premium, apuesta por España
Dispara sus ventas en el país tras crear equipo local Sus ingresos globales pasan de 15 millones en 2020 a 35 millones en 2021. Para este año prevén alcanzar los 60-70 millones
Las compañías internacionales especializadas en la distribución outlet de productos de otras marcas siguen apostando por España. Tras el desembarco de Veepee (antes conocida como Vente Privee, que adquirió la española Privalia en 2016 por unos 500 millones de euros), Showroomprive y Yoox, ahora es la francesa The Bradery la que quiere tomar posiciones en el país, tras establecerse en Barcelona con oficinas y equipo propio.
Fundada en 2018 por Timothée Linyer y Edouard Caraco, la empresa, que opera con un modelo similar al de Privalia o Showroomprive, pero especializada en moda premium, disparó sus ingresos en el año de la pandemia, pasando de uno a 15 millones en 2020. En 2021, sus ventas se dispararon de nuevo, hasta los 35 millones y, aunque no ofrecen más detalles de sus cuentas, sí aseguran que su ebitda “es positivo”.
El objetivo de The Bradery es facturar entre 60 y 70 millones este año, gracias sobre todo a su expansión internacional. “Este 2022 vamos a poner foco en España y Benelux [Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo] y, después, desembarcaremos con fuerza en Portugal e Italia”, explican los fundadores a CincoDías, que aclaran que la compañía no tiene ningún límite para vender ya en cualquier país europeo, porque tienen la capacidad logística para hacerlo.
Según los directivos, actualmente el 10% de su negocio es internacional, pero confían en impulsar esta cifra, “pues si comparamos lo que vendimos en enero-febrero de 2021 en España, cuando aún no teníamos equipo local, con los mismos meses de este año, hemos crecido más de un 300%”.
Aunque la competencia que afrontan es dura, porque en el mercado español como en el francés están los tres gigantes de las ventas flash citados, defienden la propuesta de valor que aportan: “Nosotros nos dirigimos a una comunidad más joven que ellos (personas de entre 18 y 35 años) y con una oferta solo vinculada a marcas premium y otras nativas digitales inspiracionales, mientras ellos van más al mass market”.
Linyer y Caraco aseguran que hacen un enorme filtro de marcas. “Muchas nos llaman para estar en nuestra plataforma, pero la mayoría de las veces las rechazamos, porque preferimos calidad a cantidad”. Los emprendedores apuntan otra diferencia frente a sus rivales: “Mientras nosotros lanzamos dos marcas al día, ellos lanzan 20-30. Trabajamos con unas 300 marcas y ofrecemos dos eventos al año por cada marca, porque queremos dejarles su espacio y que se vean bien. Buscamos dar su identidad a cada una de ellas”, dice Caraco.
Al ser un modelo flash, las ventas duran unos cinco días, aunque los artículos a la venta pueden agotarse desde las primeras horas. El descuento medio que obtienen sus clientes frente al precio original del producto es de un 65%, aunque puede llegar hasta el 75% en algunos casos. “Nuestro objetivo siempre ha sido dar valor a lo que ya existe, dar vida al stock inactivo de muchas marcas, que de otro modo terminarían destruyéndose, en centros de reciclaje o devaluándose en un almacén”, continúa Linyer, que defiende que apostar por este modelo supone avanzar hacia una moda más responsable.
Entre las marcas que ofrece The Bradery están Maje, Bash Paris, Claudie Pierlot, Sandro Paris, American Vintage, Born Living Yoga, Eric Bompard, Laagam y Vanessa Bruno. La compañía, que ha pasado de 14 empleados a 42 en un año, explica que no compra stock, pues solo adquiere a las marcas lo que venden, por lo que aseguran “es un modelo muy rentable, donde cobramos a estas un porcentaje por cada venta”. También son las marcas las que envían directamente el producto adquirido al cliente en el 50% de los pedidos (un modelo que permite agilizar más las entregas); en el otro 50% es The Bradery quien se ocupa de la logística. De esta manera, la compañía puede trabajar con marcas que operan un modelo B2B y no quieren enviar a clientes finales o con marcas que no tienen la capacidad logística necesaria.
Más categorías y reventa de productos
Aunque el 90% de su oferta es moda, el ecommerce francés, que presume de vender lujo a bajo precio, ha empezado a diversificar su negocio y ha lanzado otras tres categorías: cosmética, hogar y viajes, con hoteles de cinco estrellas, por ejemplo, entre sus propuestas. Además, acaban de desembarcar en el comercio C2C (entre particulares), con un servicio llamado From you to you, que ofrece a los usuarios una alternativa a las devoluciones, permitiendo la reventa entre clientes.
“Está pensado para personas que adquirieren productos, pero que después no se los ponen, y funciona como Vinted: cuelgas la prenda que quieres vender, otra persona te la compra y tú se la envías directamente”. Según explican los fundadores de The Bradery, esta propuesta fomenta la idea de “comunidad” entre sus clientes, algo que desde el inicio han querido potenciar. El precio de reventa es el mismo que el de compra, pues cuando la persona sube el artículo a la web, "que solo puede colgarse una media de cinco días", el precio le aparece directamente, aplicando el mismo al que ella lo adquirió, evitando así cualquier tipo de especulación.
Linyer y Caraco no descartan a futuro la reventa de productos usados en su plataforma. "A día de hoy no se puede; solo permitimos la reventa de productos nuevos, sin usar. Pero nuestra comunidad tiene entre 18 y 35 años y está muy acostumbrada a comprar artículos de segunda mano, así que si funciona bien el modelo, por qué no poner permitir también la venta de productos usados". Ambos socios señalan que con el servicio From you to you se llevan la misma comisión que con su negocio de ventas flash. "Es un beneficio para el cliente, para nosotros, para las marcas y para el medio ambiente", defienden.
La compañía, que levantó una ronda de financiación de 1,3 millones de euros en 2019, no planea buscar más capital. Al menos, de momento. "Muchos fondos nos contactan, pero rechazamos las ofertas. Tenemos un negocio rentable, con cash flow positivo, así que no necesitamos ninguna inyección de financiación añadida. Y no queremos perder control en la compañía, donde tenemos el 70% del capital; el resto está en manos de business angels y empleados", dicen