¿Por qué la banca presta más barato a empresas dirigidas por mujeres?
Telefónica y Cellnex han firmado préstamos vinculados a incrementar el número de dircetivas
Hace años, los banqueros de inversión, dedicados a abrir o cerrar el grifo del crédito a las grandes empresas, eran una suerte de ratones de laboratorio. Escudriñaban en las cuentas de resultados, hojas de Excel e informes de las agencias de rating los flujos de caja, la ratio de deuda sobre ebitda o el margen de las empresas que llamaban a su puerta para pedir financiación. En definitiva, trataban de vigilar si esas empresas se dedicaban a la prosaica tarea de ganar dinero y determinar el riesgo de que una compañía no devolviese el crédito, se declarase en bancarrota y acreedores, directivos y accionistas tuviesen que resolver un enredo monumental.
Presionados por una sociedad que pide cambios, hace ya tiempo que los bancos han cambiado. Primero empezaron a otear si, con el dinero que prestaban a las empresas, estas luchaban contra el cambio climático o se dedicaban a agrandar el agujero de la capa de ozono. Nacieron así los bonos o los créditos verdes, pero la preocupación climática en las financiaciones se ha convertido en lo mismo que el valor para los soldados, algo que se supone. El foco se ha abierto y el mercado ahora habla de “financiaciones sostenibles”, en las que los bancos tratan de asegurarse de que las empresas a las que financian no solo ganan dinero y evitan un impago, sino que se preocupan también de ayudar a mejorar la sociedad El último aspecto que se ha incorporado a estea corriente de créditos con criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) ha sido el de la igualdad de género.
Telefónica anunció en los primeros compases del año la refinanciación de su mayor crédito sindicado, de 5.500 millones. Podrá rebajar el coste de este pasivo siempre que cumpla con dos condiciones: reducir la emisión de gases de efecto invernadero e incrementar el porcentaje de mujeres en puestos ejecutivos. Pocos días después, Cellnex cerró una operación similar. En este caso, el préstamo era de un importe inferior, 2.500 millones, y si la compañía incumple tanto los compromisos medioambientales como de igualdad, tendrá una penalización con un incremento del coste de la deuda de 0,025 puntos porcentuales.
“Las compañías de tecnología y telecomunicaciones están siendo más activas en este tipo de financiaciones por ser sectores donde existe una mayor preocupación por la brecha entre hombres y mujeres en puestos directivos y donde se hace más evidente la falta de mujeres a la hora de promocionar a esas posiciones, entre otros motivos por el menor número que hay en carreras STEM. Esperamos que sea algo que rápidamente se extienda al resto de sectores y a las grandes empresas españolas. Trabajamos con grandes compañías que están explorando estas soluciones”, explica Olga Eguilior, responsable de Clientes Globales España de BBVA. Este banco español ha trabajado en ambas operaciones. BNP Paribas ha sido el asesor de sostenibilidad de ambas operaciones y ha compartido este rol con el propio BBVA en la operación de Cellnex.
Las fuentes consultadas coinciden en señalar que esta preocupación social no es flor de un día. Los principales bancos de inversión que operan en España ya están negociando con otras grandes empresas para rubricar financiaciones vinculadas a estos objetivos de género en los próximos meses. Los expertos prevén que esta tendencia se extienda más allá y las empresas se comprometan también a incorporar a sus equipos directivos a personas de distintas razas u orientaciones sexuales para obtener bonificaciones en su deuda, a imagen de lo que ocurre en los países nórdicos.
“Actualmente varias compañías españolas están trabajando en la elaboración y desarrollo de los documentos marco de financiación sostenible para el posterior lanzamiento de operaciones, ya sea en formato préstamo o bonos. La sostenibilidad es un factor estratégico no solo para los emisores de deuda, sino también para la comunidad bancaria y los inversores institucionales”, explica Enrique Balboa, responsable de Loan Capital Markets de BNP Paribas en Iberia.
La idea que subyace es que las empresas con más diversidad en su cúpula serán capaces de tener una visión más amplia de la sociedad. Tendrán más capacidad de prevenir antes riesgos sobrevenidos y prever cambios de tendencias en sus negocios antes. Los bancos están dispuestos a premiarlo en forma de rebaja del tipo de interés, con el objetivo también de que esto sirva de aliciente a las empresas para que caminen en favor de la igualdad.
“El impacto de precio es modesto, especialmente en financiaciones no dispuestas”, explica Emilio López Fernández, responsable de préstamos corporativos para España y Portugal de BBVA, “los bancos tenemos objetivos de movilización ambiciosos; pensamos que las compañías con este tipo de objetivos sostenibles, ambientales y también sociales, serán mejores y tendrán mejor perfil a largo plazo”.
Más allá del efecto sobre el precio, las empresas suscriben este tipo de financiación a modo de compromiso con la sociedad. El mayor riesgo de incumplir estos criterios socialmente responsables es de prestigio y no tanto un coste económico.
En el caso de Telefónica, esta financiación está vinculada a alcanzar un 37% de mujeres en puestos directivos en 2027. Según indican desde la empresa, la teleco trabaja para lograr los 10.000 millones de financiación ESG en los próximos años. En el caso de Cellnex, la compañía se ha comprometido en su último informe anual integrado a alcanzar el 30% de mujeres en puestos directivos. Puede presumir de haber alcanzado el objetivo del 26% que se marcó para 2022.