La Diosa de la Fortuna
2022, vuelta a la normalidad
Llevamos más de diez años en los que los Bancos Centrales nos han estado regalando dinero barato, a todos, gobiernos, empresas y familias. Ha sido una verdadera fiesta, que, aunque parezca una contradicción, se ha acentuado con la pandemia, donde además de los Bancos Centrales se han sumado las políticas fiscales de los Gobiernos. De hecho, el año 2020 será recordado por haber inyectado en la economía mundial (países del G-20) ayudas equivalentes a más del 20 % del PIB global. El triple 20/20/20 no se va a volver a repetir, eso ya lo podemos asegurar. De hecho, en el 21, nos quedamos un poco por encima del 10 % y este 2022, nos trae de vuelta a la normalidad, incluso habrá detracción de liquidez por parte de los Bancos Centrales por primera vez en mucho tiempo.
Excesos buenos malos provocados por COVID
Así que hemos vivido dos años muy atípicos por la pandemia y la economía mundial todavía está digiriendo los excesos, tanto los buenos como los malos provocados por el COVID.
Empecemos por los buenos: crecimiento económico, récord de ahorros en las familias, creación de empleo, récord de beneficios en las compañías, etc. y, siguiendo con los menos buenos -me ceñiré a los estrictamente económicos, pues en el ámbito personal el precio pagado además de ser trágico ha sido muy triste-, mayor inflación, desajustes entre oferta y demanda, mucha volatilidad y precios disparados de la energía en general.
Inflación, Bancos Centrales y PIB
El caso es que, si hay que elegir tres temas fundamentales con los que encarar el futuro, aconsejaría los siguientes: inflación, Bancos Centrales y PIB.
Así, venimos de un entorno de tipos bajos e inflación muy baja en países desarrollados. Es lo que se ha denominado represión financiera, ya que ha penalizado al ahorrador conservador: no se remunera la liquidez y la rentabilidad real de los bonos es negativa.
2022, vuelta a la normalidad
Pero 2022 va a ser el año de vuelta a la normalidad, en la que esperemos que lo pandémico se transforme en endémico y volvamos al ritmo económico normal de todas las actividades, sobre todo de servicios que se ha quedado muy rezagado del resto.
Ahora bien, hemos tenido una verdadera “cuesta de enero” en los mercados financieros, tanto en renta variable como en los bonos, con una fuerte rotación hacia compañías más ligadas al ciclo económico y una corrección histórica en los bonos de Gobierno en países desarrollados.
De todas formas, nos encaminamos después de diez años a un entorno mucho más benévolo para el inversor, crecimiento económico de más del 4 %, inflación estructural entre el 2 % y 3%, beneficios de compañías del 10 %, rentabilidad real de los bonos de Gobierno ligeramente positiva. Es el momento de la diversificación en activos no tan tradicionales que como siempre deberían de complementar la parte Core, principal, de nuestra estrategia de inversión.
Quizás deberíamos recordar que una rentabilidad del 3-4% para un perfil de riesgo moderado es un planteamiento no solo realista sino también factible para los próximos años. Eso sí, debemos de olvidarnos de las estratosféricas rentabilidades obtenidas por algunos mercados y compañías en los últimos años. El camino que nos queda por recorrer no va a ser fácil, pero va a estar lleno de oportunidades para todos los perfiles de riesgo.
Megatendencias ASG, Asia y activos alternativos
Tres ideas de inversión que todo inversor/ahorrador debería mirar con atención para los próximos tres años con:
- Megatendencias ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Invertir en empresas que son capaces de aprovechar las megatendencias que mueven al mundo es invertir en los ganadores del futuro. Es el caso de la ransición energética, la digitalización y la salud.
- Mercados emergentes, más del 60 % del crecimiento económico va a venir de la región asiática incluyendo China
- Activos Alternativos Líquidos, infraestructura, inmobiliario y estrategias de retorno absoluto
Más aún, es el momento de aderezar una cartera con activos tradicionales con estos elementos. Son los deberes que debemos de empezar a trabajar desde ahora y con un horizonte temporal mínimo de tres años.
La Diosa Fortuna no nos ha abandonado, lo que si ha hecho esta vez, es ponernos deberes con el fin que construyamos una buena diversificación en nuestras carteras allende de los mercados y activos tradicionales.