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A FONDO

Siemens Gamesa dará un giro a su estrategia comercial

Blindaje en los nuevos contratos para esquivar las volatilidades que recortan márgenes

En su última intervención oficial como consejero delegado de Siemens Gamesa (SG), Andreas Nauen insistió en que el fabricante de aerogeneradores está pagando la factura de la transición energética. Sus clientes, entre ellos Iberdrola, presionan en precio para luego poder pujar con ofertas de presupuestos más ajustados en las subastas de nueva generación eólica, como la que han ganado la eléctrica española y Shell en Escocia (Edimburgo les adjudicó 7GW).

La industria eólica defiende que su producción energética es más barata que la nuclear y el gas, por citar dos fuentes de generación a las que la UE les mantiene el sello renovable hasta 2050 para garantizar la citada transición.

Este cambio tiene un precio, como bien lo saben los grandes consumidores de electricidad, como las siderúrgicas, y comienzan a notarlo en su bolsillo los ciudadanos.

A esta desigualdad en el reparto de esfuerzos por la descarbonización, SG añade el déficit de cobertura de riesgos en sus contratos, que son a largo plazo en un sector que tarda unos tres años de media en entregar una turbina desde su contratación. En ese periodo de tiempo, a Siemens Gamesa le ha estallado la tormenta perfecta, mezcla de la pandemia y de la hiper inflación de los costes de las materias primas y de las operaciones logísticas.

En las cuentas del primer trimestre, parte de las pérdidas de 403 millones descansan en la devaluación en 289 millones de diversos contratos, la mayoría relacionados con la eólica terrestre. Jochen Eickholt, el sustituto de Nauen a partir del próximo 1 de marzo, le dará un giro comercial al grupo.

Los nuevos contratos incluirán cláusulas de revisión de precios en base a la volatilidad de las materias primas y de las tarifas del transporte. Y alargamiento de los plazos de entrega por fenómenos meteorológicos adversos. Las inclemencias del invierno en Noruega en 2019 bloquearon las carreteras e impidieron el paso de las turbinas de SG, que tuvo que hacer frente a unas indemnizaciones de 150 millones por los retrasos generados en la puesta en marcha de nuevos complejos renovables en el país escandinavo.

Esta adversidad le costó el puesto a Markus Tacke, predecesor de Nauen. Eickholt ha tomado nota de estos males. Procede de Siemens Energy, accionista al 67% de SG, y no descarta ajustes para volver a la rentabilidad.

En España, donde cuenta con 4.000 trabajadores, sobre una plantilla de 24.000 empleados, su red industrial de nueve fábricas está centrada en la eólica terrestre, la más deficitaria del grupo. En el país, el grupo ya ha cerrado tres plantas.

Las turbinas marinas tienen más futuro, por una explosión de nueva generación a medio y largo plazo. En este segmento, SG tiene adjudicaciones por 7,6 GW y otros 6,7 GW a punto de cerrar su contratación. Además, hay 89 GW en el mundo que comenzarán a subastarse a partir de este año y que demandarán aerogeneradores off shore.

Al nuevo CEO le entregan una cartera de pedidos de 33.604 millones, pero con las citadas restricciones en rentabilidad. Y con una OPA de exclusión de Bolsa en el horizonte. Desde la multinacional de Munich (Alemania) han repetido que se trata de “rumores”.

En esta nueva etapa, SG impulsará la división de mantenimiento, la que deja más margen. En el primer trimestre creció un 13% en ventas, hasta 695 millones. Cuanto más parque mundial de turbinas, más tareas de mantenimiento y monitorización, facilitadas por la digitalización. Un dato que ha llamado la atención de Eickholt es que más de la mitad de la cartera de pedidos, en concreto 17.322 millones, procede de estos servicios.

El ejecutivo alemán también se encontrará resueltos la mayor parte de los problemas técnicos de la nueva turbina 5X. Su lanzamiento se retrasó y disparó el presupuesto inicial.

El mercado mirará con interés su gestión. Los analistas han asistido perplejos a la evolución de SG. La fusión de los activos eólicos de Siemens y de Gamesa se realizó en abril de 2017 por las expectativas de una empresa renovable en un mundo que apostaba por su descarbonización.

Además, antes de la llegada de los alemanes, el presidente de Gamesa, Ignacio Martín, ya había hecho un ajuste en el lustro que duró su etapa. En base a su experiencia en la industria de automoción, Martín acopló la estructura al ritmo del mercado. Todo sumaba, las expectativas de negocio y una empresa a medida. A Eickholt le toca hacer realidad esos sueños.

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