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Emisión de tokens

Brickken probará en el sandbox un mercado secundario para startups 'tokenizadas'

La compañía española ultima una solución de 'tokenización como servicio' para que cualquier empresa pueda hacer su propia emisión de token para acceder al capital

Edwin Mata, cofundador y máximo ejecutivo de Brickken.
Edwin Mata, cofundador y máximo ejecutivo de Brickken.
Marimar Jiménez

La startup española Brickken, que ofrece una plataforma centralizada que permite tokenizar negocios o activos proporcionando a los inversores oportunidad de generar ingresos pasivos, quiere convertirse también en un proveedor de tecnología de emisión de tokens descentralizado. La compañía última una solución de tokenización como servicio, que prevé tener lista en septiembre, para que startups, empresas y fondos de inversión puedan transformar su capital (acciones) en tokens para facilitar la inversión y liquidez en los mismos, como alternativa de financiación.

Edwin Mata, cofundador de la compañía, explica que las entidades que usen este sistema podrán hacer una emisión pública de tokens (STO, como se conoce en el argot cripto) para que cualquier persona, sea inversor cualificado o no, pueda invertir en negocios, proyectos o cualquier otro activo financiero. Además, el inversor podrá siempre vender sus tokens a cualquiera en cualquier momento en la plataforma.

El proyecto de Brickken fue elegido hace unas semanas para entrar en el sandbox español para probar un mercado secundario para startups tokenizadas. “Para poder transaccionar valores mobiliarios en mercados secundarios necesitas acudir a plataformas con licencia. En España está el BME Growth, la cuestión es que en la actualidad en la UE no pueden usar tecnologías de registro distribuido (DLT). Se espera que este año salga adelante la regulación que lo permita, pero entre tanto, este proyecto permitirá testar cómo será el futuro”, añade Mata, que apunta que se inscribieron en el sandbox con el objetivo de convertirse en una Bolsa de valores de security tokens (activos criptográficos basados en la tecnología blockchain vinculados a un activo financiero tradicional).

Mata insiste en que el objetivo es crear el primer mercado secundario de security tokens, porque en Europa de momento no hay ninguno porque la legislación no lo permite; algo que sí puede hacerse en otros países como Singapur, Suiza , Reino Unido o EE UU

“Queremos que todo el mundo tenga acceso a esta tecnología y que cualquier empresa de cualquier país pueda montarse su propio esquema de financiación sin tener que ir a una plataforma centralizada”, añade Mata. El directivo precisa que la propuesta no es gratis, porque la  monetización ya está embebida en los smart contrat, al igual que está embebida en la funcionalidad técnica que ofrecen gran parte de la normativa que deben cumplir las STO.

El directivo subraya que la diferencia respecto a otras soluciones que ya existen en el mercado es que Brickken ha creado una app 100% descentralizada, que provee esa funcionalidad técnica para que individuos o empresas puedan tokenizar activos de forma muy sencilla. "Frente a la plataforma centralizada que ya tenemos y donde nosotros hacemos el 100% del trabajo, con esta aplicación descentralizada buscamos la autonomía de las empresas". Según Mata, en la actualidad están haciendo pruebas de concepto para seguir recabando datos sobre todo relacionadas con cuestiones de legalidad de otros países.

La startup arrancó en 2020 por cinco emprendedores expertos en diferentes ámbitos (tecnología, legal, financiero y marketing). Hasta la fecha se han financiado con fondos propios de los cofundadores y de Startupbootcamp, un reconocido programa de aceleración. El pasado diciembre, Brickken recibió 325.000 euros del fondo Neotec del CDTI y ahora ha puesto en marcha una ronda de financiación semilla. Planea captar unos dos millones en un plazo máximo de seis meses.

Con su primer modelo de plataforma centralizada, la compañía obtiene sus ingresos por emisión y por levantar capital y otras cuestiones anexas, pero Mata defiende que su nueva propuesta de tokenización as a service les permitirá escalar su negocio a nivel mundial. Mata cree que 2022 puede consolidarse como el año de la tokenización de activos: "En 2021, hemos visto el boom de los NFTs [tokens no fungibles, cuyo volumen de comercialización superó los 13.000 millones de dólares, un 4.298% más en comparación con los volúmenes inversión en NFTs en 2020] y lo próximo serán las empresas, startups o activos mobiliarios".

Los fundadores de Brickken sostienen que la tokenización de arte o coleccionables (NFTs) es solo la punta del iceberg, y subrayan que la tokenización de activos del mundo real utilizando tecnología blockchain ha llegado para quedarse. Mata explica, además, que mientras en otro tipo de mercados dentro del blockchain como los marketplace de NFT hay muchos players, en el mercado en el que se centran ellos no hay tantos.

"Muchos han muertos porque salieron al mercado demasiado pronto o porque salieron con buena tecnología, pero sin tener en cuenta la regulación que establece cómo tienes que emitir los valores mobiliarios en cada caso. Aquí, el cumplimiento normativo es realmente complejo, y en nuestro caso creemos tener futuro porque cumplimos las dos vertientes, la tecnológica y la legal. Además, la mayoría de plataformas están apostando por el modelo centralizado, actuando más como un banco que utilizando la ventaja del blockchain que es la descentralización. Piensan que no podrán monetizar sus servicios porque pierden el control, pero no es así. Cuantas más gente utilice tu tecnología mucho más escalable es tu producto".

Brickken cuenta en la actualidad con un equipo de 12 personas, pero esperan tener una plantilla de 20 de aquí a marzo.

Sobre la firma

Marimar Jiménez
Redactora senior en la sección de Empresas de CINCODIAS. Sigue la actualidad del sector de tecnologías de la información y del ecosistema emprendedor español. Antes de incorporse al diario en 2000 trabajó en Actualidad Económica y los suplementos Futuro y Negocio en EL PAIS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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