Los gestores ‘millennial’ quieren tirar la puerta abajo
Una nueva hornada de inversores quiere asaltar los cielos de la industria de gestión de activos
Una nueva generación de jóvenes gestores se va abriendo paso en la industria. Son inversores millennials, nacidos a partir de 1983. Ninguno trabajaba cuando estalló la burbuja de las puntocom en 2000, y la quiebra de Lehman Brothers les pilló acabando su formación o dando sus primeros pasos profesionales, pero están irrumpiendo con fuerza en el mundo de la gestión de activos, acreditando unas rentabilidades excelentes y defendiendo una nueva forma acercarse al mundo de la Bolsa.
Un buen ejemplo de esta nueva quinta es Emérito Quintana (1988), asesor del fondo Numantia Patrimonio. Después de formarse como ingeniero y trabajar para una aseguradora, empezó a gestionar el patrimonio familiar, con tan buenos resultados que acabó dando el salto a la inversión colectiva. Su fondo ha conseguido unos retornos fuera de serie: un 28% de media anual en los tres últimos ejercicio (que incluyen una pandemia mundial). Y ya gestiona 55 millones de euros.
Entre las compañías que incluye en cartera hay de todo. Tesla, Meta (la nueva marca del grupo Facebook), Amazon, y también Microstrategy, una compañía de software que tiene toda su tesorería invertida en bitcóins. Aunque parece que el sesgo tecnológico es muy fuerte, también mantiene posiciones en varios grupos especializados en la promoción inmobiliaria, como Howard Hughes, o la gestora de activos Brookfield Asset Management.
“No sé si hay un factor generacional. Tal vez sí. Creo que lo fundamental es la curiosidad. Tener la mente abierta para conocer nuevos negocios. Es cierto que si eres un usuario intensivo de Netflix o Spotify te puedes hacer una mejor idea de cómo funcionan o qué aportan”, explica Quintana.
Otro joven gestor que la rompió en 2020 fue Flavio Muñoz, asesor del fondo Andromeda Value. El año pasado logró un retorno del 36%. En su caso, la inversión en compañías tecnológicas sí que es mayoritaria (Adobe, Zoom, Square...) Uno de los sectores que más han seguido es en el del almacenamiento y la gestión en la nube.
“Sí que invertimos de forma distinta. Nosotros seguimos sectores que son ajenos para gestores más veteranos. El de los videojuegos, las tarjetas gráficas o las consolas, son tres segmentos en los que muchos rivales dejan de lado, pero que han sido muy rentables”, apunta Muñoz.
Las diferencias generacionales no se circunscriben solo al tipo de empresas en las que invertir, sino también a cómo se relacionan con los partícipes. Alejandro Estebaranz (1985) fue youtuber antes que gestor. Su canal, El Arte de Invertir, tiene casi 700.000 seguidores. Allí explica la situación de los mercados, las carteras de algunos de los grandes gurús, conceptos básicos sobre cómo empezar a invertir...
Tras su arrollador éxito en redes sociales, se alió con José Luis Benito y han acabado lanzando su propia gestora de fondos, algo insólito. La firma es True Value Investments, presidida por el propio Estebaranz. Su fondo bandera acumula 140 millones de patrimonio y ha logrado un retorno medio anual 17,5% en los últimos tres años. En el fondo True Value Small Caps gestionan otros 100 millones de euros y una revalorización del 61% en los últimos 12 meses.
Una de las características comunes de esta nueva camada de gestores es que han tenido que entrar en el mundo de la gestión de activos por la puerta de atrás, buscando acuerdos para asesorar vehículos que están en manos de otras firmas, o creando sus propias firmas.
“En las grandes gestoras es muy difícil que un treintañero llegue a gestionar un fondo. Hay mucha querencia por la veteranía por lo que es muy improbable que a un joven le den esa oportunidad”, apunta el consejero delegado de una gestora española independiente.
La firma Dux Inversores, que recientemente ha llegado a un acuerdo de fusión con Abante Asesores, tiene un par de casos de gestores millennials. Uno de ellos es Tomás Maraver (1984), que acaba de lanzar Incometric Fund - Nartex Equity Fund, n vehículo de renta variable, especializado en Quality Investing. Está domiciliado en Luxemburgo bajo el paraguas de Adepa.
“He trabajado durante muchos años en el ámbito del capital riesgo, en la firma KKR, una de las más importantes del sector; también en el banco estadounidense JP Morgan y en un ‘hedge fund’ londinense. Creo que tengo mucho que aportar con este vehículo y que hay un hueco para un fondo especializado en compañías de calidad”, explica Maraver.
Otro joven talento inversor español es Fadrique Balmaseda (1985), que asesora el fondo luxemburgués Chronos Global Equity, un vehículo que tiene la máxima calificación de la firma Morningstar. El vehículo tiene 75 millons de euros y el año pasado rentó un 43%.
Otro gestor joven con mucha proyección es Carlos Santiso, que lleva las riendas de los fondos Icaria Cartera Permanente (20 millones de euros) e Icaria Capital Dinámico (8,2 millones), ambos en Andbank Wealth Management. También es director de inversiones financieras de las empresas gallegas Asterisco Patrimonial y Disashop. Antes trabajó en el grupo belga Optima Bank y en la gestora del grupo Santalucía.
Uno de los casos más llamativos de talento inversor en Europa es el boliviano Rolando Grandi (1990). Con poco más de 30 años es uno de los gestores estrella de la boutique francesa La Financiere de l’Echiquier, donde administra un patrimonio de más de 2.800 millones de euros. Lleva fondos de robótica, inteligencia artificial, exploración espacial.... “Lo reconozco, soy un fanático de las tecnologías, me encanta sumergirme en todos estos nuevos sectores”, explica con una sonrisa de oreja a oreja y aire de normalidad.