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Operaciones

El grupo de juego Cirsa sondea su salida a Bolsa en 2022 por 3.000 millones

Blackstone sopesa una desinversión a los cuatro años de la compra de la firma española

Cirsa vuelve a rondar la Bolsa. Su dueño, Blackstone, sondea la venta del grupo español del juego durante el año que viene, en caso de que la marcha del negocio y de la pandemia lo permitan. Según indican fuentes financieras, el objetivo es lanzar una salida a Bolsa que valore el grupo español en 3.000 millones.

Es una de las eternas candidatas a debutar en el mercado. Hace cuatro años Blackstone compró el grupo del juego de manos de su fundador, el empresario Manuel Lao, por unos 2.200 millones. Tras haber realizado varias adquisiciones para reforzarse en el segmento online y sufrir una pandemia –que provocó primero el cierre de sus locales y después limitaciones de aforo y de horario– el fondo se plantea activar una salida a Bolsa de Cirsa para el año que viene por más de 3.000 millones. La decisión dependerá de si los resultados al cierre de este ejercicio permiten mostrar a los inversores que la compañía ha dejado ya atrás los rigores del Covid-19.

Fuentes de la compañía explican que en estos momentos no hay un proceso abierto, y que cualquier decisión, ya sea una salida a Bolsa u otras alternativas, dependerán de la situación de los mercados, de la economía y de la situación de la empresa, en la medida en que esta aún opera con restricciones.

Las fuentes consultadas indican que este proceso se plantea como un dual track. Es decir, los bancos que se encargarán de pilotar la operación pondrán a competir el precio que paguen los inversores de Bolsa con el que estén dispuestos a desembolsar los fondos de capital riesgo. En 2019 ya ocurrió algo similar, cuando Blackstone se impuso no solo a Apollo, finalista de la puja, sino también a una posible OPV. Deutsche Bank y Barclays, que han liderado las últimas operaciones de financiación del grupo, se perfilan como los tutores de la compañía durante este proceso.

El panorama en estos años ha cambiado. El operador de juego se encuentra en plena recuperación del negocio perdido por el Covid-19. El cierre de su operativa física durante varios meses del año pasado, y la desigual reapertura en los diferentes mercados en los que opera, le llevó en 2020 a registrar una pérdida de 250 millones, con unos ingresos reducidos a la mitad. En el segundo trimestre de este año sus operaciones han dado muestras de una mayor recuperación, elevando la facturación al 65% de los niveles pre Covid, el mejor porcentaje desde que empezó la crisis sanitaria. Codere, su principal competencia en España, aún está en un 40%.

La perspectiva es positiva de cara a la segunda mitad del año en la medida que todos sus mercados empiezan a operar con normalidad, con una previsión de ebitda de 100 millones para el tercer trimestre. Además, en septiembre acometió una emisión de bonos por 615 millones, con vencimiento a seis años, con el objetivo de amortizar y refinanciar parte de su deuda, incrementada ante la necesidad de reforzar su liquidez durante los meses en los que su negocio se mantuvo paralizado. Con esta operación, que mostró un importante apetito de los inversores, ha conseguido rebajar el coste de su deuda, consistente en las dos emisiones lanzadas por Blackstone para financiar la adquisición: una por 495 millones de dólares y otra de 663 millones de euros, que ahora han ampliado su vencimiento hasta 2027.

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