Cártel de la carretera: Quedadas “a tomar café” y hablar de los concursos
La CNMC ve probadas 18 reuniones del cártel de la conservación, mientras que las empresas hablan de pruebas insuficientes e inconexas
Los asuntos del cártel para la contratación de obras de conservación en carreteras no se confiaban a cualquiera. En la resolución del viernes de la CNMC, con sanción de 61 millones de euros, se afirma que las convocatorias de las reuniones para diseñar un patrón coordinado de comportamiento en las licitaciones se dirigían a cargos de responsabilidad, como presidentes, directores generales, directores técnicos y gerentes comerciales. En copia solían a parecer responsables de las áreas de contratación y conservación. Competencia insiste en que debe dirimirse la responsabilidad personal de decenas de implicados.
Las citas se celebraban en alguna de las sedes de las 12 empresas acusadas (filiales de ACS, Ferrovial, Sacyr, Acciona, OHL, FCC, Elecnor, Copasa o Copcisa, entre otras) o, en ocasiones, en lugares públicos, como una cafetería de la madrileña plaza de Ramales. “Tomar un café”, “Invitación a café”, “Más café para todos” y “Tomar un café y contarnos nuestras penas y alegrías”, eran algunos de los asuntos que encabezaban las convocatorias, según pruebas aportadas por una de las involucradas, Aceinsa. Estas fueron contrastadas con documentos que pudo recabar la propia CNMC en inspecciones a Elsamex o Audeca. Hay 18 encuentros probados entre 2010 y 2018.
En su declaración de clemencia, Aceinsa explicó que “en cada convocatoria de grupos de licitaciones por parte del Ministerio de Fomento, las empresas adoptaban criterios comunes con el objeto de orientar la elaboración de las ofertas económicas a presentar”, reproduce Competencia en su resolución, “los criterios eran válidos para cada grupo de licitaciones próximas en el tiempo”. Las acusadas, por su parte, han defendido que se trata de pruebas “insuficientes e inconexas”.
Bolsa de puntos
Una vez sentados en la misma mesa, las empresas asignaban una “bolsa” de puntos para cada paquete de concursos. Estos se iban consumiendo por las pactistas en función del nivel de descuentos que iban a presentar sobre el presupuesto de las licitaciones. Cuanto mayores eran las bajas en sus ofertas, más opciones tenían de ganar, pero más puntos gastaban.
Esta era la forma en que se limitaba el número de contratos a los que las acusadas presentaban descuentos ganadores. Y es que, el número de puntos de la bolsa no era suficiente para tratar de conseguir todos los contratos. Así, cada miembro del cártel se centraba en obtener un número limitado de licitaciones, presentándose a las restantes con ofertas poco competitivas o de cobertura. Hasta para estas últimas había acuerdo y el compromiso era acudir a todos los concursos.
Con la afluencia de aspirantes a las convocatorias de Fomento, argumenta la CNMC, se lograba alterar el umbral de anormalidad o temeridad, relacionado con la base de las ofertas presentadas en cada licitación, y se podía conseguir que otras propuestas de compañías ajenas al cártel fueran excluidas de los procesos.
Este modus operandi fue adaptándose a los cambios en los pliegos de contratación introducidos por la Administración. En la sanción se habla de una mecánica “particularmente compleja” y difícil de detectar, lo que se ve como un agravante.
Sobre lo acordado en las reuniones no se dejaba constancia escrita, actas, documentación o grabación alguna. La CNMC asevera que las sancionadas “no han aportado una explicación alternativa plausible a su comportamiento ajeno a la existencia de un acuerdo contrario a la competencia”. Y las firmas han defendido que “actuaron de manera autónoma y totalmente independiente y que competían por las adjudicaciones presentado ofertas dispares y competitivas. Ello excluiría cualquier posibilidad de considerar que sus conductas eran aptas para restringir la competencia”, se lee en el fallo.
También aducen que “el carácter determinante de la oferta técnica para la adjudicación de los contratos imposibilitaría que la sola coordinación de las económicas pudiera ser determinante para la adjudicación”.
Un ramillete de compañías para un bocado millonario
1.157 millones en juego. La CNMC ha investigado las 101 licitaciones convocadas por Fomento para la conservación de carreteras de la red del estado entre 2014 y 2018. El presupuesto base de licitación alcanzó un total de 1.157 millones y el cártel ganó siete de cada diez concursos por un total de 530 millones.
Cuotas de mercado. De 2010 a 2019 el ministerio adjudicó 2.248 millones. El 69% fue para 14 empresas, entre las que están las 12 sancionadas por la CNMC. Las de mayor cuota son Matinsa (10,11%), Ferroser (8,37%), API (7,61%), Alvac (7,43%) y Aceinsa (4,19%)
Señalizaciones Villar. Competencia la ha investigado, pero se considera que cualquier actuación fraudulenta ha quedado prescrita, archivándose las actuaciones contra ella.