La participación de las familias en la Bolsa crece al 17,1% y rompe con cinco años de caídas
Los inversores extranjeros siguen siendo propietarios prácticamente del 50% del valor de las acciones cotizadas
La apuesta de las familias por la Bolsa española ha registrado un importante tirón en 2020. En un año marcado por el Covid-19 el aumento del ahorro de los hogares se dejó notar en la Bolsa. Las familias aumentaron un punto porcentual su participación en la propiedad de las acciones cotizadas rompiendo una tendencia a la baja de cinco años. Este dato es todavía el segundo más bajo de la serie histórica elaborada por el Servicio de Estudios de la Bolsa española.
Los inversores extranjeros siguen siendo propietarios prácticamente del 50% del valor de las acciones cotizadas en la Bolsa, con una leve bajada de tres décimas respecto al año anterior.
La elevada presencia de inversores individuales o familias ha sido históricamente uno de los rasgos diferenciales de la Bolsa Española llegándose a alcanzar máximos del 33,6% en 1999, tal y como explica BME en su último informe.
La etapa de crecimiento más próxima a la actualidad se produjo durante los años posteriores a la crisis financiera y económica que se inició en 2008 cuando las familias se convirtieron en un puntal importante del mercado aumentando su cartera de acciones cotizadas, explica BME.
A pesar de la subida de 2020, el porcentaje actual de la capitalización bursátil en manos de las familias españolas mantiene en el medio plazo una acelerada convergencia con Europa, donde la participación directa de los inversores individuales en Bolsa ha sido tradicionalmente inferior a la de España.
En el informe se explica que las reformas de los mercados financieros y de valores europeos, implantadas con el objetivo declarado de mejorar la protección de los inversores no han obtenido hasta la fecha los resultados esperados de incorporar más inversores a la propiedad de acciones cotizadas ni tampoco aumentar las empresas cotizadas.
Así mismo, en las salidas a Bolsa que han tenido lugar en los últimos años se ha prescindido mayoritariamente del tramo minorista que fue característico en los estrenos bursátiles que tuvieron lugar masivamente en la última década del siglo pasado, añade BME.
También, entre las razones de esta reducción tendencial del peso de los inversores particulares individuales en el mercado de acciones nacionales, se encuentra el creciente peso de los Fondos de Inversión en las carteras de los españoles, por su ventajoso tratamiento fiscal y por la apuesta comercial de las entidades financieras y especialmente bancarias por estos vehículos.
En cuanto a la presencia de inversores internacionales en la Bolsa española. ésta se mantiene muy cerca de máximos históricos. A cierre de, los no residentes controlaban el 49,9% de la capitalización bursátil de las empresas cotizadas españolas, tres décimas menos que el año anterior cuando se alcanzó el récord histórico. En una década, los inversores extranjeros han aumentado en más de diez puntos su peso en la Bolsa española, desde el 39,2% de 2010 al 49,9% de 2020. Entre 2000 y 2010, el peso de los no residentes había aumentado en casi 5 puntos, desde el 34,3% al 39,2%.
La participación de los inversores extranjeros en las grandes Bolsas europeas ha alcanzado niveles elevados en los últimos años.
Las empresas no financieras se sitúan nuevamente en 2020 como segundo mayor grupo propietario de acciones cotizadas españolas con un 21%, dos décimas más que el año anterior. En los últimos 6 años su peso en el conjunto se ha elevado 4 puntos, pero aún queda lejos del máximo histórico del 26,1% de 2010.
Por otro lado, las Instituciones de Inversión Colectiva, los seguros y otras instituciones financieras no bancarias controlaban a cierre de 2020 el 6,4% de la capitalización bursátil, nueve décimas menos que el año anterior. El máximo de su serie histórica se alcanzó a finales del siglo XX, cuando llegó a poseer el 10,2% del valor total de la Bolsa.
Por último, las Administraciones Públicas españolas controlaban un 2,9% del valor del mercado a cierre del año pasado, una décima más que el año anterior y abandonando, por vez primera desde 1998, la última posición en este ranking de propietarios de acciones. En 1992 su participación llegó a ser del 16,6% y a finales de 1998 bajó hasta el 0,6%. En 2013 repuntó al 2,3% a causa de las ayudas públicas que recibieron algunas entidades (en concreto Bankia) debido a la crisis financiera. Es precisamente esta crisis la que ha llevado a la banca a ser el grupo con menor peso en la Bolsa, un 2,7%, pese a ser el tercer mayor propietario en los años noventa, con un 15,6%.