La caída de la volatilidad frena en seco la avidez de los inversores por la Bolsa
La negociación se ha reducido un 16,3% hasta junio; es una tendencia que se repite en el resto de Europa
La euforia de los pequeños inversores por la Bolsa se ha frenado. La caída de la volatilidad en el segundo trimestre del año, que llevó a los principales índices europeos a mantenerse en una tendencia lateral a la espera de nuevos catalizadores, provocó que el volumen negociado en la Bolsa española se situara en los 33.604,8 millones de euros en junio, un 21,4% menos que un año antes, según datos de BME.
Una caída a la que se suma además la contracción en el número de operaciones registradas. En los primeros seis meses del año el número de operaciones retrocede un 16,3%, hasta los 24,09 millones, y pone fin a la avidez registrada en 2020 por los inversores de alta frecuencia y los pequeños ahorradores, que animados por la mayor volatilidad, el confinamiento y los brókeres gratuitos se lanzaron a invertir en Bolsa.
La CNMV explica en su último boletín publicado ayer que “la volatilidad también volvió a descender en el segundo trimestre, hasta situarse en promedio trimestral en torno al 13%, acercándose a los mínimos históricos alcanzados en el ejercicio 2019 –cuando se situó en torno al 10%–”.
Y es que el índice del miedo, que mide las expectativas de volatilidad de los precios de las acciones a corto plazo, el Vix de CBOE, se sitúa en los 19 puntos, niveles previos a la pandemia. Una evolución que también han tenido otros indicadores similares, como el VDax germano, a medida que ha ido avanzando la recuperación económica.
La caída de la negociación en el mercado español no es algo único, sino que tiene su reflejo en el resto de Bolsas europeas, aunque de forma más moderada. Según datos de la Federación Mundial de Bolsas (World Federation of Exchanges, en inglés), la contratación entre enero y mayo retrocedió un 6% en Deutsche Börse en términos interanuales, un 10,2% en Euronext, un 1,5% en CBOE Europe y un 24,7% en London Stock Exchange Group, la más castigada junto con la Bolsa española.
El supervisor del mercado explica que “aunque el flujo de inversiones hacia las Bolsas ha sido destacable, como reflejan las alzas de los principales mercados, el fuerte descenso de la volatilidad ha contribuido a reducir la contratación. Así, escenarios de elevada volatilidad favorecen algunas modalidades de contratación como la negociación algorítmica y de alta frecuencia, que se ven desincentivadas en caso contrario”.
Junto a esto, las fuertes caídas registradas el año pasado en el arranque de la pandemia llevaron a los pequeños ahorradores a elevar su tolerancia al riesgo y a apostar por la Bolsa. El objetivo fue no perderse el rally de la recuperación tras el fuerte desplome inicial, si bien dicha recuperación ha variado en función de cada sector y el impacto de la crisis. Prueba de ese interés fue el fuerte incremento del número de cuentas para poder operar en Bolsa que registraron el año pasado los brókeres low cost.
Más allá, Juan José Fernández-Figares, director del departamento de análisis de Link Securities, añade que “en el caso concreto de la Bolsa española, se viene apreciando una caída importante desde la implantación de la tasa Tobin. Muchos inversores que antes se mostraban remisos a invertir en otros mercados por temas de costes, ahora ya no se lo tienen que pensar tanto”.
El experto recuerda que a pesar de que el gravamen no afecta a las operaciones intradía, sí lo hace a las operaciones más cortoplacistas, “que habitualmente dan volumen y liquidez al mercado”.
Las acciones ‘meme’ moderan el rally
GameStop. El frenesí desatado entre los pequeños inversores en Bolsa por empresas muy castigadas por el mercado en el primer trimestre del año tuvo como principal exponente a las tiendas de videojuegos GameStop. Sus acciones llegaron a subir un 1.700% en enero. La volatilidad sobre el valor no se ha apagado desde entonces pero sus títulos caen un 45% desde entonces. La escalada de los cines AMC llegó más tarde, entre mayo y junio, llegando a dispararse un 580% en poco menos de un mes, para irse poco a poco moderando, aunque aún se sitúan muy por encima de los niveles de cierre de 2020.
Robinhood. El bróker impulsor de buena parte del frenesí de las acciones meme ultima su salto a la Bolsa. La empresa confía en alcanzar una valoración de 35.000 millones de dólares (30.000 millones de euros) en su estreno bursátil. Quiere colocar 55 millones de acciones a un precio de entre 38 y 42 dólares, con lo que recaudaría cerca de 2.300 millones de dólares (1.950 millones de euros).