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Goirigolzarri duda de que Amazon y Google quieran tener bancos por la “maldición del depósito”

El presidente de CaixaBank cree, sin embargo, que se intereserán por ciertos negocios financiaros sin corsé regulatorio

El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, en la junta general ordinaria de accionistas celebrada en Valencia en mayo pasado.
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, en la junta general ordinaria de accionistas celebrada en Valencia en mayo pasado. EFE
CINCO DÍAS

El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, duda de que gigantes tecnológicos como Amazon y Google vayan a tener interés en lanzar bancos, aunque sí puedan adentrarse en ciertos negocios financieros, para evitarse “la maldición del depósito” que obliga a cumplir férreos y costosos criterios regulatorios.

En declaraciones con motivo del World Blind Summit Madrid 2021, la cumbre mundial de la ceguera celebrada en la capital y donde CaixaBank ha sido patrocinador, ha expresado su convicción de que los gigantes tecnológicos querrán financiar, pero sin someterse a los duros corsés regulatorios que soportan los bancos.

“Un préstamo, sin ninguna duda. Un banco, lo dudo más. ¿Por qué? Pues porque una de las cuestiones muy evidentes en este marco competitivo es que hay una cuestión que se puede llamar la maldición del depósito: Si uno recibe depósitos, sobre él cae toda la regulación y la supervisión y no creo que ni Amazon ni Google tengan mucho interés en que sobre ellos caiga estos niveles de regulación”, ha afirmado.

El banquero se ha declarado “un creyente en la competencia” porque “es buena para los ciudadanos, es buena para los competidores y para los bancos porque te obliga a mejorar y a muscularte”, pero demandó que se ejerza "en las mismas condiciones para todos”.

“Lo que no puede haber es que distintos tipos de competidores tengan distinta regulación porque eso da lugar a arbitrajes regulatorios que, en definitiva, no son buenos para la estabilidad del sistema”, argumentó.

La irrupción de operadores nuevos como las bigtech en nichos de negocio antes exclusivos del sector financiero mete presión en unos márgenes ya fuertemente apretados por los tipos de interés negativos que sufre la banca desde el año 2016 y una reducción también de la actividad por efecto de la crisis de la Covid-19.

“Llevamos cinco años con tipos de interés negativos”, ha dicho el presidente de CaixaBank, convencido de que esta situación va para largo a tenor del escenario económico mundial, afectado por la pandemia, y de que toca asumir que será un fenómeno “estructural” y no coyuntural del negocio bancario con el que habrá que acostumbrarse a trabajar.

Junto a ello señaló, además, el desafío de una digitalización acelerada con los confinamientos y restricciones de la Covid-19, que ha precipitado también el cambio de hábitos entre los clientes y que contribuye a bajar las barreras permitiendo la entrada de nuevos jugadores que, “lógicamente, tienen el interés legítimo de romper el statu quo”.

“Nosotros lo que tenemos que hacer, en base a nuestros puntos fuertes que son indudables, es adaptarnos rápidamente a este nuevo entorno”, ha referido, indicando que, precisamente la fusión de Bankia y CaixaBank se plantea con el interés de “enfrentarnos a este entorno con más músculo, con más capacidad y, en definitiva, con mayores ventajas competitivas”.

La transacción supone crear el mayor banco del país, con un volumen de activos superior a los 600.000 millones de euros, pero aseguró que la fusión no es para ganar tamaño sino oportunidades. “No nos hemos fusionado para ser más grandes, sino que nos da una oportunidad extraordinaria de liderar la transformación del sistema financiero español y (...) nos da la oportunidad de enfrentarnos a un entorno complejo”, ha señalado.

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