El Corte Inglés de los próximos cinco años: más digital, diversificado y con menos deuda
La compañía deberá recuperar los ingresos de su actividad principal y continuar con las desinversiones
La junta de accionistas de El Corte Inglés ya tiene día y hora: el viernes, 23 de julio, a las 12 de la mañana. Será la primera que no se celebre en domingo y que apruebe unas pérdidas anuales, en este caso de 2.945 millones.
Una cita clave también de cara a su futuro. En su orden del día, como figuraba en la convocatoria publicada en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) este viernes, expondrá ante sus accionistas los detalles del nuevo plan estratégico que definirá El Corte Inglés del futuro. Este tendrá una vigencia de cinco años, de 2021 a 2026, y es el primero elaborado al 100% bajo el mando del consejero delegado, Víctor del Pozo.
Este aún debe ser aprobado por el consejo de administración antes de la junta, y sus líneas de actuación serán muy parecidas a las que ya ha llevado a cabo El Corte Inglés en los últimos meses, especialmente a raíz de la pandemia, que ha impulsado la transformación de la distribución tradicional.
Deterioros hechos; objetivo, recuperar ventas
Ese plan partirá de un balance adaptado a la nueva realidad del grupo. Los deterioros de 2.500 millones que acometió El Corte Inglés a cargo de las cuentas de 2020, de los que 2.100 corresponden a sus centros comerciales, le permitirá partir sin el lastre de nuevos deterioros provocados por la pandemia, al menos no en una cuantía tan elevada.
El objetivo primordial a cinco años vista no será otro que recuperar los ingresos y rentabilidades previas al Covid, y reducir una deuda que la pandemia ha vuelto a elevar por encima de los 3.800 millones.
En todos estos objetivos jugará un papel clave la gestión de sus espacios para adaptarlos a las necesidades del negocio online. La compañía ya anticipó en su presentación de resultados de 2020 que está “diseñando un plan para crear valor, cambiando el uso de los espacios de venta que pueden resultar redundantes en outlets, almacenes, dark stores o alquilándolos a terceros, entre otros”. Como ejemplos, la conversión del gran almacén de Éibar en una dark store o el de Guadalajara en un outlet.
Desinversiones para reducir deuda
Los que no encajen ni con estos usos se usarán para hacer caja. Las desinversiones seguirán siendo parte de la política de El Corte Inglés para reducir esa deuda, y su cartera inmobiliaria de 16.000 millones será un arma principal. La compañía ya ha iniciado un plan para vender 500.000 metros cuadrados de superficie logística de la mano de BNP, como publicó este periódico, con una cartera valorada en 80 millones. Un primer paso para las “ventas oportunistas de activos no estratégicos” que, como adelantó su director corporativo financiero, Javier Rodríguez Arias, seguirán sucediéndose.
Potencial online
Con menos espacio físico, El Corte Inglés continuará volcándose en el negocio digital. Este supuso en 2020 el 17,2% de los ingresos, superando los 1.800 millones. En este sentido, la puesta en marcha de la nueva aplicación móvil y de El Corte Inglés Plus son las bases para una vía de negocio que será crucial y en el que el grupo sigue viendo margen para crecer.
Nuevos negocios
Y por último, los nuevos negocios: las alarmas domésticas con Sicor; la entrada en las telecomunicaciones con Sweno, y la comercialización de energía a través de esta marca son ámbitos en los que el grupo ve potencial para generar nuevos ingresos y reducir la dependencia de sus negocios tradicionales.
Votará un plan de incentivos y el dividendo de 25 millones
Puntos. El orden del día de la junta de El Corte Inglés del próximo 23 de julio se completará con la aprobación de las cuentas de 2020 y de la labor del consejo, además de otros aspectos como un nuevo plan de incentivos ligado a los objetivos estratégicos de la empresa; el dividendo de 25 millones de euros que pagará este año, un 33% menos que en el anterior; o las operaciones de compra de acciones propias, principalmente las relativas a la operación con Dimas Gimeno y su madre María Antonia Álvarez, que vendieron al grupo el 22,18% que tenían en IASA por 145 millones. Estos recibieron el primer pago, de 85 millones, en abril pasado, como publicó este diario.