“En Pictet España crecemos a doble dígito. Es uno de nuestros principales países”
“Penalizar las sicavs españolas es de miopía política”, afirma el director general de banca privada El banco trasladará de Luxemburgo a Fráncfort su sede
Pictet es uno de los 10 principales bancos del mundo en gestión de patrimonios, y “España es uno de nuestros principales mercados, explica Luis Sánchez de Lamadrid, director general de banca privada de la firma en el país. Acaba de cumplir 10 años en este banco de origen suizo. Aunque lleva 23 años en este negocio.
Antes trabajó en la competencia, en UBS. “Desde que empecé este negocio ha cambiado tremendamente. Mis primeros clientes tenían matildes y Cepsa, y uno o dos fondos. Hoy la gestión es global, multiactivo, multicustodia, tremendamente compleja, con mucho activo de inversión alternativa. Además tenemos una carga regulatoria que condiciona. Requiere economías de escala suficientemente grandes para invertir en recursos tecnológicos que faciliten la adaptación para ser eficientes y rentables”, declara este directivo, que además le encanta dar clases, ahora en IE y en la primera escuela de finanzas francesa EDEC.
Ante estas complejidades, este directivo considera que es clave que las entidades especializadas en banca privada suban el listón para ser cliente. “Cuando empecé en banca privada el cliente era de 20 millones de pesetas. Hoy día no tiene sentido que abramos cuenta por debajo de dos millones de euros, por individuo, no por unidad familiar, que requiere más identidades, Fatca y test de idoneidad, coste, tiempo y dedicación, aunque el proceso de apertura lo tenemos digitalizado”.
El cliente de Pictet en España cuenta con un patrimonio gestionable de entre 5 a 25 millones de euros. Y, pese a ello, y a la competencia de la banca tradicional, según Lamadrid, esta firma crece en el país “a doble dígito”, sin parón durante la pandemia.
Pese a que Pictet es uno de los bancos de gestión de patrimonios más antiguos de Europa, se fundó en 1805, con unos socios muy estables, y que ha crecido siempre de forma orgánica, ha decidido cambiar su sede europea de Luxemburgo a Fráncfort, lo que hará a finales de 2022.
“Cerramos 2020 con 609.000 millones de francos suizos bajo gestión y administración, por ello, tenemos que estar en la capital financiera de la Unión Europea, dónde está el BCE”, explica el directivo. De todas formas Luxemburgo, donde el grupo abrió oficina en 1989, va a seguir siendo una plaza fundamental, con 220.000 millones de francos suizos bajo gestión y administración y más de 500 personas. “De hecho, somos uno de los principales bancos en Luxemburgo. El problema de Luxemburgo es que es un país pequeño y puede tener restricciones de acogida, logística, transporte aéreo, residencia y de oficinas. Una entidad grande puede en ese país ser una entidad con riesgo sistémico, por superar un porcentaje del PIB. Es posible operar desde Luxemburgo, pero hay que tener sede central en Suiza, Fráncfort o Londres para dar servicio, con buenas conexiones. España también estaría capacitada”, añade el directivo, asegurando que España es uno de los países destacados en el grupo.
“Las bancas privadas internacionales o locales especializadas tenemos más competencia en España con una banca universal exitosa y muy competitiva a nivel mundial, lo que requiere por nuestra parte diferenciación por nivel de servicio, capacidades globales y estabilidad”, declara el director general.
Está convencido de que aún se llevarán a cabo varias operaciones corporativas en este negocio en España. De ahí que hayamos visto operaciones en España, compras y fusiones, para ganar tamaño, necesario para contar con capacidades globales y el aumento de la regulación. “Vamos a seguir viendo consolidación en el sector, con compras de entidades dedicadas a gestión de patrimonio; las economías de escala son vitales, y en este negocio lleva años si partes de cero”. En España, con oficina en Madrid y Barcelona, han fichado a tres banqueros durante la pandemia, “y estamos entrevistando a más para crecer”, declara.
Otras claves
Sicav. Luis Sánchez de Lamadrid explica que penalizar las sicavs “es una miopía política, pues es un vehículo implantado hace muchos años, que permite gestionar patrimonios de manera ágil eficiente y ordenada y que ayuda a diversificar, excepto en algunas inversiones alternativas. Cuenta con consejo de administración, siendo un activo cotizado con obligación de estar auditado. Pero se puede perder negocio en España. De hecho, hemos visto disoluciones de sicavs últimamente. Una sicav española de 25 a 30 millones podría transformarse en sicav luxemburguesa con los mismos beneficios fiscales”, explica.
Inmobiliario. Mantiene que “el inmobiliario no es competencia de la banca privada, sino complemento para la gestión de patrimonios, que requiere de estrategia y diversificación de riesgos en residencial, comercial, oficinas y logístico, a largo plazo”.