El supervisor del mercado europeo pide mantener para siempre la vigilancia extrema a los bajistas
La ESMA propone reducir al 0,1% el umbral para publicar posiciones cortas para siempre
Dos meses después de que el supervisor europeo de los mercados, levantara la exigencia de tener que informar de posiciones iguales o superiores al 0,1% y lo dejara en el 0,2% previo tras un año de aplicación, la ESMA ha vuelto a cambiar el guion y ha pedido dejar para siempre el umbral en el 0,1%.
A pesar de que los mercados van recuperando la normalidad, la ESMA ha recomendado a la Comisión Europea que "reduzca permanentemente el umbral para notificar las posiciones cortas netas en acciones a las autoridades nacionales competentes del 0,2% al 0,1%", según ha anunciado en un comunicado.
El supervisor europeo de los mercados reconoce que durante el último año ha analizado las pruebas recopiladas tras las sucesivas decisiones que adoptó de emergencia para monitorizar las posiciones bajistas en las cotizadas desde marzo de 2020 con motivo de las distintas declaraciones de estado de alarma de los países de la zona euro y ha detectado que dicho ejercicio de transparencia ha permitido a los distintos supervisores nacionales, como la CNMV, contar con una "capacidad mejorada" para realizar sus tareas de supervisión de mercado. De ahí que la ESMA vea ahora "fundamental recudir el umbral" de notificación al 0,1% de forma permanente.
La decisión final, eso sí, está en manos de la Comisión Europea, que puede adoptar un acto delegado para modificar los umbrales de notificación de las posiciones bajistas.
El confinamiento impulsado por gran parte de los países en marzo de 2020 para contener el crecimiento de la pandemia forzó a Francia, Italia, Austria, Bélgica, Grecia y España a vetar las posiciones cortas, ante la situación de extrema volatilidad que vivieron los mercados financieros.
Un informe de la CNMV publicado el año pasado aseguraba que "las restricciones a la operativa en corto, que pueden estar indicadas en situaciones excepcionales, afectan a la eficiencia de los mercados, al reducir la velocidad a la que se ajustan los precios a la información disponible y deteriorar algunas medidas de liquidez o el propio volumen de negociación".
El pasado mes de marzo la ESMA reconoció que la actual situación de los mercados financieros era muy distinta de "la situación de emergencia requerida por el reglamento sobre ventas en corto para mantener esta medida, ya que las previsiones del PIB muestran un moderado optimismo en la recuperación, una reducción de la volatilidad y los principales índices bursátiles de la UE se acercan a niveles previos a la pandemia".