Fórmulas para estimular el crecimiento de las empresas
Emprendimiento, startups y trabajo autónomo como germen de empresas, a debate
España es un país de pequeñas y medianas empresas. La Seguridad Social contabiliza 1,37 millones de empresas con trabajadores inscritas en su registro más reciente, y de ellos solo 2.423 tienen más de 500 empleados, y otras 14.960 tienen plantilla de entre 100 y 500 trabajadores, con ambas categorías suman únicamente el 1,28% de las sociedades que cotizan. El 98,72% tienen menos de 100 trabajadores y pueden considerarse pequeñas y medianas empresas (pymes). Pero es sorprendente que tres de cada cuatro empresas, el 74,6% de las mismas, tiene cinco o menos trabajadores, y que una de cada tres del total (35%) tiene solo uno, prácticamente trabajo autónomo.
Foro Futuro, el observatorio de investigación económica organizado por Cinco Días con el respaldo de Grupo Santander, ha sentado a la mesa del debate a cuatro expertos para buscar explicaciones al raquitismo endémico del tejido empresarial, y ofrecer soluciones para fortalecer el tamaño, porque con él se refuerza la capitalización, las posibilidades de inversión y el empleo.
Susana Malcorra, decana del IE School of Global and Public Affairs, ha aportado una perspectiva global para explicar el contexto del mercado en España a través de las conclusiones de un estudio de la OCDE. Uno de los elementos del análisis que demuestra las carencias del tejido empresarial español es el tiempo que tarda una empresa en desarrollarse en el país. “En promedio, una compañía demora 13 días en establecerse en España frente a la media europea, que es de ocho días. Nuestro vecino Portugal, de hecho, está en algo más de cuatro días. Los análisis de la OCDE muestran, además, que las pymes tienen un problema comparativo respecto a las grandes empresas. Las pequeñas y medianas compañías no están aprovechando la oportunidad de proyección que representa la globalización”, explica Malcorra.
Según la decana, España tiene una dificultad añadida porque su tejido empresarial está concentrado en el sector servicios, un esquema difícil por su poca capacidad de proyección internacional al que se suma la falta de inversión en digitalización. “Las pymes no tienen interés en las herramientas más importantes de integración global”, indica Malcorra que aporta datos concretos. “Las grandes empresas tienen inversiones en sistemas de manejo de la compañía en el orden del 78%, las pymes solo el 28%. La conexión de las grandes firmas a la nube (la nueva forma de comunicarse y conectarse) está en el 50%, las pymes por debajo del 20%”. En este punto, destaca que “las pymes necesitan de un ambiente amable para poder tener una actividad más productiva, hay que tener una aproximación holística basada en políticas amplias y específicas que implique a varios ministerios”.
Para Fernando Fernández, profesor de Economía del IE Business School, España tiene un problema estructural con el tamaño empresarial. “Tenemos más pymes, que son además más pequeñas y menos productivas que las europeas. Este problema es estructural y no tiene nada que ver con la pandemia. Sin embargo, el covid no ha hecho más que agravarlo”. Fernández apunta a cuatro obstáculos fundamentales que impiden el crecimiento de las pymes en España: “Las barreras fiscales (se aplican menores tipos impositivos a las pymes que a las empresas grandes) impiden que la pequeña empresa crezca, ya que en el momento en el que supera un cierto umbral tiene que pagar más impuestos”. Otro obstáculo que evidencia Fernández son las inspecciones fiscales. “Hay un estudio conocido que demuestra que la posibilidad de ser investigado fiscalmente aumenta con el tamaño empresarial”. El tercer embrollo al que se refiere el profesor del IE es el sindical. “A partir de 50 trabajadores es obligatorio tener una relación con instituciones sindicales nacionales, esto es incurrir a un coste adicional que muchas empresas evitan tener”. A todas estas barreras se suma la cultural: la tendencia institucional por proteger a la pyme. “Hay que tener muy claro que la única manera de que las pymes crezcan es contribuir a eliminar los efectos umbrales que están bien diagnosticados desde hace años”, asegura Fernández.
Según Santiago Carbó, catedrático de análisis económico de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, los fondos europeos deberían aprovecharse para modernizar el tejido empresarial español. “La tasa de actividad emprendedora de nuestro país es bastante superior a la de muchos países europeos del entorno pero muy inferior comparada con EE UU e Israel, es del 6,1%. Además, España es el país que tiene mayor paridad: hay nueve mujeres emprendedoras por cada diez hombres”. Carbó explica que hay dos palancas poco ponderadas y, sin embargo, muy importantes: “Hay una mayor visibilidad del emprendedor y mucha colaboración entre emprendedores”. No obstante una start up necesita de financiación y muchas veces en nuestro país se busca entre amigos y familiares. “La financiación no es siempre el problema, a veces la dificultad está en incrementar las ventas o en encontrar una demanda sostenible para mantener el negocio”, indica el catedrático.
Borja Oyarzabal, consejero delegado y socio fundador de Tresmares Capital, centra su argumento en la excepción. "En España, hay entre 1.000 y 1.500 empresas que crecen entre siete y ocho veces más que la media”. ¿Por qué ocurre esto? Según Oyarzabal, sufren las mismas condiciones del entorno pero tienen una particularidad: pertenecen a 105 nichos de mercado que crecen a más de doble dígito. “En España hay ciertos nichos de mercado que tienen una capacidad de desarrollo entre siete y ocho veces mayor que la media. Hay 42 empresas en nutrición vegetal y 17 bioestimulantes ecológicos que son líderes a nivel internacional, tenemos diez empresas de biotecnología aplicada a la genética que también cumplen ese baremo”, enumera el empresario. “Es más inteligente identificar esas corrientes y nadar a favor cuando tienes recursos escasos”, añade. Oyarzabal aboga por modernizar el diagnóstico para identificar aquellos nichos más pujantes y dedicar a ellos los recursos.
Sobre los recursos, ha advertido Fernández sobre uno de los peligros que existen como consecuencia a “la política de créditos post covid”. “Tenemos que ser capaces de seleccionar las empresas que no son viables, aquellas empresas zombies que no son rentables, compañías que fomentan el raquitismo del tejido empresarial español, y cerrarlas”, ha concluido el profesor.
Emprendimiento
“Reticencia a fusionarse”.Sobre los problemas para incrementar la demanda ha hablado Malcorra. “Hay una enorme reticencia a fusionarse”, insiste. Para la experta, asociarse es un movimiento lleno de ventajas: “Permite a la empresa ubicarse en zonas donde el conocimiento se comparte y se multiplica, asociarse pasa por reconocer los límites de la propia empresa para aumentar la cadena de valor al fusionarse con otra”. Además, el tamaño de la empresa se amplía y, por tanto, las oportunidades de negocio.
“Oportunidad de oro”. Según Fernández, hay que generar políticas que fomenten “empresas sobrevivientes en detrimento de las empresas zombies. “Hay que utilizar los fondos europeos para provocar fusiones y aumentar el tamaño de las empresas que mejorará su capacidad de resiliencia, resistencia y capacidad de adaptación. Tenemos ahora una oportunidad de oro".