Por qué una pyme debería hacer una auditoría energética, aunque no sea obligatoria
Conocer las necesidades de energía puede ayudar a las empresas a adaptarse, y conseguir ahorrar en la factura de la luz.
La auditoría energética es un proceso por el que toda pyme debe pasar. Gracias a ella se consigue hacer un uso más “racional” de las fuentes de energía en una industria o comercio. Así lo asegura el CEO de Universal Energía, Ángel Pérez.
Pérez considera que es importante que las empresas cuenten con asesoramiento en este sentido, ya que así podrán “minimizar los costes energéticos de la empresa”.
La auditoría energética ya es obligatoria para las empresas de más de 250 empleados o que tengan un volumen de negocio de más de 50 millones de euros. Sin embargo, en el caso de las pymes solo es recomendable.
El experto recuerda que fue en 1997 cuando se promulgó la ley del Sector Eléctrico que liberalizaba el mercado eléctrico en España. Años más tarde, en 2013 vio la luz una nueva normativa que lo que hizo fue diferenciar los distintos agentes que influyen en este ámbito. La clasificación distingue entre el generador, el transportista, el distribuidor y el comercializador.
El comercializador realiza la auditoría
Es precisamente el comercializador el que está en contacto con el cliente final y el que podría realizar la auditoría. En este caso tendrá que hacer un estudio sobre las instalaciones de la empresa para poder conocer las necesidades energéticas y maximizar la eficiencia en el consumo. Durante este proceso se identificarán también puntos de mejora en áreas relacionadas con la iluminación, los motores o variadores de frecuencia, entre otros.
Cuando ya se ha realizado el estudio, la comercializadora ayuda a los clientes a implementar las soluciones que necesitan para ahorrar energía. Una de las formas de mejorar consiste en optimizar la potencia contratada. Éste es un dato necesario para calcular la facturación. Cuando la corriente supera la potencia contratada, se registran picos de tensión y la compañía eléctrica penaliza económicamente por ello al usuario. Ajustar la potencia contratada a las necesidades reales de la empresa es una forma de ahorrar.
“Aunque la empresa no esté obligada a realizar este tipo de auditoría es realmente interesante ya que este es uno de los factores que debe tenerse en cuenta como inversión de futuro”, asegura el experto.