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Distribución

El Corte Inglés registra la marca Bitcor ante una futura entrada en criptomonedas

Lo hace ante la Oficina Europea de Propiedad Intelectual

Pablo Monge
Javier García Ropero

El Corte Inglés continúa avanzando en su estrategia de diversificación y entrada en nuevos negocios, que en los últimos meses le ha llevado a entrar en sectores tan ajenos a su actividad principal como la telefonía móvil o la energía. Ahora hay que sumar un primer paso en una actividad incipiente tanto en negocio como en interés social: las criptomonedas.

La compañía que preside Marta Álvarez y dirige Víctor del Pozo ha solicitado la inscripción de la marca Bitcor ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo, por sus siglas en inglés), tal y como consta en sus registros.

En realidad se trata de una petición doble: la de Bitcor y una añadida bajo el nombre Bitcor El Corte Inglés, ambas solicitadas el pasado 23 de marzo y que en la actualidad se encuentra en proceso de recepción de posibles oposiciones, aunque hasta la fecha no existe ninguna. Dicho plazo acabará el 28 de junio y las marcas quedarán formalmente registradas.

Estas han sido inscritas por vía rápida y con la misma clasificación que define su actividad: servicios financieros; transacciones financieras relacionadas con el intercambio de moneda, y compraventa de divisas. Esto, unido al nombre Bitcor, deja a las claras su vinculación con el mundo de los bitcóins.

Algo que confirman fuentes cercanas a El Corte Inglés, aunque explican que no existe un plan inminente sobre la mesa para poner en marcha una criptomoneda o algún servicio vinculado a esta actividad. Se trata de un registro preventivo, con el objetivo de reservarse esa denominación y que otra empresa no pueda utilizarla, para en un futuro poder avanzar en iniciativas vinculadas a este tipo de instrumentos financieros, algo que todavía está por definir. Desde la compañía se prefirió no hacer comentarios.

El uso de las criptomonedas en las empresas de la distribución no es extraño, y puede tener distintas aplicaciones. Una de las más extendidas es la creación, por estos operadores, de sus propios tokens, una especie de ficha virtual con la que se pueden ofrecer servicios añadidos a los clientes y fomentar su lealtad y fidelización, por ejemplo ofreciendo su canje por otros productos, descuentos o experiencias.

Esos tokens también pueden utilizarse directamente como método de pago en las compras. Un monedero virtual que, poniendo el ejemplo de El Corte Inglés, solo podría utilizarse en sus tiendas o canal online y que como puntos a favor tiene una mayor seguridad en la protección de los datos durante la transacción que una tarjeta de crédito.

El antecedente de Walmart

Otra derivada, aunque en este caso ya entraría en el negocio puramente financiero, sería la creación de una plataforma de inversión en bitcóins, o simplemente la aceptación de estas criptomonedas como vía de pago.

Un mundo aún incipiente para estas empresas y en el que el referente mundial Walmart puso como precedente. En agosto de 2019, el gigante de la distribución solicitó una patente de criptomoneda respaldada, es decir, que está ligada a un valor monetario real que en su caso era el dólar. En esa solicitud explicaba todos los usos que podría darle: “Puede proporcionar un lugar gratuito donde almacenar patrimonio para gastar, por ejemplo, en comercio minorista y, si es necesario, convertirlo en efectivo”; “los hogares de bajos ingresos pueden tener una alternativa de manejar su patrimonio en una institución que pueda satisfacer la mayoría de sus necesidades financieras y productos del día a día”; “puede eliminar las tarjetas de crédito y débito sin requerir efectivo al ofrecer una moneda digital protegida por blockchain”, o “crear programas de recompensas para otras compras por cada moneda digital que una persona gasta o gana”.

Un ejemplo de las utilidades que pueden tener este tipo de activos, sobre los que la CNMV está estrechando el cerco regulatorio en España, aunque no así el caso concreto de las criptomonedas, cuya supervisión estará a cargo de la UE a través de un reglamento que aún debe aprobarse.

Un proceso acelerado de diversificación y modernización

Telefonía y energía. El Corte Inglés ha acelerado en el último año sus nuevos proyectos de diversificación y modernización del negocio, en un periodo en el que su actividad principal, la del comercio minorista, sufrió de manera frontal los efectos del coronavirus. Los últimos ejemplos de ese proceso tienen que ver con Sweno, la marca bajo la que entrará en dos nuevos sectores hasta ahora ajenos a su actividad. Por un lado, el de la telefonía móvil e internet de la mano de MásMóvil, con la que ha creado una operadora que entrará en servicio en los próximos meses. Por otro, en el de la comercialización de energía, que acometerá a través de su filial Telecor y con una alianza con EDP.

Operador logístico. Los planes de El Corte Inglés no se quedan ahí. Como publicó este periódico, la compañía de distribución también ha profundizado en alianzas con algunas las principales marcas con las que trabaja para ser su operador logístico en el comercio electrónico. Un área, el de la venta online, que ha cobrado aún más fuerza durante la pandemia, y que la compañía ha modernizado con su nueva aplicación móvil.

Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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