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Pallete cumple cinco años de complicada gestión en la presidencia de Telefónica

Ha acelerado el recorte de deuda con operaciones como la venta de torres o la fusión de O2 Ha sufrido el impacto del Brexit, el Covid, las divisas y la dura competencia en España

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.Pablo Monge
Santiago Millán Alonso

José María Álvarez-Pallete acaba de cumplir cinco años desde su llegada a la presidencia de Telefónica, en sustitución de César Alierta. Un periodo marcado por una tormenta casi perfecta, con acontecimientos externos de fuerte impacto, incluso de extrema gravedad, que ha condicionado a la operadora, obligando a la toma de decisiones drásticas en todos los ámbitos de la gestión.

En alguna ocasión, el directivo comentó que, nada más llegar al cargo, se encontró con la inesperada decisión de la Comisión Europea de bloquear la venta de la filial británica O2 a Hutchison. Y fue sorprendente porque Bruselas cambió su doctrina, puesto que anteriormente había autorizado transacciones similares en países como Irlanda y Alemania, con la propia Telefónica de por medio. La operación, valorada en 13.000 millones de euros, era casi decisiva para los planes de reducción de deuda de la compañía, que tuvo que buscar otras alternativas para O2, por otra parte, un activo al que Pallete ha dado siempre una gran importancia.

La tormenta británica continuó poco después con el referéndum en el que se votó a favor de la salida de la UE. El temido Brexit.

Y si su llegada se produjo en un contexto de sacudidas, el último año ha podido ser uno difíciles de la historia de Telefónica, a causa de la crisis del Covid, que ha tenido un fuerte impacto negativo en regiones claves como Brasil, su primer mercado en número de clientes. El efecto de la crisis se dejó sentir en los ingresos de la compañía, que sufrió la fuerte depreciación de monedas, como el peso argentino y el real brasileño, frente al euro. Pallete ha defendido que la empresa estaba preparada.

En paralelo, Telefónica se ha visto inmersa en un nuevo endurecimiento de la competencia en España. De hecho, las operadoras coinciden en que España es el mercado más competitivo de Europa.

Este escenario no ha sido propicio para Telefónica en Bolsa. La operadora ha sufrido un duro castigo, sobre todo en el último año, que ha llevado a sus acciones a cotizar por debajo de cuatro euros. Pallete ha insistido en varias ocasiones en que el mercado reconocerá el valor de la compañía; y ha recordado que ha comprometido parte de su patrimonio personal en la inversión en matildes.

Decisiones

Si hay algo que no se le puede reprochar al directivo es la toma de decisiones, algunas muy difíciles, como los recortes del dividendo. El primero, pocos meses después de llegar a la presidencia, y el segundo, a principios de este año.

La compañía ha insistido en la estrategia de reducir deuda. Desde 2016, este recorte ha sido de 17.000 millones de euros, un 33% del total. Con las desinversiones en marcha, bajará hasta 26.000 millones. La teleco ha aprovechado la coyuntura de tipos bajos para reducir el coste de la deuda y alargar la vida media de las emisiones. Este descenso de la deuda ha estado apoyado en la generación de caja, una media de 5.000 millones al año, y en la venta de activos.

Entre los primeros movimientos, destacó la venta de casi un 50% de Telxius, filial de infraestructuras, a KKR y Pontegadea, tras una fallida OPV. Además, impulsó la venta de las filiales centroamericanas a América Móvil, Millicom y Liberty Latin America.

A final de 2019, Pallete lanzó la redefinición de la compañía, bautizada como la Nueva Telefónica, con ejes como la creación de las filiales Infra y Tech, para desarrollar nuevos negocios; la creación de Hispam, en la que se agrupaban los activos en Latinoamérica, excepto Brasil; y el enfoqie en los cuatro mercados principales, España, Brasil, Reino Unido y Alemania.

El establecimiento de Hispam supuso una sacudida porque se abría la puerta a una posible salida de Latinoamérica, región en la que Telefónica entró en 1990. Con este spin-off, la compañía ponía en marcha una revisión estratégica de su portfolio en la región para reducir la exposición en la región, contemplando todas las opciones, desde la venta en su totalidad o por partes, la colocación en Bolsa o los acuerdos por países, tal y como realizó en México con AT&T en 2019.

Bajo esta redefinición, Pallete ha impulsado operaciones decisivas como la venta de las torres de Telxius a American Tower o el acuerdo para la fusión de la filial británica O2 con Virgin Media, división de Liberty Global. Pallete afirmó que era la mayor operación de la historia del grupo.

No han sido todo desinversiones. La compañía va a comprar los activos de móvil de Oi, junto a TIM y Claro, para reforzarse en Brasil, uno de los mercados estratégicos, mientras en España, adquirió el 50% del capital de Prosegur Alarmas España, para crecer en el negocio de la seguridad.

Además, Telefónica ha creado vehículos de inversión en fibra en Alemania, Brasil y Chile, en los que ha dado entrada a socios como Allianz, CDPQ y KKR, impulsando una tendencia en la que se han embarcado otras telecos.

La empresa ha mantenido la paz social, con la firma de un segundo convenio de empresas vinculadas, que integraba a todas las filiales en España. Telefónica marcaba el camino a otras empresas al incluir un plan de desvinculaciones voluntarias, con los que la teleco ha podido ajustar costes en un periodo de dura competencia.

“España tiene más fibra que la suma de...”

Conectividad. La frase que más veces ha repetido Pallete en los últimos años ha sido “España cuenta con más fibra que la suma de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia”. En sus presentaciones con inversores ha destacado el esfuerzo realizado en la mejora de la conectividad, tanto en fibra como 4G, cuya cobertura alcanza el 90% de la población en España, Alemania, Reino Unido y Brasil. El próximo reto pasa por el 5G, que ya está disponible en los tres grandes mercados europeos.

Pacto digital. Pallete ha defendido la necesidad de la digitalización de las empresas. Bajo este prisma, Telefónica publicó en julio del pasado año su pacto digital, destinado a la reconstrucción de la economía y la sociedad, además de impulsar la reinvención digital de España, con una hora de ruta para pymes, autónomos y administraciones públicas. Muchas de las ideas del pacto han sido recogidas en los planes de digitalización diseñados por el Gobierno.

Regulación. Pallete ha insistido en la necesidad de cambios regulatorios. En foros como el MWC o las jornadas de ETNO en Bruselas, ha reclamado la aplicación de las mismas normas para las telecos y los OTT, la creación de un marco que permita una mayor consolidación, además de criticar que la regulación ha propiciado una caída de los precios en Europa del 40% en los últimos 20 años.

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Sobre la firma

Santiago Millán Alonso
Es periodista de la sección de Empresas, especializado en Telecomunicaciones y Tecnología. Ha trabajado, a lo largo de su carrera, en medios de comunicación como El Economista, El Boletín y Cinco Días.

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