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Banca

BBVA supera los objetivos de su plan de eficiencia energética y logra ser neutro en emisiones de CO2

Un 65% de la energía que consume en sus instalaciones procede de energías renovables, por encima del 48% previsto

El edificio La Vela de BBVA iluminado de color verde.
El edificio La Vela de BBVA iluminado de color verde.
CINCO DÍAS

BBVA fue neutro en sus emisiones directas de CO2 en 2020. Este objetivo se ha conseguido al compensar toda la huella de carbono con proyectos mitigadores de CO2. Así, el banco compensó 120.562 toneladas de CO2 durante el año en siete proyectos en países en los que opera. "Es un avance más en el marco de su compromiso de alinear su actividad al Acuerdo de París y reducir emisiones, tanto directas como indirectas", señala la entidad.

BBVA ha batido los objetivos de su Plan Global de Ecoeficiencia 2016-2020 y su huella ambiental presenta unos datos muy positivos con respecto a 2019. Un 65% de la energía que consume en sus instalaciones procede de energías renovables, superando ampliamente el objetivo para 2020, que era un 48%.

Asimismo, la entidad ha reducido un 58% sus emisiones de CO2 (según el método market based), un 9% el consumo de electricidad, un 6% el consumo de agua y un 42% el papel (todos ellos por persona). Además, el porcentaje de personas que trabajan en edificios con certificación ambiental se ha incrementado hasta el 48%.

Líneas de actuación

Los bancos, por su actividad, no son grandes emisores directos de CO2 en comparación con otros sectores (1,33% de las emisiones en Europa, según Eurostat). No obstante, BBVA se ha propuesto reducir el impacto de su actividad sobre el medioambiente como parte de su estrategia para luchar contra el cambio climático e impulsar el desarrollo sostenible.

A través del Plan Global de Ecoeficiencia (PGE), y en línea con los objetivos marcados en su Compromiso 2025 sobre cambio climático, el banco ha seguido trabajando en 2020 para reducir su huella de carbono y los impactos ambientales directos de sus operaciones. La estrategia del plan se desarrolla en tres ámbitos: reducción del impacto directo, concienciación de los empleados y compensación de la huella de carbono. Para llevarlo a cabo se han marcado una serie de vectores de actuación.

Energía y cambio climático

BBVA considera prioritario reducir sus consumos e impactos vinculados.  La entidad destaca que el 100% de la energía consumida en España y Portugal es ya de origen renovable; y en México, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Perú y Turquía alcanza ya un porcentaje representativo, contribuyendo a que el dato del Grupo esté en un 65% de consumo de energía renovable.

Además, en Turquía, Uruguay y España se ha apostado también por la autogeneración de energía renovable en los edificios, mediante la instalación de placas fotovoltaicas y termosolares.

La huella de carbono es un indicador que mide la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que una organización emite a la atmósfera. Se mide en toneladas de CO2 equivalente (CO2e). La cuantificación de estas emisiones está estandarizada a nivel mundial (GHG Protocol) y pivota en torno a tres alcances. Estas son las emisiones de BBVA en 2020:

Adicionalmente a los objetivos de su Compromiso 2025, BBVA incorpora desde 2020 un precio interno a las emisiones de CO2. En este sentido, el banco ha compensado estas 120.562 toneladas de CO2e emitidas invirtiendo en siete proyectos en diferentes países, certificados bajo estándares internacionales de reconocido prestigio como VCS de Verra, Gold Standard y CDM de UNFCCC: proyecto eólico Edincik (Balikesir, Turquía), proyecto de captación de metano en vertedero (Durango, México), proyecto de manejo y eliminación de gases de vertedero (El Verde, León, México), proyecto de reforestación Fresh Breeze (estados de Tabasco, Nayarit y Chiapas, México), proyecto eólico (Oaxaca, México), proyecto hidroeléctrico Río Taquesi (Bolivia), proyecto eólico Peralta I (Uruguay), gestión ambiental y construcción sostenible

BBVA ha renovado y ampliado en 2020 las certificaciones de los Sistemas de Gestión Ambiental basados en la Norma ISO 14.001 en Argentina, Colombia, España, Perú, Uruguay, México y Turquía. Un total de 80 edificios y 1.034 sucursales cuentan con esta certificación. Asimismo, 21 edificios y 10 oficinas del Grupo cuentan con la certificación LEED de construcción sostenible, entre los que se encuentran las principales sedes del banco en España, México, Estados Unidos, Argentina y Turquía. De todos ellos, hay cuatro que han recibido la más alta categoría de certificación, LEED Platino, reconociendo así el esfuerzo de BBVA por tener los mejores estándares ambientales y energéticos en sus edificios.

Gestión del agua, papel y residuos

El agua, que es uno de los recursos sobre los que se genera un gran impacto, es otro de los indicadores prioritarios para BBVA, por lo que, para reducirlo, las sedes de España y México están dotadas de sistemas de reciclaje de aguas grises y recirculación de aguas de lluvia para riego.

Por otra parte, la generación de residuos se está convirtiendo en un grave problema a nivel global. BBVA trabaja desde hace muchos años para reducir, en la medida de lo posible, este impacto a través de la implantación de Sistemas de Gestión Ambiental certificados con la ISO 14001. Así, para poder llevar a cabo una correcta segregación y posterior reciclado de los residuos, las instalaciones cuentan con zonas claramente diferenciadas y señalizadas de forma que se reduzcan al mínimo los residuos que se derivan a vertederos.

BBVA es el primer gran banco del mundo en formar en sostenibilidad con carácter obligatorio a todos sus empleados. En septiembre lanzó su oferta formativa en sostenibilidad destinada a los más de 125.000 empleados del Grupo en todo el mundo. Se trata de una formación transversal que incluye contenidos específicos sobre los retos globales como la lucha contra el cambio climático y la inequidad, así como los impactos directos e indirectos derivados de los riesgos ambientales del negocio del banco.

2020 ha sido un año excepcional en cuanto a la gestión de los impactos directos. Ante la pandemia provocada por el COVID-19, BBVA ha tomado las medidas necesarias para que, desde el comienzo de esta crisis, tanto sus edificios como las oficinas fueran lugares seguros donde se protegiera la salud y seguridad de sus empleados y de sus clientes, y asegurando a su vez la continuidad del negocio en todo el Grupo.

Estas medidas han tenido un impacto positivo en la huella ambiental de BBVA, que se reflejan en la disminución de los desplazamientos de los empleados a su centro de trabajo; la disminución de los viajes de negocio un 82%, no solo por las restricciones sino también por un cambio en los hábitos de los empleados, con un aumento en el uso de las plataformas corporativas para videoconferencias; la reducción de la generación de residuos en las instalaciones; y reducciones en todos los consumos. Por ejemplo, el consumo eléctrico de Ciudad BBVA en Madrid disminuyó un 15% respecto al año anterior.

Incentivar el uso de energías limpias y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son los dos objetivos principales de las líneas estratégicas del nuevo Plan Global de Ecoeficiencia 2021-2025, en el que ya trabaja el banco. Esto implica conseguir para ese año una reducción del 68% de las emisiones de CO2 de Alcance 1 y 2 y consumir un 70% de energía de origen renovable, llegando al 100% en 2030. En línea con este último objetivo, BBVA está adherido desde 2018 a la iniciativa RE100, a través de la cual empresas de todo el mundo se comprometen a que su energía sea 100% renovable antes de 2050. El plan también incluirá otras nuevas metas enfocadas a reducir y a neutralizar la huella ambiental.

BBVA ha convertido la sostenibilidad en una de sus prioridades estratégicas desde 2020. Además de reducir su impacto directo y convertirse en neutral en sus emisiones de CO2, BBVA, a través de su actividad, pretende acompañar y ayudar a sus clientes a transitar hacia un mundo más sostenible, con un doble foco: acción climática y crecimiento inclusivo.

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