BBVA se adelanta y se impone objetivos de descarbonización este año
No dará créditos a clientes cuyas actividades basadas en carbón representen más del 5% de sus ingresos
La apuesta de la banca por la descarbonización por el cambio climático se ha convertido en todo un reto, no solo por convencimiento, sino por regulación en unos casos y por reclamación de inversores institucionales, que cada vez incorporan más en su estrategia de inversión estándares de sostenibilidad ante el cambio climático. Uno de los bancos europeos que antes comenzó a incluir el cambio climático en su también estrategia de financiación ha sido BBVA.
El banco que preside Carlos Torres se ha marcado como compromiso establecer ya este mismo año una serie de objetivos sobre la descarbonización de su actividad de financiación. Este compromiso coincide con el de que todos sus principales productos bancarios tengan una alternativa de productos verdes. La próxima regulación española obliga solo a comunicar cómo se está gestionando el cambio climático a partir de 2022.
De momento, el viernes anunció que BBVA reducirá a cero su exposición a actividades relacionadas con el carbón, dejando de financiar a empresas en esas actividades antes de 2030 en los países desarrollados y antes de 2040 en el resto de países en los que está presente.
Esta medida no afecta casi a España, pero sí en algunos países en los que tiene presencia y el carbón es aún una importante fuente de ingresos como en Latinoamérica, y sobre todo en Turquía. Aunque como asegura Antonio Ballabriga, director global de negocios responsables de BBVA, en estos países dejar de financiar esta actividad no se producirá hasta 2040, y hasta entonces hay tiempo de aplicar los cambios.
La cartera de financiación de las actividades de carbón suponen en estos momentos el 0,6% del total de la exposición de financiación, en total 2.000 millones de euros. El carbón supone el 40% de sus emisiones de CO2. Otras actividades que también se ven afectadas por esta iniciativa de descarbonización es el transporte, el gas, la automoción, petróleo, siderurgia y cemento. En total, el 9,1% de su cartera de financiación en 2020. Estos sectores representan dos terceras partes de las emisiones globales de CO2. “El objetivo es salir de forma ordenada de esta financiación, que se está sustituyendo por financiación verde”, comenta Ballabriga.
Umbral del 5%
Ahora, en concreto, dejará de financiar a clientes cuyas actividades basadas en carbón representen más del 5% de sus ingresos. Las empresas que superen este umbral solo podrán recibir financiación para proyectos de energías renovables y sostenibles. “Acompañaremos activamente a nuestros clientes en este camino, apoyándolos con financiación, con asesoramiento en su transición hacia modelos basados en energías sostenibles”, destacó Torres en un comunicado.
Según explicó, BBVA se ha comprometido a alinear su cartera de crédito con los objetivos de calentamiento global del Acuerdo de París y apoya la necesidad de alcanzar cero emisiones netas de dióxido de carbono en 2050. BBVA ha movilizado en los últimos tres años más de 50.000 millones de euros en financiación sostenible, en el marco de su compromiso de alcanzar 100.000 millones en 2025.
La decisión de BBVA, recogida en la actualización de su marco medioambiental y social, está alineada con la propuesta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), consistente en limitar la subida de las temperaturas a un máximo de 1,5 grados centígrados y con la ambición de conseguir una economía neutra en carbono en 2050.
Santander también anunció la semana pasada que fija sus objetivos de descarbonización con cero emisiones netas para 2050. Y espera comunicar sus objetivos de descarbonización para sectores relevantes, además, del carbón, para septiembre de 2022, como muy tarde.