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Informe de Schroders

El inversor institucional eleva su apuesta por el activismo accionarial

Las cuestiones medioambientales se mantienen como prioridad

Enfoques de los inversores institucionales para poner en práctica la inversión sostenible

La inversión sostenible cobra cada vez más importancia. Casi el 90% de los inversores institucionales apuestan por ella y la gran mayoría la enfocan desde el activismo empresarial y la administración responsable. El compromiso y el uso del derecho a voto son fundamentales para un 59% de ellos, frente al 38% que lo consideraba hace un año, de acuerdo con el Estudio de Inversores Institucionales Schroders 2020, realizado en abril y basado en encuestas a 650 inversores institucionales de todo el mundo, que representan 25,9 billones de dólares en activos.

Para los inversores, la presentación de informes transparentes, los resultados tangibles y la votación sistemática en contra en las compañías para impulsar el cambio son fundamentales para los inversores institucionales como forma de que las empresas muestren que cumplen dicho compromiso. "La participación activa es ahora más importante que nunca. Los inversores deben exigir responsabilidades a las empresas, y tienen la oportunidad de generar cambios positivos", subraya Elly Irving, responsable de participación activa de Schroders.

Pese al crecimiento de este enfoque experimentado en el último año, este no es el factor más relevante para los inversores: se sitúan por encima la integración de los aspectos ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) en el proceso de inversión y el filtrado positivo, es decir, centrarse en las mejores empresas o inversiones. Ambos guían al 67% y el 61% de los inversores institucionales, respectivamente, aunque es el segundo enfoque el que más ha crecido de los dos en el último año, pues en 2019 lo mencionaban un 44% de los encuestados.

Foco en el medioambiente

Las cuestiones medioambientales se mantienen, por segundo año consecutivo, como prioridad en dicho activismo. La atención a aspectos como el cambio climático, las emisiones o el uso de combustibles fósiles crece y se sitúa al mismo nivel que la estrategia corporativa. Quedan en segundo plano las políticas contables sólidas. En este sentido, Schroders destaca que la atención a la lucha contra el soborno y la corrupción cayó el año pasado hasta el 20%, frente al 40% de 2019.

Pese a la relevancia que estos inversores dan a las acciones de las empresas, el 82% de ellos cree que la responsabilidad de impulsar acciones para combatir el cambio climático recae en Gobiernos y reguladores, aunque subrayan que las empresas son el segundo actor más relevante en esta transformación.

No obstante, la postura de los grandes inversores no es la misma en todas las partes del planeta. Mientras en Europa, Oriente Medio y África los aspectos medioambientales se sitúan en primer lugar, la ciberseguridad y la diversidad son una prioridad entre los norteamericanos, y los derechos de los trabajadores, la guía para invertir en la región Asia-Pacífico.

Falta de transparencia

La sostenibilidad se ha alzado como el criterio fundamental para guiar las inversiones. Las empresas son conscientes de ello y han puesto medidas en práctica. Sin embargo, los inversores mantienen una cierta desconfianza debido a una falta de transparencia y de datos y apuntan al greenwashing (ecopostureo o lavado verde). Desde Schroders son optimistas en este sentido: "Creemos que los esfuerzos regulatorios para fomentar medidas tangibles y evitar el ecopostureo ayudarán a impulsar un cambio real y permitir a los inversores tomar decisiones con suficiente información", señala Carla Bergareche, directora general de Schroders en España y Portugal.

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